Y entonces me besó.
Y yo sólo pensaba. Sólo pensaba en si le habría gustado. En si yo olía lo bastante bien para él.
Porque él me importaba tanto que me preocupaba por todas esas simples cosas y eso mínimos detalles.
Buenas noches viajero del tiempo
Buenas noches viajero del tiempo.
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...
sábado, 28 de noviembre de 2015
jueves, 26 de noviembre de 2015
Ven
- Hola.
- Buenas. ¿Y cómo tú por aquí?
- Buceando libre por el inmenso océano, ¿y tú?
- Encontrándote en el inmeso océano. Ven conmigo a la piscina.
- Pero, es demasiado pequeña para mí.
- ¡No! Cabes de sobra, ven a mi piscina.
lunes, 23 de noviembre de 2015
Esta canción
https://www.youtube.com/watch?v=pR9Dg3J4Ba0&list=WL
El otro día mi imaginación voló.
Se fue tan lejos que recorrió antiguos parajes que alguna vez mi mente había diseñado. Al cabo de un buen rato, después de ver centenares de imágenes fulgurando sobre los ojos invisibles de mi cabeza, una de ellas se instauró con tanta claridad que mi realidad se convirtió en ese instante. La escena era algo habitual de mis fines de semana: un bar de ambiente con música a todo volumen. Yo hablaba sin parar, sonreía a veces, reía otras. No había mucha luz y, la poca que había, sombreaba nuestros animados rostros.
De repente, la estridente canción que estaba sonando y que reverberaba en el bar, se detuvo de golpe. La gente seguía hablando incesantemente hasta que se encendieron los focos de un pequeño escenario, y éste resplandeció. Entonces reinó el silencio en el pequeño lugar. Todos centraron su atención en el chico que estaba ahí, sentado en una silla justo en medio el escenario, iluminado por una luz cegadora que incidía sobre su guitarra y algún que otro aparato de música. A su alrededor dominaba una amenazadora oscuridad que no dejaba ver a su público, parecía no importarle en absoluto.
Le miré, estaba tranquilo. Yo estaba expectante, sentía que el corazón me latía cada vez con más fuerza, pues yo conocía a ese muchacho que estaba en ese escenario con una guitarra sobre las rodillas.
Colocó el micrófono, encendió el amplificador y sin pensárselo dos veces, comenzó a tocar las cuerdas, las cuales se resbalaban entre sus dedos con soltura. Con un dominio impactante del instrumento, empezó a mover una pierna al ritmo. Mi cabeza empezó a seguir ese mismo latido del instrumento, las notas, los acordes... todo se agalopaba en mi cabeza. Tragué saliva.
Vacilante, se acercó al micrófono, cogió aire y... de su boca salieron unas palabras en inglés, una dulce melodía que yo muy bien conocía... "I'm afraid it's been too long, try to find the reasons why..."
Por un momento, no supe que era imaginación. Era real. Era tan real que me puse a temblar. No podía contenerme. Mi sonrisa al escuchar esa primera frase de la estrofa, se transformó en una mueca de llanto en la siguiente: "I let my world close in around...", me lleve las manos a los labios, cerré muy fuerte los ojos, los volví a abrir llenos de lágrimas que no querían derramarse por mis mejillas. Me las aparté con las mangas de la sudadera porque no quería tener ese recuerdo empañado.
No podía parar de mirarle tocar y cantar esa canción: "a smaller patch to fading sky. But now I know beyond the walls to where I've never been. And It's still winter in my wonderland..."
Justo antes de empezar el estribillo, juraría que me buscó entre el público y allí me encontró. Sumida en un mar de emociones. Mi corazón tiritaba sin poder creerselo, no podía ser verdad. Me miró, le miré. Bajó la mirada y comenzó a cantar de nuevo, esta vez con una media sonrisa porque llegaba mi parte favorita de la canción:
"I'm waiting for the world to fall. I'm waiting for the scene to change. I'm waiting when the colours come. I'm waiting to let my world, come undone"
Entonces, puedo asegurar que me enamoré. Me enamoré perdidamente de él. Era él. Aquel chico que sabía que aquella era mi canción favorita.
