- Pues toma mi mano, andaré contigo, querida.
- Las escaleras crujen por la noche, los ruidos me mantienen despierta y no puedo dormir.
- Es la casa diciéndote que cierres los ojos.
- Algunos días no puedo ni levantarme de la cama.
- Me está matando verte así.
- Hay una vieja voz en mi cabeza que está llevándome hacia atrás.
- Bueno, dile que echo de menos nuestras pequeñas charlas.
- Pronto se apagará y se enterrará en nuestro pasado.
- Nosotros solíamos jugar fuera cuando éramos jóvenes, llenos de vida y llenos de amor.
- Algunos días no sé si estoy en lo cierto o me equivoco.
- Tu mente está jugando contigo, querida.
No escuches ni una palabra de lo que te digo. Los gritos siempre suenan igual.
Porque aunque la verdad pueda ser relativa y variar, este barco nos llevará sanos y salvos hasta la orilla.
- Te has ido. Te has ido lejos. Te he visto desaparecer. Todo lo que queda es un fantasma de ti. Estoy destrozado, no hay nada que podamos hacer. Sólo déjame ir, pronto nos encontraremos otra vez.
NO, espera. Espérame. Por favor, quédate por aquí, así te veré cuando te quedes dormida.
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