Controla mis gestos, mi mirada, la comisura de mis labios, la lentitud de mis pasos e incluso, los latidos de mi corazón. Mis oidos están cerrados. Solo oyen tu voz de hace unos minutos. Mis ojos están ciegos, solo ven tu sonrisa. Mi boca está totalmente cerrada, solo se abrirá cuando tus labios estén cerca para besarme. Mi nariz solo huele tu pelo y respira tu aliento intentado alimentarse. Mi piel está insensible, solo siente las caricias que le has proporcionado hoy...
Mi mente solo se acuerda de ti. Ya no sé ni mi nombre, porque no paro de repetir el tuyo.
Todo mi yo necesita de ti.
Es insoportable no verte tanto tiempo, porque la raíz del amor que plantaste hace tiempo atrás, me ha envuelto por complento, sin apretarme demasiado pero sin dejarme libre. Cada beso, cada abrazo que me das, es el alimento de mi alma y de esa semilla que crece por momentos. Y nunca parará de crecer.
Es tan infinito el amor como los números.
La lluvia no se compara con las lágrimas que puede provocar el amor que siento por ti
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