Estaba sonando por todos los rincones del local y retumbaba en mis oídos como una brisa de aire helado. Nada podía arruinar ese instante; a pesar de que estábamos rodeados de gente, parecía que ese momento era solo de los dos.
Y sí... abrí los ojos. Todo lo que había imaginado se desvaneció. No había ocurrido, nada de eso había existido. Me costó creer que no había sucedido nada lo que acababa de soñar. Mi maldita imaginación había hecho que pareciese tan verdadero...
Yo me había enamorado. Mientras soñaba despierta. Y ahora nadie ocupaba mi corazón. Ya no sonaba mi canción.
Entonces, intenté no venirme abajo. Me senté en la cama y comencé a leer un libro.
El otro día mi imaginación voló.
Se fue tan lejos que recorrió antiguos parajes que alguna vez mi mente había diseñado. Al cabo de un buen rato, después de ver centenares de imágenes fulgurando sobre los ojos invisibles de mi cabeza, una de ellas se instauró con tanta claridad que mi realidad se convirtió en ese instante. La escena era algo habitual de mis fines de semana: un bar de ambiente con música a todo volumen. Yo hablaba sin parar, sonreía a veces, reía otras. No había mucha luz y, la poca que había, sombreaba nuestros animados rostros.
De repente, la estridente canción que estaba sonando y que reverberaba en el bar, se detuvo de golpe. La gente seguía hablando incesantemente hasta que se encendieron los focos de un pequeño escenario, y éste resplandeció. Entonces reinó el silencio en el pequeño lugar. Todos centraron su atención en el chico que estaba ahí, sentado en una silla justo en medio el escenario, iluminado por una luz cegadora que incidía sobre su guitarra y algún que otro aparato de música. A su alrededor dominaba una amenazadora oscuridad que no dejaba ver a su público, parecía no importarle en absoluto.
Le miré, estaba tranquilo. Yo estaba expectante, sentía que el corazón me latía cada vez con más fuerza, pues yo conocía a ese muchacho que estaba en ese escenario con una guitarra sobre las rodillas.
Colocó el micrófono, encendió el amplificador y sin pensárselo dos veces, comenzó a tocar las cuerdas, las cuales se resbalaban entre sus dedos con soltura. Con un dominio impactante del instrumento, empezó a mover una pierna al ritmo. Mi cabeza empezó a seguir ese mismo latido del instrumento, las notas, los acordes... todo se agalopaba en mi cabeza. Tragué saliva.
Vacilante, se acercó al micrófono, cogió aire y... de su boca salieron unas palabras en inglés, una dulce melodía que yo muy bien conocía... "I'm afraid it's been too long, try to find the reasons why..."
Por un momento, no supe que era imaginación. Era real. Era tan real que me puse a temblar. No podía contenerme. Mi sonrisa al escuchar esa primera frase de la estrofa, se transformó en una mueca de llanto en la siguiente: "I let my world close in around...", me lleve las manos a los labios, cerré muy fuerte los ojos, los volví a abrir llenos de lágrimas que no querían derramarse por mis mejillas. Me las aparté con las mangas de la sudadera porque no quería tener ese recuerdo empañado.
No podía parar de mirarle tocar y cantar esa canción: "a smaller patch to fading sky. But now I know beyond the walls to where I've never been. And It's still winter in my wonderland..."
Justo antes de empezar el estribillo, juraría que me buscó entre el público y allí me encontró. Sumida en un mar de emociones. Mi corazón tiritaba sin poder creerselo, no podía ser verdad. Me miró, le miré. Bajó la mirada y comenzó a cantar de nuevo, esta vez con una media sonrisa porque llegaba mi parte favorita de la canción:
"I'm waiting for the world to fall. I'm waiting for the scene to change. I'm waiting when the colours come. I'm waiting to let my world, come undone"
Entonces, puedo asegurar que me enamoré. Me enamoré perdidamente de él. Era él. Aquel chico que sabía que aquella era mi canción favorita.
