Y cuando ya sea invierno y los árboles se queden desnudos, podré escurrirme entre las sombras muy temprano. Me calmará el té de la mañana y después correré para coger el bus. Exhalaré el vaho y se mezclará con el aire helado.
Y cuando todo se haya acabado, tal vez, seas capaz de coger al vuelo las pistas que te voy dejando. Tal vez, algún día en la biblioteca, me verás leyendo Shakespeare dejando a un lado mis libros de radiología. No me preguntes porqué, no le preguntes al tiempo, tú mismo lo comprenderás.
Tal vez, los días de lluvia sean los mejores días... |
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