Pasaré mucho frío este invierno, de ese que se te cuela hasta los huesos, que lo sientes hasta en las uñas. Del frío ese traicionero que llega hasta el corazón. Y no estoy hablando del tiempo de enero, ni de la lluvia y menos de la nieve. Estoy hablando de ese vacío que te queda dentro después de marearte por dar tantas vueltas, de notar que no has conseguido nada y que lo has perdido todo. La tristeza absoluta de saber que nunca vuelvas a rozar con la punta de los dedos aquello que llaman… felicidad. ¿Dónde se habrá metido? ¿Hace cuando no la veo? ¿Por qué no me ha llamado? Dime lo que he hecho mal, dime si me he equivocado. Las respuestas las tiene mi amigo el de las respuestas. El hombre de la colina del bosque, del que siempre escribo. El que por mucho que vaya a visitar, siempre me recibe en silencio y me despide de la misma manera. Solo miramos a las estrellas con la compañía del tintineo del cascabel de su gato. Miro hacia atrás. Pero hay tantos recuerdos. El pasado se acumula y siento que no quiero crecer más. Las cosas no se van quedando tras de mí, las voy arrastrando y no puedo más. No puedo con tú dolor, ni con el suyo, ni con el mío. Solo me queda el color oscuro y turbio de lo vivido. Otro día más.
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SLT Siento La Tormenta |
Cuando una noche de madrugada, decides que vas a cambiar y te invade esa nostalgia del pasado, comprendes que no vas a poder frenar, que ya vas cuesta abajo.
Se oye un trueno a lo lejos. Se aproxima una tormenta. Pero en mi interior. Que ruge sin descanso deseando salir.
Por favor, que nadie me salve. Ni ahora ni nunca, porque amo esta sensación.
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