Buenas noches viajero del tiempo
Buenas noches viajero del tiempo.
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...
domingo, 15 de mayo de 2011
Empezaste tú
Tú comenzaste esto. Tú debes acabarlo. Pero el orgullo impide que las palabras salgan de tu boca. Ya no importa, estoy muerta.
martes, 26 de abril de 2011
Cometiendo errores
A veces me entran unas ganas inmensas de mandarlo todo a la mierda. Pienso que todo lo que hago, he hecho o incluso hice hace tiempo, no ha servido para NADA. Así me hacen sentir. Así se ríen de mi.
Me miran esperando una respuesta. ¿Pero qué mas quieres que te de? La vida no es justa conmigo a veces. En realidad nadie lo es tampoco. Si pudiera demostrarle al mundo como me siento por dentro en este momento, y que sientan las mismas ganas de partir a llorar que yo, tal vez se dieran cuenta de que duele. Y que sus insultos hieren como espadas en el corazón. Espadas imaginarias y dolorosas, que yo en cuestión de minutos, voy a convertir en realidad. Por que así soy yo. No me conformo con sentir el dolor de esa forma. No. Yo tengo que hacerme ese dolor de verdad, quiero sentirlo bien, que duela muy dentro, muy profundo de mi alma. ¿Para qué? Para después reirme de vosotros. Devolveros vuestras acusadoras miradas tipo "efecto boumerang", todo lo que me lances contra ti se volverá. Para poder demostraros, que después de todo ese dolor, más un poco más que he sacado exclusivamente para mí, puedo volver a levantarme. Que aquí estoy como todos los días, sonriendo. Desprendiendo luz por los ojos que por la noche no han parado de llorar. ¡Toma ya!
Me miran esperando una respuesta. ¿Pero qué mas quieres que te de? La vida no es justa conmigo a veces. En realidad nadie lo es tampoco. Si pudiera demostrarle al mundo como me siento por dentro en este momento, y que sientan las mismas ganas de partir a llorar que yo, tal vez se dieran cuenta de que duele. Y que sus insultos hieren como espadas en el corazón. Espadas imaginarias y dolorosas, que yo en cuestión de minutos, voy a convertir en realidad. Por que así soy yo. No me conformo con sentir el dolor de esa forma. No. Yo tengo que hacerme ese dolor de verdad, quiero sentirlo bien, que duela muy dentro, muy profundo de mi alma. ¿Para qué? Para después reirme de vosotros. Devolveros vuestras acusadoras miradas tipo "efecto boumerang", todo lo que me lances contra ti se volverá. Para poder demostraros, que después de todo ese dolor, más un poco más que he sacado exclusivamente para mí, puedo volver a levantarme. Que aquí estoy como todos los días, sonriendo. Desprendiendo luz por los ojos que por la noche no han parado de llorar. ¡Toma ya!
viernes, 15 de abril de 2011
Un día negro
Hoy, ha sido un hoy. Mañana será un mañana. Algo distinto. Algo nuevo o algo recordado.
No sé. Nadie lo sabe. Escepto el que conoce todas las respuestas.
Aún no me he olvidado de tí amigo.
Recuerdo como si fuera ayer cuando te visité. Estabas sentado en el porche y la luz del sol rozaba ligeramente tus mejillas, y tus ojos brillaban con asombro por mi espontánea elocuencia. Tu gato me miraba pensativo. Escuchaba la conversación atento. Si no lo supiese, diría que lo estaba entendiendo todo.
Tus ojos se posaron sobre el sol, que se escondía lentamente y dejaba paso a las primeras estrellas del anochecer. Tú solo respondiste: "Quizás". Un "quizás" que me atormentaba cada noche y no me ha dejado dormir los ultimos meses. Quizás...
Quizás todo esto fue una pista, quizás el brillo impactante de tus ojos tenía la respuesta. Quizás ese beso que me diste cuando el sol desapareció, era amor...
No sé. Nadie lo sabe. Escepto el que conoce todas las respuestas.
Aún no me he olvidado de tí amigo.
Recuerdo como si fuera ayer cuando te visité. Estabas sentado en el porche y la luz del sol rozaba ligeramente tus mejillas, y tus ojos brillaban con asombro por mi espontánea elocuencia. Tu gato me miraba pensativo. Escuchaba la conversación atento. Si no lo supiese, diría que lo estaba entendiendo todo.
Tus ojos se posaron sobre el sol, que se escondía lentamente y dejaba paso a las primeras estrellas del anochecer. Tú solo respondiste: "Quizás". Un "quizás" que me atormentaba cada noche y no me ha dejado dormir los ultimos meses. Quizás...