Estaba sonando por todos los rincones del local y retumbaba en mis oídos como una brisa de aire helado. Nada podía arruinar ese instante; a pesar de que estábamos rodeados de gente, parecía que ese momento era solo de los dos.
Y sí... abrí los ojos. Todo lo que había imaginado se desvaneció. No había ocurrido, nada de eso había existido. Me costó creer que no había sucedido nada lo que acababa de soñar. Mi maldita imaginación había hecho que pareciese tan verdadero...
Yo me había enamorado. Mientras soñaba despierta. Y ahora nadie ocupaba mi corazón. Ya no sonaba mi canción.
Entonces, intenté no venirme abajo. Me senté en la cama y comencé a leer un libro.
jueves, 19 de noviembre de 2015
?
Na na na! Eso es para novatos...
Yo ya soy una experta, profesional y especializada en esa clase de besos. Son más dulces porque están llenos de algo que no sé como llamarlo.
Un día de estos iremos a tomar un helado por la playa. Luego me mirarás a los ojos y tal vez me besarás y me dirás que estoy preciosa a la luz tenue de la tarde.
Y por una vez en mi vida, no me sentiré una extraña...
Yo ya soy una experta, profesional y especializada en esa clase de besos. Son más dulces porque están llenos de algo que no sé como llamarlo.
Y por una vez en mi vida, no me sentiré una extraña...
No quiero un cuento de hadas.
¿Qué no quieres tú?
¿Qué no quieres tú?
lunes, 16 de noviembre de 2015
Memorias
Vale, me has pillado. ¿Qué quieres? Ya sé que quieres que te diga que sí. Pero dime, ¿qué contestarías si te digo que no?
Te quedarías callado creo yo. Te rayarías por la noche atormentándote, creyendo que no pienso en tí. Que nunca lo hago. Que te odio, que ojalá no te hubiera conocido, eres lo peor que me ha pasado en la vida. Me gustaría poder borrarte de una puta vez. Pero como ya te he dicho... eres una droga. Eres adictivo.
Vamos fuera, que con toda la música no te oigo bien.
Digo que eres una droga, adictivo. ¿Qué porqué? pues porque nunca nadie puede olvidarte.
¿Qué si es una indirecta dices? Si fuera borracha te diría que SI, pero como aún no... pues no te contesto.
Te invito a un chupito. Vale.
¿Qué me dices? ¡N o t e l o v o y a d e c i r!
Bueno, dame tu móvil. 777755. Esa es la respuesta...
Vaya... Sí, que me has pillado. Vete ya de mi cabeza, ya es sufiente. ¿Por? Es que hay noches que no me dejas dormir.
Que me has pillado, otra vez...
Te quedarías callado creo yo. Te rayarías por la noche atormentándote, creyendo que no pienso en tí. Que nunca lo hago. Que te odio, que ojalá no te hubiera conocido, eres lo peor que me ha pasado en la vida. Me gustaría poder borrarte de una puta vez. Pero como ya te he dicho... eres una droga. Eres adictivo.
Vamos fuera, que con toda la música no te oigo bien.
Digo que eres una droga, adictivo. ¿Qué porqué? pues porque nunca nadie puede olvidarte.
¿Qué si es una indirecta dices? Si fuera borracha te diría que SI, pero como aún no... pues no te contesto.
Te invito a un chupito. Vale.
¿Qué me dices? ¡N o t e l o v o y a d e c i r!
Bueno, dame tu móvil. 777755. Esa es la respuesta...
Vaya... Sí, que me has pillado. Vete ya de mi cabeza, ya es sufiente. ¿Por? Es que hay noches que no me dejas dormir.
Que me has pillado, otra vez...
domingo, 15 de noviembre de 2015
Ale como Alicia
Y yo sigo aquí. En mi país de las maravillas.
