Me han enseñado mal a quererme.
Desde mi ataúd les grité que estaba bien, pero ni me miraron. Mi dolor llenaba hasta las esquinas y nadie parecía notarlo. Ahora quiero salir de aquí sin dar explicaciones ni ir rogando a cualquiera que me valore por ser quien soy. Busco una calificación tangible de lo guay que soy porque no lo siento ni cerrando muy fuerte los ojos. Estoy harta de ir demostrando cosas sin sentido, volcando realmente un inmenso vacío que no entiendo ni yo. Estoy cansada de desperdiciarme por los demás. Estoy agotada de perderme a mí misma entre la multitud. Estoy exhausta, en serio. Rota de tanto joderme el corazón. Pensaba que no me dejaban estar bien, pero no me dejo a mí misma.
Me han enseñado mal a quererme. Ahora yo sola me tengo que enseñar. Tengo que volver a aprenderme.
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