Quizás todo esto fue una pista, quizás el brillo impactante de tus ojos tenía la respuesta. Quizás ese beso que me diste cuando el sol desapareció, era amor...
Cierra los ojos y simplemente siente |
lunes, 11 de abril de 2011
Una vez que viene, no se va
Es verdad. Ocurre igual en el amor. Alguien, cuando se cuela dentro de tu corazón, deja una huella imborrable. Que siempre va estar ahí, va a hacerte compañía en los momentos buenos y en los malos. Va a perecer contigo. Va a quedarse para siempre bajo tu piel...
Lo mismo pasa con mi vieja amiga, la conozco a penas un par de años, no nos llevamos demasiado bien, y aun así, AQUÍ ESTÁ. Gritando en mi mente en cualquier situación. Una voz en mi cabeza que nunca calla. Un temor intachable. Unas ganas de llorar inmensas. Un murmullo aterrador amenazando con una muerte lenta pero dulce. Y no puedo. No puedo ni podré librarme de ella nunca.
Si me quieres ayudar, sólo intenta mantenerme distraída...
Lo mismo pasa con mi vieja amiga, la conozco a penas un par de años, no nos llevamos demasiado bien, y aun así, AQUÍ ESTÁ. Gritando en mi mente en cualquier situación. Una voz en mi cabeza que nunca calla. Un temor intachable. Unas ganas de llorar inmensas. Un murmullo aterrador amenazando con una muerte lenta pero dulce. Y no puedo. No puedo ni podré librarme de ella nunca.
Si me quieres ayudar, sólo intenta mantenerme distraída...
¿Por qué no puedo alejarme de tí? |
miércoles, 23 de marzo de 2011
Profase
Ahora estoy en la profase, donde mi tristeza se duplica, desaparece mi sonrisa, mi sangre se condensa y comienzo a pensar en qué va a ocurrir. No puedo volver atrás, porque ya pase la interfase. Esa fase donde mis ganas de comenzar una gran batalla han aumentado de tamaño y he llegado al punto de no retorno; me veo obligada a completar el ciclo. Debo seguir con esta decisión sin mirar atrás.
Allá voy, pendiendo de un hilo. Jugando con los resquicios de mi felicidad. No sé lo que tengo entre las manos ni sé lo que voy a perder.
No hay más. SLT
Allá voy, pendiendo de un hilo. Jugando con los resquicios de mi felicidad. No sé lo que tengo entre las manos ni sé lo que voy a perder.
No hay más. SLT
martes, 22 de marzo de 2011
Secuelas temporales
Me quemas la piel poco a poco y, como quien se fuma un cigarrillo, me vas consumiendo lentamente. Y duele. Duele porque estoy lejos de tu boca, no me rozas con tus labios, no me susurras cosas bonitas. Solo aspiras todo lo que tus pulmones te permiten, dejas que pases unos segundos y después, expiras ese humo grisáceo y etéreo que me envuelve, dejando ver solamente el brillo de tus ojos. Que no me están mirando a mí. Están perdidos en algún punto de la habitación, deseando no ser molestado por otras miradas. Como la mía. A lo mejor, me esquivas porque te duele. Te duele que no pueda quererte un poco más.
Pero quererte más ya es imposible...
Siento que la vida va haciendo lupins. Sube, baja. Gira y da otra vuelta. A veces me mareo. Pero en las bajadas me entra ese cosquilleo en el estómago y no puedo evitar soltar una carcajada.
No me gusta montar sola, prefiero oír las risas de los que me acompañan para que mi sonría sea mas amplia y así, sentirme viva.
Cada vez me gusta más mirar el reflejo del cielo en los charcos...
deberíais probarlo...
SLT ~ anything more to say
lunes, 14 de marzo de 2011
sábado, 12 de marzo de 2011
viernes, 4 de marzo de 2011
Oportunidades
Los pensamientos se van tan rápido como llegan. Y las oportunidades que tengo de escribirlos se desvanecen, como si de apagar una vela se tratase. Y por mucho que intento recordar, no lo consigo y sólo veo en el borde de la mente a los pájarillos de esta mañana acurrucados en los árboles viendo los copos caer sobre la carretera. Limpiando las calles de prejuicios y mentiras. Los almendros ya dan sus flores y dan un toque rosado que se mezcla con el cielo gris y frío. La primavera comienza el día 20 y las estrellas lo saben, pronto aparecerán entre las nubes para avisarnos.
