Hace unos años me pasaba una cosa muy curiosa. Cuando me quedaba en silencio y no oía nada más que mi respiración, sentía "algo" que aún no logro describir bien qué es. Era una sensación de agobio intenso. Parecía que el mundo iba muy despacio y yo muy deprisa. O el mundo muy deprisa y yo demasiado despacio. Mi corazón se aceleraba junto con mi respiración. La ansiedad se apoderaba de mí porque el pensamiento se hacía cada vez más y más fuerte. Sentía como si las paredes de mi habitación estuvieran poco a poco acercándose y fuera a morir aplastada y yo no pudiera hacer absolutamente nada. Intentaba mirar hacia otro lado, cambiar de actividad, hacer otra cosa y entretenerme. Incluso leer un libro o ponerme música y cantar muy alto. Pero nada lo paraba. El sentimiento de ahogamiento y de desesperación podía conmigo.
Pasó un tiempo y empecé a controlarlo. Cuando notaba que comenzaba a aparecer lo dejaba correr libre y entonces lo paraba. Lo liberaba y lo volvía a parar. En cuestión de meses podía incluso provocármelo a mi misma.
Hace mucho que no me ocurre. Pero noto que estoy en el límite. Noto que necesito estar sola, necesito volver a sentirlo. Sé que me provoca dolor. Pero no puedo evitar que quiera volver a experimentar la tormenta de mis sombras del pasado. Me mata pero me encanta.
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