Siempre voy como si llegara tarde a todas partes. Siempre buscando un significado que no logro encontrar. Soy impaciente, y nadie me ha enseñado a esperar. Hubo un largo tiempo en el que me dejé atrás, y ese recuerdo me consume por dentro.
Sé que necesito tomarme las cosas con calma, respirar hondo, ir más despacio... pero siento que voy en caída libre, sin frenos, intentando seguir adelante, y nadie puede detenerme. La única cosa en la que creo soy yo. Solo yo puedo confiar en mí.
Porque me miro al espejo y veo fuegos bailando en mis ojos. Mis inseguridades son como diamantes brillando en el cielo. Y cuando me veo, sé que he llegado, sé que estoy en casa. Porque, a dónde quiera que vaya, siempre estaré yo.

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