Suenan unos fuegos artifiales lejos de aquí, deben de ser preciosos. Pero no me quiero levantar de la cama para verlos. Porque quiero ver mis lágrimas reflejadas en el cristal. No quiero que sepas que estoy llorando, si te asomas por mi habitación (por si acaso vienes a darme las buenas noches), prefiero hacerme la dormida, echa un ovillo, tapada hasta las orejas, esperando paciente en el mundo de los sueños a que llegue mañana. Que tengo frío sin tí. Que se me escapa el tiempo y no se me quita este nudo en el estómago. Que pienso en tí, y no quiero. Sé que no vas a venir a verme, que no me quieres, que vas y vienes, me miras pero también a otras...
Y te quiero sólo para mí, pero suena egoísta por eso no te lo digo nunca.
Lo único que hago es escribir cosas sin sentido, pensar en tí por las noches y soñar con besos extraños. Esos que soy experta en darlos pero que en la realidad nunca los he dado. ¿O tal vez sí?
No sé, el alcohol me hace dudar ultimamente de lo que hago. Si tal vez, vinierais un momento y juntos hiciéramos memoria, tal vez me ayudaría a saber qué hicimos anoche. O lo que no hicimos.
No me gustaría recordarlo. Me gustaría vivirlo otra vez.
Y te quiero sólo para mí, pero suena egoísta por eso no te lo digo nunca.
Lo único que hago es escribir cosas sin sentido, pensar en tí por las noches y soñar con besos extraños. Esos que soy experta en darlos pero que en la realidad nunca los he dado. ¿O tal vez sí?
No sé, el alcohol me hace dudar ultimamente de lo que hago. Si tal vez, vinierais un momento y juntos hiciéramos memoria, tal vez me ayudaría a saber qué hicimos anoche. O lo que no hicimos.
No me gustaría recordarlo. Me gustaría vivirlo otra vez.
domingo, 8 de noviembre de 2015
Hola
La máquina a la que estoy conectada no se ha apagado. Simplemente mi cuerpo ha dejado de funcionar. Mi corazón ha parado de latir, mis ojos se han cerrado y noto como la vida se me escapa.
Ahora la han desconectado y ya no hace el agudo sonido: PIIIIIII
Que indicaba mi muerte. Ahora toda la habitación se ha quedado en silencio. Pero aún así yo puedo oír a tu corazón que está llorando.
¿Por qué lloras si no me quieres?
Bueno, haremos una gran excepción. Voy a volver a la vida por ti. Por que yo a ti si te quiero.
Una firma por aquí, otra firma por allá...
No voy a leer nada, pues no tengo mucho que perder.
Abro los ojos. Justo a tiempo. Pronto iban a enterrarme de nuevo en la oscuridad de la muerte.
¡HOLA A TODOS! ¡HE VUELTO A CASA!
Ahora la han desconectado y ya no hace el agudo sonido: PIIIIIII
Que indicaba mi muerte. Ahora toda la habitación se ha quedado en silencio. Pero aún así yo puedo oír a tu corazón que está llorando.
¿Por qué lloras si no me quieres?
Bueno, haremos una gran excepción. Voy a volver a la vida por ti. Por que yo a ti si te quiero.
Una firma por aquí, otra firma por allá...
No voy a leer nada, pues no tengo mucho que perder.
Abro los ojos. Justo a tiempo. Pronto iban a enterrarme de nuevo en la oscuridad de la muerte.
¡HOLA A TODOS! ¡HE VUELTO A CASA!
viernes, 6 de noviembre de 2015
La belleza
Si hay algo verdaderamente indefinible es la belleza. Es un concepto tan relativo, tan privado, que depende de los ojos de cada cual: de su educación estética, de su herencia cultural, incluso de su necesidad sentimental. De todos es sabido, en fin, que lo que para unos es considerado hermoso, para otros resulta abominable.
En la actualidad el concepto de belleza no es más que un aspecto elemental y superficial, como más cosmético y probablemente el más sujeto a los cambios en las modas y en los modos. La belleza, claro, es mucho más...
¿Que qué es?
