He sentido que me ahogaba durante el trayecto de vuelta a casa en el autobús y me he tenido que bajar en una de las paradas antes de llegar. He echado a correr de la misma forma que me hubiera gustado huir de mis pensamientos. Cada segundo que pasaba me preguntaba qué debía hacer: respirar o pensar. Porque hacer las dos cosas a la vez era imposible. Me contuve las lágrimas mientras caminaba con paso firme, y sí, deje de respirar.
Y pensé:
"En verdad, todo empezó mal. Nada más nacer comencé con un cuadro de hipoxia severa con apenas un 5 en el test de Apgar. No sé lo que pasó realmente y tal vez nunca lo sabré, pero estoy segura de que mis padres se divorciaron por mi culpa. Una carga molesta y cansina que no paraba de hacer preguntas pasó de saborear la felicidad a quedarse atrapada en un mar de lágrimas sin un barco de vuelta. Pasaron los años y no había nada que hacer, solo mal humor y más caras tristes. La cosa no mejoraba y me sumergí en los libros que me hicieron retomar la esperanza que había perdido. Escribir historias parecía una buena opción para salir de la realidad. Me iba, volvía, salía, venía... Pero el dolor nunca desaparecía del todo. Y ahora qué, nada ha servido. Estoy rota porque siento que no sirvo para nada, ni nada me apasiona realmente. Mi padre es pintor, yo no sé pintar bien. Mi madre es profesora, no sé enseñar bien. Me gusta escribir, pero no sé escribir bien. No sé cantar, no sé tocar la guitarra, no sé dibujar, no sé de música, no sé acerca de las estrellas, no sé nada sobre nada, realmente nada. No tengo nada que me defina, ni que me haga sentir completa del todo. Me arrepiento de mi pasado, de mil cosas. Y después de esforzarme no consigo lo que quiero, no pude hacer Medicina, y no hubiera sido buena médico, al igual que no soy una buena enfermera. Nada está hecho para mí. Por eso prefiero irme a otros mundos, y a otros lugares donde a lo mejor puedo ser parte de algo. Sentir que valgo. Ser yo misma. Verdaderamente, nadie me quiere. Nadie se preocupa por mí. Nadie piensa en mí. Y encima me tratan como una puta mierda. Nunca seré suficientemente nada. Ni suficientemente guapa, ni suficientemente inteligente, ni interesante, ni delgada, ni buena persona. Estoy harta de ser quien soy, de hacer el ridículo allá donde voy, de equivocarme, de sonreír. Estoy cansada de todo y de todos. Ojalá pudiera morir tranquila ya y que me dejaran en paz. No soporto que me mientan con un cariño falso que no es de verdad. Qué en realidad todo sea interés. Son egoístas. Y yo solo quiero ser yo, y no me dejan."
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