Me despierto más temprano de lo habitual. El cielo está nublado. Me visto de pies a cabeza para salir cuanto antes. Miro por la ventana, parece que lloran los cristales. Puedo escuchar incluso cómo cae la lluvia del cielo, ese golpeteo en la azotea marcado por el ritmo de las gotas.
Ojalá el sol viniera y se quedara pero parece que, una vez más, olvidé lo que me mantiene cálida y segura. Además, ésta es una canción para los días lluviosos.
¿Y si bailamos bajo la lluvia sin prestar atención a todas esas personas que nos miran desde dentro? Así dejaremos atrás todas nuestras preocupaciones y entonces podrás escucharlo: ese golpeteo en la azotea, el ritmo de las gotas, el sonido de los truenos a lo lejos... esa canción de días de lluvia.
Sé que, una vez que las nubes derramen sus lágrimas sobre las mías, estaré bien. Incluso si la lluvia siempre gana, incluso si me obliga a cerrar los ojos para soñar. Pues soñaré con días más brillantes. Sin el golpeteo en la azotea. Sin el ritmo de las gotas. Sin el sonido de los truenos. El sol vendrá y se quedará.
Pero hoy, sonará la canción para días de lluvia.