Miro a mi alrededor, y mucha gente va paseando sus dones. Muestran a los demás sus proezas, su ingenio, sus formas de pensar... lo bien que se les da hacer ciertas cosas, destacan sus dones, los pulen, los exhiben. Otros, encambio tienen sus dones escondidos, unos saben que lo poseen, otros no...
Otros incluso desprecian el don tan valioso que se les ha concedido y deciden ignoralo, dejando escapar la oportunidad de brindar ayuda a los demás con su mágico poder.
Estoy cansada de buscarme un don. Por más que rebusco en mi interior no lo encuentro. Por ningún lado está el don de la belleza, el de la inteligencia, el de la sabiduría, el del entendimiento, el de la bondad, el de la fortaleza, el de la valentía... Tampoco tengo el don del oído, no sé tocar ningún instrumento, ni el don del dibujo, ni el de la pintura, tampoco el don de la escritura... Tal vez yo no tenga hada madrina, tal vez nunca se me conceda un don. Tal vez siempre seré alguien cualquiera, como otros muchos que vagan sin dones, esperando destacar algún día en algo, probando mil cosas y sin ser maestra de nada.
Intentaré sobrevivir sin hada madrina. Me las apañaré sin ayuda y sin pedir deseos. No necesito ser especial, ni que nadie piense que lo soy. Ni siquiera yo, porque me gusta no ser especial.
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