Buenas noches viajero del tiempo

Buenas noches viajero del tiempo.
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...


sábado, 6 de febrero de 2016

El sueño


Ahí estaba yo, en medio de un camino de tierra rodeado de pequeñas casuchas antiguas desgastadas por el tiempo. El cielo brillaba, era casi blanco y lo que no se podía ver más allá resplandecía entre una inmensa neblina dorada. En medio del camino había un pozo de piedra, cuyo brocal estaba corroído y oxidado. El cubo reposaba sobre la vieja roca, llena de polvo amarillento. Caminé hacia el pozo y vislumbré a sus pies una leve luz que emergía de entre sus piedras, las cuales no estaban bien encajadas entre sí, me agaché y pude quitarlas fácilmente de una a una hasta encontrar lo que había ahí escondido. Había una pequeña puerta entreabierta de madera vieja comida por la carcoma, el candado estaba forzado y la luz se escapaba entre las tablillas. Con emoción pude leer las letras que decoraban el entramado: Las Historias de Ale. Las habían escrito tallando la madera con un objeto punzante y me pareció hermoso a pesar de las irregularidades de sus formas.
Unos pasos a mi espalda llamaron mi atención, me sobresalté, giré mi cabeza rápidamente. Era él. Estaba ahí, quieto, observándome con curiosidad. Sonreí para mis adentros, no me esperaba encontrar a nadie por allí.
- Hola.
Dije finalmente. Era consciente de que estaba soñando.
- Hola, Ale - Me contestó tranquilo. De pronto comenzó a sonar una melodía a lo lejos, una canción que los dos recordábamos bien. Una sonrisa se dibujó en mi rostro, me había dormido con los cascos puestos. Él me devolvió la sonrisa -. ¿Qué haces?
- ¡Mira lo que he encontrado!
- Tus historias...
Me giré y me volví a agachar contemplando la puertecita de pozo sumida en mis pensamientos. La abrí un poco más y metí mi mano hasta la muñeca. Sentí un escalofrío y a continuación la saqué, me quedé pensando un momento y le miré. Seguía ahí, confundido sin saber qué decir. Entonces le susurré muy seria:
- ¿Te gustaría venir conmigo? - Su cara de sorpresa me conmovió y agachó la mirada algo tímido ante la inesperada invitación - Podríamos vivir aventuras juntos.
Asintió un par de veces sonriéndome, mirándome a los ojos de una manera muy profunda que sólo el sabía y nos adentramos en la puerta de las historias.
Nunca antes nadie se había adentrado a mis historias, pero pensé que era bastante curioso el hecho de que él y yo nos hubiéramos encontrado en el mismo sueño aquella noche...


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