Es por ejemplo, aquello que se agazapa en nuestra capacidad de disfrutar de un libro, de una música, de un cuadro. En esto influye, no obstante, cierta predisposición natural hacia la concepción y desarrollo del gusto; lo que uno ha leido, lo que ha oído y lo que ha visto en toda su vida. Por eso hay personas a las que les encanta la pintura de Bacon, por ejemplo y otros que adoran o se embelesan con las obras realistas de Manet. O como unos escuchan las composiciones de Vivaldi, y otros reggaeton. Y si ambas emociones son auténticas (si el amante de Bacon no es un simple snob o un inversor, y si el que escucha reggaeton no lo hace por menear su trasero en las discotecas), no creo que la experiencia íntima de la belleza, el destello vital, sea muy distinta en uno u otro caso, por más que Vivaldi es un dios de la cultura musical y otros tipos de música estén consideradas una inmensa horterada.
Hay percepciones estéticas, en fin, como el sobrecogimiento ante un paisaje montañoso o el deleite del olor de la lluvia en primavera, tal vez posean un valor casi universal... La emoción de los humanos ante esos fenómenos ha debido ser más o menos igual a través del tiempo y del espacio. Nos acercamos así al concepto más hondo de la belleza, al entendimiento profundo de lo que es. Pero la naturaleza de lo bello es fugitiva, y resulta difícil de atrapar (de nombrar, de definir). Es más fácil decir lo que no es belleza: y no es bello vivir sin darse cuenta de que uno está vivo. La belleza sale de la cabeza y del corazón, no debemos descuidar ni empobrecer por tanto, el mundo de los sentimientos y los afectos. La belleza es un impulso de armonía, de intensidad y de sabiduría, es una conciencia de ser que nos hace humanos. Es sentir, que la vida te late con suavidad en las venas.
En la actualidad el concepto de belleza no es más que un aspecto elemental y superficial, como más cosmético y probablemente el más sujeto a los cambios en las modas y en los modos. La belleza, claro, es mucho más...
¿Que qué es?
Es por ejemplo, aquello que se agazapa en nuestra capacidad de disfrutar de un libro, de una música, de un cuadro. En esto influye, no obstante, cierta predisposición natural hacia la concepción y desarrollo del gusto; lo que uno ha leido, lo que ha oído y lo que ha visto en toda su vida. Por eso hay personas a las que les encanta la pintura de Bacon, por ejemplo y otros que adoran o se embelesan con las obras realistas de Manet. O como unos escuchan las composiciones de Vivaldi, y otros reggaeton. Y si ambas emociones son auténticas (si el amante de Bacon no es un simple snob o un inversor, y si el que escucha reggaeton no lo hace por menear su trasero en las discotecas), no creo que la experiencia íntima de la belleza, el destello vital, sea muy distinta en uno u otro caso, por más que Vivaldi es un dios de la cultura musical y otros tipos de música estén consideradas una inmensa horterada.
Hay percepciones estéticas, en fin, como el sobrecogimiento ante un paisaje montañoso o el deleite del olor de la lluvia en primavera, tal vez posean un valor casi universal... La emoción de los humanos ante esos fenómenos ha debido ser más o menos igual a través del tiempo y del espacio. Nos acercamos así al concepto más hondo de la belleza, al entendimiento profundo de lo que es. Pero la naturaleza de lo bello es fugitiva, y resulta difícil de atrapar (de nombrar, de definir). Es más fácil decir lo que no es belleza: y no es bello vivir sin darse cuenta de que uno está vivo. La belleza sale de la cabeza y del corazón, no debemos descuidar ni empobrecer por tanto, el mundo de los sentimientos y los afectos. La belleza es un impulso de armonía, de intensidad y de sabiduría, es una conciencia de ser que nos hace humanos. Es sentir, que la vida te late con suavidad en las venas.
El amor
- ¡E-eh!
- Vamos.
- ¿Qu-qué está pasando? Esp-p-per, ¡esperen!
- Estás enferma.
- ¿Qué? ¿Qu-qué me pasa?
- Estás enferma, muy enferma... del corazón.
