Me equivoqué. Pero en todos mis errores acierto. Con todos mis demonios me entiendo. No supe ver ni con las luces encendidas lo vacía que estaba por dentro. Entonces llegué, junto con un millón de estrellas, y el universo entero ante mí y lo comprendí. No puedo perder nada en este viaje pero siempre salto sin red. No tengo miedo de nada, aunque no lo creas. Incluso aunque me vaya a perder sin equipaje.
Entonces te encontré, y allí mismo detuve mi tiempo como ya sabía hacer; desperté y eras realidad y no sueño. Y no puedo esconder más lo inevitable, volví a saltar sin red, mi historia interminable. Me encontré y por fin, sé que este es mi sitio. Y todo esto ha sido el principio, no me puedo perder nada en este viaje.