Si me cortas, supongo que sangraré todos los colores del arcoíris y no podré volver atrás. Ayer era una joven inmadura llena de preguntas buscando una mano en la que aferrarme. Ahora, me he encontrado a mí misma y estoy sola respondiéndome en susurros con una sonrisa en los labios. Mi antigua yo no lo soportaría pero a mí me encanta. Y ya no puedo volver atrás.
Hay días que me cuesta andar y sigo los pasos de mi sombra porque hay noches en las que no hay estrellas, pero me obligo a seguir adelante. Voy a ir donde quiera ir, voy a hacer lo que quiera hacer... ¿no es genial? Y lo mejor es que no puedo volver atrás.
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