- ¿Mi corazón?
- Sí. Tu corazón. Está muy enfermo, herido, roto, destrozado... El corazón constituye el motor que mueve la sangre dentro del cuerpo. Es un órgano tremendamente vital y necesario para la salud de una persona, de manera que las enfermedades que le afectan tienen un carácter grave.
- ¿Cuál es el problema concreto de mi corazón?
- Evidentemente una alimentación inadecuada puede ser el origen de una serie de trastornos dañinos para el corazón. Además, otros factores pueden desencadenar enfermedades cardíacas. Como por ejemplo, el amor.
- ...
- Y el tratamiento de las enfermedades de un órgano tan delicado como el corazón le corresponde al medico o al especialista que debe diagnosticar la dolencia exacta y, después, determinar su tratamiento.
- Y entonces, ¿Qué es lo que me pasa exactamente?
- No lo sabemos aún. Todavía estás en la fase de experimentación.
¿Sabes? No dejo de pensar en tí. Ojalá se me cure pronto el corazón y pueda volver a amar como una persona normal. Los médicos me han dicho que el amor es el culpable de todo. Sólo tengo que olvidarme de tí un tiempo, una pequeña cirugía y mi corazón ya estará curado. Espero que me ayude la intervención de urgencia que me van a hacer.
Hoy he ido a operarme del amor, me han quitado el corazón por la espalda porque por delante lo protegían las molestas costillas.
Me han vacunado contra el amor y me han recetado unas pastillas diarias... una para no quererte, otra para odiarte a muerte, otra para no llorar y la última para que no me duela todo lo que estoy haciendo.
Creo que ya me están haciendo efecto. Me da igual todo.
lunes, 2 de noviembre de 2015
Tú y yo
Me fui en busca de unos ojos marrones acompañados del tiempo.
Sentía el viento rozando mi nuca con suavidad, un aliento gélido que se colaba travieso por mi sudadera. Me recordaba a la forma en la que la soledad se había ido introduciento poco a poco todos aquellos días de camino, sin embargo aquella sensación fría, con la que mi espina dorsal se estremecía, era más apacible que el vuelco que daba mi corazón con ese aislamiento constante en el que me encontraba. Estaba como perdida en un mundo inteligible, en una historia interminable.
Un fortuito encuentro nos unió en este viaje sin sentido y continuamos juntos sin pensar en los obstáculos que nos esperaban. Nos entreteníamos con canciones, conversaciones y hazañas. Fue increíble la forma en la que congeniamos, nos sentíamos guiados solamente por los sentimientos que ni siquiera sabíamos si sentíamos, porque estabamos completamente ciegos de pensamientos y deseos. Éramos un par de soñadores empedernidos.
Pero dentro de nosotros, sólo nos repentíamos una misma pregunta: ¿hasta dónde seríamos capaces de llegar por perseguir nuestros sueños?
Y yo, seguía sintiendo que no iba a volver a ver sus ojos marrones nunca más.
Sentía el viento rozando mi nuca con suavidad, un aliento gélido que se colaba travieso por mi sudadera. Me recordaba a la forma en la que la soledad se había ido introduciento poco a poco todos aquellos días de camino, sin embargo aquella sensación fría, con la que mi espina dorsal se estremecía, era más apacible que el vuelco que daba mi corazón con ese aislamiento constante en el que me encontraba. Estaba como perdida en un mundo inteligible, en una historia interminable.
Un fortuito encuentro nos unió en este viaje sin sentido y continuamos juntos sin pensar en los obstáculos que nos esperaban. Nos entreteníamos con canciones, conversaciones y hazañas. Fue increíble la forma en la que congeniamos, nos sentíamos guiados solamente por los sentimientos que ni siquiera sabíamos si sentíamos, porque estabamos completamente ciegos de pensamientos y deseos. Éramos un par de soñadores empedernidos.
Pero dentro de nosotros, sólo nos repentíamos una misma pregunta: ¿hasta dónde seríamos capaces de llegar por perseguir nuestros sueños?
