Buenas noches viajero del tiempo

Buenas noches viajero del tiempo.
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...


viernes, 6 de noviembre de 2015

La belleza

Si hay algo verdaderamente indefinible es la belleza. Es un concepto tan relativo, tan privado, que depende de los ojos de cada cual: de su educación estética, de su herencia cultural, incluso de su necesidad sentimental. De todos es sabido, en fin, que lo que para unos es considerado hermoso, para otros resulta abominable.
En la actualidad el concepto de belleza no es más que un aspecto elemental y superficial, como más cosmético y probablemente el más sujeto a los cambios en las modas y en los modos. La belleza, claro, es mucho más...
¿Que qué es?
Es por ejemplo, aquello que se agazapa en nuestra capacidad de disfrutar de un libro, de una música, de un cuadro. En esto influye, no obstante, cierta predisposición natural hacia la concepción y desarrollo del gusto; lo que uno ha leido, lo que ha oído y lo que ha visto en toda su vida. Por eso hay personas a las que les encanta la pintura de Bacon, por ejemplo y otros que adoran o se embelesan con las obras realistas de Manet. O como unos escuchan las composiciones de Vivaldi, y otros reggaeton. Y si ambas emociones son auténticas (si el amante de Bacon no es un simple snob o un inversor, y si el que escucha reggaeton no lo hace por menear su trasero en las discotecas), no creo que la experiencia íntima de la belleza, el destello vital, sea muy distinta en uno u otro caso, por más que Vivaldi es un dios de la cultura musical y otros tipos de música estén consideradas una inmensa horterada.

Hay percepciones estéticas, en fin, como el sobrecogimiento ante un paisaje montañoso o el deleite del olor de la lluvia en primavera, tal vez posean un valor casi universal... La emoción de los humanos ante esos fenómenos ha debido ser más o menos igual a través del tiempo y del espacio. Nos acercamos así al concepto más hondo de la belleza, al entendimiento profundo de lo que es. Pero la naturaleza de lo bello es fugitiva, y resulta difícil de atrapar (de nombrar, de definir). Es más fácil decir lo que no es belleza: y no es bello vivir sin darse cuenta de que uno está vivo. La belleza sale de la cabeza y del corazón, no debemos descuidar ni empobrecer por tanto, el mundo de los sentimientos y los afectos. La belleza es un impulso de armonía, de intensidad y de sabiduría, es una conciencia de ser que nos hace humanos. Es sentir, que la vida te late con suavidad en las venas.



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