Esto es una rendición. Una rendición a esa guerra devastadora que he vivido. Tendré estas cicatrices de por vida y unas heridas que sigo intentando curar, que ya no sangran como antes. No me tengo que esconder más en las trincheras, ya no puedo volver a ser quién era antes. Por eso puedo respirar. De repente estoy viva. Puedo seguir adelante. Parece como si el mundo volviera a nacer. Fue un camino duro, lleno de batallas, dicotomías y contradicciones. La revolución no es fácil con una guerra civil en el interior...

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