Buenas noches viajero del tiempo

Buenas noches viajero del tiempo.
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...


miércoles, 16 de febrero de 2011

Incertidumbres

Estoy indecisa. No me siento yo misma. Estoy diferente. Extraña. Como si no me conociera. Miro a las estrellas por si ellas me dan la respuesta a todas mis preguntas. Pero siguen en silencio, contemplándome indecisas. ¿Tendrán ellas las mismas incertidumbres que yo? Volvieron mis sueños increíbles, y esas típicas expresiones mías tan coloquiales al escribir... Vuelvo a sentir el dulce aroma de las páginas de un libro, y el dolor de cabeza que se apodera de mi mente cada vez que leo a oscuras y se me mezclan las miles de palabras casi imperceptibles a los ojos. Mi sentido de la horientación me empieza a fallar. Hago las cosas sin pensar. Esquivo miradas y susurro pensamientos indescriptibles. Me vuelvo a encerrar en mi mundo oscuro de nuevo. Invento alguna que otra canción y me dirijo al cielo que contiene la lluvia; mi principal inspiración.
Intento calmarme, pero no puedo. Respiro hondo, indago en lo más profundo de mi alma e intento encontrar algo que ya no está, o que tal vez se haya escondido. Me afecta tanto su ausencia que tirito de frío. La niebla invade mis labios y sólo digo palabras sin sentido. Echo una ojeada al horizonte. Todo es diferente desde aquí arriba. No veo nada, pero aún así disfruto de la vista. Desde aquí no veo nada.
Solo me veo a mí, brillando entre tanta oscuridad. Me sigo preguntando incertidumbres sin respuesta, que ni siquiera los focos, que aparentan ser estrellas cercanas, me pueden responder. Todo gira a mi alrededor como una nube de pulpurina. De repente no me preocupa nada. Aunque me siento sola no echo la vista atrás. Sólo miro al suelo de vez en cuando. Puedo oír los latidos de mi corazón entre tanto ruido. Es como el bajo de mi propia melodía. Marca el rítmo al quiere que yo vaya. Yo le sigo obediente y tarareo una canción.
Maldito corazón ya me la has vuelto a jugar, bájate la distorsión... que no puedo oírme a mí...
Pierdo los sentidos...
No me reconozco...
Ahora sé que no soy yo misma.
- ¡VAMOS!
Los acordes y el tiempo se mezclan con mi voz, llegando a todos los rincones de la sala, a todos los oídos que escuchan con atención y llegando también, al mismisimo resquicio de mi felicidad.



Me siento pequeña entre tanta gente...


SIENTO LA TORMENTA DE MI CORAZÓN! (l)

No hay comentarios:

Publicar un comentario