Y yo, seguía sintiendo que no iba a volver a ver sus ojos marrones nunca más.
Dejar de pensar
Mi sitio está ahí. En algún lugar del cielo.
No quiero que nadie se venga conmigo.
Solo necesito surfear las olas del viento en mi tabla, que me suba la sangre a la cabeza por culpa de la presión, y caer inconsciente de una puta vez para dejar de pensar en ti.
No quiero que nadie se venga conmigo.
Solo necesito surfear las olas del viento en mi tabla, que me suba la sangre a la cabeza por culpa de la presión, y caer inconsciente de una puta vez para dejar de pensar en ti.
domingo, 1 de noviembre de 2015
Isla desierta
En medio de donde no hay nada, donde en realidad esta todo, estabamos escuchando los silenciosos murmullos del aire al chocarse con las velas del barco que se balanceaba ligeramente sobre el oscuro océano. Nos tenia intrigados y nos preguntabamos como habiamos llegado tan lejos. Parecia que el resquicio de luz que le quedaba al sol habia desaparecido en un oblicuo horizonte cargado de caoticos y brillantes colores. Y ahi estabamos nosotros, con el barco de vela, dedicandonos exclusivamente al amor, en medio del infinito oceano y pesando por un momento que tal vez el mundo entero era solo nuestro, que el tiempo se habia parado. Habiamos dejado de ser conscientes de que la tierra seguia girando sobre si misma suavemente y que los segundos pasaban con cada caricia y cada beso que nos dabamos. Ni si quiera nos percatamos de la presencia de las estrellas en el cielo que nos miraban cautelosas, tampoco nos estabamos dando cuenta de que el mundo es muy extraño y que los amaneceres son mas rapidos que un bostezo que todo algun dia se va a acabar, pues toda fiesta tiene su fin.
Aun no entiendo como realmente estabamos alli, no se si fue un sueño o una ilusion. Pero soy una chica valiente y aunque me vi rodeada de fuertes olas llenas de ira y vientos huracanados que parecian no detenerse nunca, el agua helada que me llego hasta los huesos se secó al fin de mi garganta y llego el momento que tome un trago de aire y respire, con la misma intensidad que inspire tu aliento la primera vez que hicimos el amor.
¿Te puedes creer que aun recuerdo como nos comió el mar, como en medio de la furiosa tormenta solte tu mano porque ni si quiera podia verte? Ahora me arrepiento de no haber vuelto a mirar tus ojos abiertos por ultima vez.
Sigo dandole vueltas y creo que el mundo es extraño. Y es muy malvado tambien. Porque me quitó a lo que mas queria y ademas hizo que las olas lo arrastrasen hasta la orilla y lo dejasen sin alma a mi lado. ¿Por qué?
Yo soy una chica valiente y aunque llorara en ese momento, el amanecer me consoló con sus primeros rayos de esperanza y quise por un momento que mi alma partiera contigo y volar entre las nubes. ¿Te he dicho alguna vez que siempre quise ser piloto?
Sigo dandole vueltas y creo que el mundo es extraño. Y es muy malvado tambien. Porque me quitó a lo que mas queria y ademas hizo que las olas lo arrastrasen hasta la orilla y lo dejasen sin alma a mi lado. ¿Por qué?
Yo soy una chica valiente y aunque llorara en ese momento, el amanecer me consoló con sus primeros rayos de esperanza y quise por un momento que mi alma partiera contigo y volar entre las nubes. ¿Te he dicho alguna vez que siempre quise ser piloto?
Refugio
Un matiz de desesperación y una patada en el culo.
Estudiar es lo único que hace que no piense en nada estúpido.
Cuando me tumbé en la cama sentí desfallecer, no pensé ni quitarme el maquillaje que manchaba mis mejillas sino que me dispuse a no pensar en nada, cerrar muy fuerte los ojos y dormir.
Lo mejor de esta historia es que a la mañana siguiente estaba perfectamente.
¿Lo peor? Que ninguno de ellos se dio cuenta de la pena que tenía guardada aquí dentro.
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