Escribir es terapéutico. Te ayuda a estar en el presente justo en este momento. Te ayuda a vivirlo sin impaciencia, sin frustración, sin arrepentimiento...
No suelo ser amiga del presente, pero cuando escribo todo cambia. Aunque escriba sobre el futuro o sobre el pasado, él me abraza, me acuna mientras plasmo las palabras. Y hasta ahora, nunca me había dado cuenta.
Tengo que escribir más.
Tengo que pensar más en ti.