Es difícil volar cuando esperas la caída. Es difícil soñar cuando no ves la salida. Cuando el tiempo que queda se acabó en cada espera, y siempre así y siempre así.
Mas si miras verás unos ojos convencidos, de que soy lo que soy por nacer dónde he nacido. El latir más sincero, el misterio en que creo, aún sigue aquí, aún sigue aquí. Aquí ahora y siempre.
Y aunque ahora el mundo gire en otra dirección, eres tú quien le da sentido a lo que dice tu dormido corazón, no todo está perdido.
Dímelo, de verdad, la respuesta no es la huida. Que tu alma cansada se quede ahí rendida no encontrando el camino pero viendo un destino que vive en ti. En ti ahora y siempre.
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