A veces me entran unas ganas inmensas de mandarlo todo a la mierda. Pienso que todo lo que hago, he hecho o incluso hice hace tiempo, no ha servido para NADA. Así me hacen sentir. Así se ríen de mi.
Me miran esperando una respuesta. ¿Pero qué mas quieres que te de? La vida no es justa conmigo a veces. En realidad nadie lo es tampoco. Si pudiera demostrarle al mundo como me siento por dentro en este momento, y que sientan las mismas ganas de partir a llorar que yo, tal vez se dieran cuenta de que duele. Y que sus insultos hieren como espadas en el corazón. Espadas imaginarias y dolorosas, que yo en cuestión de minutos, voy a convertir en realidad. Por que así soy yo. No me conformo con sentir el dolor de esa forma. No. Yo tengo que hacerme ese dolor de verdad, quiero sentirlo bien, que duela muy dentro, muy profundo de mi alma. ¿Para qué? Para después reirme de vosotros. Devolveros vuestras acusadoras miradas tipo "efecto boumerang", todo lo que me lances contra ti se volverá. Para poder demostraros, que después de todo ese dolor, más un poco más que he sacado exclusivamente para mí, puedo volver a levantarme. Que aquí estoy como todos los días, sonriendo. Desprendiendo luz por los ojos que por la noche no han parado de llorar. ¡Toma ya!
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