Buenas noches viajero del tiempo

Buenas noches viajero del tiempo.
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...


domingo, 20 de febrero de 2011

Perdida

Ando perdida y sola bajo la lluvia sin saber qué va a pasar. Sigo buscando mis dichosas respuestas.
Como siempre, intento averiguar el porqué de las cosas aunque ello me lleve al sufrimiento y a la locura. Me niego a vivir sin pensar ni preguntar. Quiero mirar a lo lejos y poder verlo todo con total claridad. Quiero mirarme al espejo y saber quién soy yo. Quién eres tú. Qué somos. Qué estamos haciendo. Tal vez nunca esté tan cerca de tocar el cielo con la punta de los dedos como el jueves pero, aun así, quiero recordar a todos esos personajes relevantes que su nombre perdura aún en nuestros días. Han dejado una huella imborrable en el mundo donde han vivido, y ahora no podremos olvidarlos jamás. Me he preguntado, y ¿porqué no puedo hacerlo también yo? Y quién no lo desearía...
No quiero ser recordada. Solo quiero que alguien disfrute leyendo mis obras, que sientan algo nuevo en el corazón, que lleguen a sentirse igual de bien como yo al escribirlas. Que sus ojos se posen en las palabras y su mente en cada volátil pensamiento. Me gustaría que se dieran cuenta de la magia que les rodea, de todas esas historias increíbles en las que viene bien sumergerse de vez en cuando para salir de la realidad. No pretendo que estudien mi letra, ni mi ortografía, ni mis temas, ni mis personajes. Quiero que lean y sientan ese sentimiento extraño que se te cuela como un escalofrío, y se queden pensando por la noche antes de irse a dormir: "solo me queda un capítulo, que ocurrirá al final" y luego, que cierren el libro, se queden embobados mirando a la nada, con una media sonrisa en los labios, satisfechos. Que miren de nuevo la portada, releer mi nombre para recordarlo y recomendárselo a un amigo...
Yo no sé ni si quiera si tengo talento. Sólo sé que de pequeña empecé a escribir lo que pensaba, lo que me hubiera gustado que ocurriese, dejaba al corriente a la imaginación. Sin un uso correcto de la palabra y bastante inestable, escribí uno de mis primeros cuentos largos. Se titulaba El Pájaro De La Alcantarilla. Basado en una historia real, con elementos imaginarios. Con el apoyo de mis padres, que me decían que escribía de maravilla, me motivé y comencé a escribrir cada cosa que se me pasaba por la mente, por la mente de una niña de 5 años. Conforme fue creciendo, mis padres dejaron de leerme por la noche y yo, por mi cuenta, comencé a leer muchísmos libros. Cada vez me gustaban más y mis padres no paraban de comprarme. Con el paso de los años comencé a pensar que yo algún día iba a escribir uno de aquellos libros tan fantásticos, quería que la gente conociera mis propias historias, además parecía tarea fácil. Es cierto que cuando mucha gente te dice que algo se te da bien, tu ni si quiera te planteas si es verdad o no, simplemente te pones a hacerlo, convencido de que lo estás haciendo genial. Al tener esta confianda sale bien de todos modos. Tal vez eso me ocurrió a mi. Escribir una novela, en realidad no es tan fácil, pero tampoco muy difícil si tienes las cosas clara o has leído mucho. No sé, ni si quiera a estas alturas si tengo talento, pero voy a hacer todo lo que esté en mi mano por dejar huella en el mundo y en algún corazón. Voy a invertir mi tiempo en algo que me gusta de verdad, que llevo toda mi vida haciendo que se sobre todo me llena. Puedes conseguir cualquier cosa, solo propóntelo.


