Ya está

Ha comenzado, entro en un trance emocional interno y minucioso. Algo psicológico y permanente. Tal vez dure unos cuantos años, luego se irá tan rápido como llegó.
Sin esperarlo mi vida se vino abajo. La tristeza me invadió y me congeló las venas. Me encontré tan perdida y sola que me consumí sin ni siquiera percatarme de que no estaba en un agujero sin salida, tan solo en una soledad llevadera. Es una soledad con la que te acostumbras por obligación, no puedes elegir otra opción. Haberlo pensado antes.
Es una soledad con la que compartes los momentos más lentos de tu vida.
Cuando comprendí lo que había perdido me hundí más en mi silla, apoyé bien los pies en el suelo, crucé los brazos intentando calmar el frío de mi estómago y me pregunté: Y que es lo que se supone que debo hacer ahora? Quedarme sentada sin hacer nada con los brazos cruzados esperando a que todo termine? Es demasiado tiempo y aún no me he hecho a la idea de despedirme de sonréir.
Echaré de menos las risas de por la mañana, las miradas de complicidad, los besos impacientes, tu mano temblorosa agarrando la mía, mil noches en vela escuchando tu voz.
Tal vez todo eso se acabe y ya está.
Ahora solo me queda centrarme en cosas muy distintas, mirar por la ventana, ver mis pies andando por el suelo (que eso se me hace tan extraño por estar tantos años por las nubes) y sobre todo escuchar esa melodía que me dice que cada segundo falta menos para que todo se acabe y ya está.


Falling Slowly  SLT.