Media noche

 

Existo

Existo, aunque me cueste creerlo.

Existo en el significado más puro y profundo de la palabra. Real, valiosa, presente. Soy, estoy, pertenezco y existo. Existo en cada pensamiento que tengo, en cada emoción que me atraviesa, en cada palabra que escribo aunque nadie la lea, en cada vez que respiro más hondo cuando me duele el alma. Aunque nadie me mire, aunque nadie me perciba, aunque nadie me piense, sigo aquí. Con esa luz que no necesito que me devuelvan. Porque ya es mía.

Las canciones

Ahora dime que no es justo, ahora dime que es mi culpa. El que yo lo recordara una y otra vez, la anécdota de ir persiguiendo la localización de tus puertas, pero sin abrirlas. Estoy perdiendo el tiempo, porque no es mi corazón. Ya no. El hacernos mayores no entraba en mis planes, pero nunca es demasiado tarde para mí. Siempre me quedaré como una tonta mirando las cartas que nunca te envié.

Habrá sido el viento

 

Pero si te soy sincera: es un sentimiento repugnante, el vacío de mi interior me recibe al llegar a casa y lo escondo entre las catacumbas de mi estómago para que se quede ahí, bien encerrado. Lo entierro muy profundo en ese agujero infinito para poder levantarme, ducharme, vestirme, y así, poder volver a todos los sitios donde solíamos ir y tacharlos de una lista imaginaria. Me pasaré meses y años buscando a alguien que me diga lo que mi corazón desea oír y, después de soñarlo un millón de veces, susurraré que habrá sido el viento.

Zona crepuscular

¿Lo he soñado todo? ¿O acaso es que soy yo la pesadilla? Parece que vivo en otra dimensión, atrapada en la zona crepuscular. ¿Es una escena de película en blanco y negro? En ese caso, yo sería de color gris y ganaría el premio a la mejor actriz, porque todo el mundo me ha malinterpretado.

El río Perdido

 

Si la riada se llevara consigo mis pertenencias, me pregunto qué sería de mí si no me queda nada. Mi locuacidad, el desparpajo de mis palabras, esa espontaneidad, ¿lo seguiría conservando o todo ello se perdería río abajo?

Las excentricidades, la singularidad de mis manías, quizás también desaparecerían con el agua. Mis ideas y todas aquellas sorprendentes suposiciones extrañas, incluyendo todas mis rarezas... ¿se irían o se quedarían conmigo para siempre?

A través de una ventana

 

Aprendí a echar el pestillo incluso antes de cerrar con llave, antes de cometer cualquier error, antes de mostrar lo peor de mí. No les daré razones para mirarme, no tengo nada que compartir, ni nada que decir. 

Empezamos la vida con estrellas en la mirada, nos brillaban los ojos. Empezamos creyendo que somos parte de algo, pero no siempre amanece y comienzas a equivocarte una y otra vez. Nadie te dice que por ahí no es, que lo estás haciendo mal. 

Ahora camino paso a paso, bajo un sol abrasador y me quemo. Paso a paso, bajo el sol con el que he aprendido. Aunque ahora estoy volviendo a aprender... ¿lograré al fin ser alguien más de lo que siempre he sido? Porque estoy dando golpes al cristal una y otra vez, saludando a través de una ventana. Intento hablar pero nadie puede escucharme. Esperaré a que aparezca una respuesta y, mientras tanto, contemplaré a la gente pasar. 

¿Alguien me saludará de vuelta?