miércoles, 16 de febrero de 2011

Incertidumbres

Estoy indecisa. No me siento yo misma. Estoy diferente. Extraña. Como si no me conociera. Miro a las estrellas por si ellas me dan la respuesta a todas mis preguntas. Pero siguen en silencio, contemplándome indecisas. ¿Tendrán ellas las mismas incertidumbres que yo? Volvieron mis sueños increíbles, y esas típicas expresiones mías tan coloquiales al escribir... Vuelvo a sentir el dulce aroma de las páginas de un libro, y el dolor de cabeza que se apodera de mi mente cada vez que leo a oscuras y se me mezclan las miles de palabras casi imperceptibles a los ojos. Mi sentido de la horientación me empieza a fallar. Hago las cosas sin pensar. Esquivo miradas y susurro pensamientos indescriptibles. Me vuelvo a encerrar en mi mundo oscuro de nuevo. Invento alguna que otra canción y me dirijo al cielo que contiene la lluvia; mi principal inspiración.
Intento calmarme, pero no puedo. Respiro hondo, indago en lo más profundo de mi alma e intento encontrar algo que ya no está, o que tal vez se haya escondido. Me afecta tanto su ausencia que tirito de frío. La niebla invade mis labios y sólo digo palabras sin sentido. Echo una ojeada al horizonte. Todo es diferente desde aquí arriba. No veo nada, pero aún así disfruto de la vista. Desde aquí no veo nada.
Solo me veo a mí, brillando entre tanta oscuridad. Me sigo preguntando incertidumbres sin respuesta, que ni siquiera los focos, que aparentan ser estrellas cercanas, me pueden responder. Todo gira a mi alrededor como una nube de pulpurina. De repente no me preocupa nada. Aunque me siento sola no echo la vista atrás. Sólo miro al suelo de vez en cuando. Puedo oír los latidos de mi corazón entre tanto ruido. Es como el bajo de mi propia melodía. Marca el rítmo al quiere que yo vaya. Yo le sigo obediente y tarareo una canción.
Maldito corazón ya me la has vuelto a jugar, bájate la distorsión... que no puedo oírme a mí...
Pierdo los sentidos...
No me reconozco...
Ahora sé que no soy yo misma.
- ¡VAMOS!
Los acordes y el tiempo se mezclan con mi voz, llegando a todos los rincones de la sala, a todos los oídos que escuchan con atención y llegando también, al mismisimo resquicio de mi felicidad.



Me siento pequeña entre tanta gente...


SIENTO LA TORMENTA DE MI CORAZÓN! (l)

domingo, 6 de febrero de 2011

Lo peor

Siempre me sucede lo irresoluble. Algo en que pensar todo el rato. En esos momentos mi respiración acelera y no puedo hacer dos cosas a la vez. Empiezo a martirizarme por dentro y ya no sé que pensar.
Entonces me limito a indagar más y más hasta creer que estoy haciendo lo peor. Que me sucede lo peor. Que lo peor está por llegar. Que nada va a cambiar, porque es la pura realidad...
Me digo a mi misma que pare. Para siempre. Vamos. Venga. Adios.
Pero esa extraña sensación se apodera otra vez de mi cuerpo y no puedo controlarme. ¿Que necesito para ser feliz?
En reliadad creo que no necesito absolutamente nada.

SLT, como siempre...

sábado, 5 de febrero de 2011

Silencio

Estoy llegando a pensar que el silencio es el mejor compañero de viaje. No te agobia, no te estorba. Te sigue a donde quiera que vayas, sin límites, sin fronteras. No se queja si el camino es duro. Se queda callado cuando más necesitas estar solo, se mantiene sin decir palabra cuando tienes que pensar. Se limita a hacer que te sientas como en medio de la nada, rodeado de una agradable soledad.
En cambio ahora, estoy llegando a pensar que es el peor compañero de viaje. No te ayuda, no te aconseja se queda callado cuando más necesitas una opinión, o una simple mano para levantarte. No te cuida, se queda observándote en la nada esperando cuando vas a dar el paso por tí mismo. No te da conversación y hace que te aburras. El camino se te hace eterno por su culpa y sientes la soledad muy dentro de ti. Te terminas convenciendo que no te importaría la compañía de otro compañero de viaje.
¡Entonces piensas en la amistad! :)