Es raro soñar. Pero quieroo hacerlo tanto como pueda. En esta vida no hay más.
Es raro soñar. Pero quieroo hacerlo tanto como pueda. En esta vida no hay más.
domingo, 20 de febrero de 2011
Perdida
Ando perdida y sola bajo la lluvia sin saber qué va a pasar. Sigo buscando mis dichosas respuestas.
Como siempre, intento averiguar el porqué de las cosas aunque ello me lleve al sufrimiento y a la locura. Me niego a vivir sin pensar ni preguntar. Quiero mirar a lo lejos y poder verlo todo con total claridad. Quiero mirarme al espejo y saber quién soy yo. Quién eres tú. Qué somos. Qué estamos haciendo. Tal vez nunca esté tan cerca de tocar el cielo con la punta de los dedos como el jueves pero, aun así, quiero recordar a todos esos personajes relevantes que su nombre perdura aún en nuestros días. Han dejado una huella imborrable en el mundo donde han vivido, y ahora no podremos olvidarlos jamás. Me he preguntado, y ¿porqué no puedo hacerlo también yo? Y quién no lo desearía...
No quiero ser recordada. Solo quiero que alguien disfrute leyendo mis obras, que sientan algo nuevo en el corazón, que lleguen a sentirse igual de bien como yo al escribirlas. Que sus ojos se posen en las palabras y su mente en cada volátil pensamiento. Me gustaría que se dieran cuenta de la magia que les rodea, de todas esas historias increíbles en las que viene bien sumergerse de vez en cuando para salir de la realidad. No pretendo que estudien mi letra, ni mi ortografía, ni mis temas, ni mis personajes. Quiero que lean y sientan ese sentimiento extraño que se te cuela como un escalofrío, y se queden pensando por la noche antes de irse a dormir: "solo me queda un capítulo, que ocurrirá al final" y luego, que cierren el libro, se queden embobados mirando a la nada, con una media sonrisa en los labios, satisfechos. Que miren de nuevo la portada, releer mi nombre para recordarlo y recomendárselo a un amigo...
Yo no sé ni si quiera si tengo talento. Sólo sé que de pequeña empecé a escribir lo que pensaba, lo que me hubiera gustado que ocurriese, dejaba al corriente a la imaginación. Sin un uso correcto de la palabra y bastante inestable, escribí uno de mis primeros cuentos largos. Se titulaba El Pájaro De La Alcantarilla. Basado en una historia real, con elementos imaginarios. Con el apoyo de mis padres, que me decían que escribía de maravilla, me motivé y comencé a escribrir cada cosa que se me pasaba por la mente, por la mente de una niña de 5 años. Conforme fue creciendo, mis padres dejaron de leerme por la noche y yo, por mi cuenta, comencé a leer muchísmos libros. Cada vez me gustaban más y mis padres no paraban de comprarme. Con el paso de los años comencé a pensar que yo algún día iba a escribir uno de aquellos libros tan fantásticos, quería que la gente conociera mis propias historias, además parecía tarea fácil. Es cierto que cuando mucha gente te dice que algo se te da bien, tu ni si quiera te planteas si es verdad o no, simplemente te pones a hacerlo, convencido de que lo estás haciendo genial. Al tener esta confianda sale bien de todos modos. Tal vez eso me ocurrió a mi. Escribir una novela, en realidad no es tan fácil, pero tampoco muy difícil si tienes las cosas clara o has leído mucho. No sé, ni si quiera a estas alturas si tengo talento, pero voy a hacer todo lo que esté en mi mano por dejar huella en el mundo y en algún corazón. Voy a invertir mi tiempo en algo que me gusta de verdad, que llevo toda mi vida haciendo que se sobre todo me llena. Puedes conseguir cualquier cosa, solo propóntelo.
Como siempre, intento averiguar el porqué de las cosas aunque ello me lleve al sufrimiento y a la locura. Me niego a vivir sin pensar ni preguntar. Quiero mirar a lo lejos y poder verlo todo con total claridad. Quiero mirarme al espejo y saber quién soy yo. Quién eres tú. Qué somos. Qué estamos haciendo. Tal vez nunca esté tan cerca de tocar el cielo con la punta de los dedos como el jueves pero, aun así, quiero recordar a todos esos personajes relevantes que su nombre perdura aún en nuestros días. Han dejado una huella imborrable en el mundo donde han vivido, y ahora no podremos olvidarlos jamás. Me he preguntado, y ¿porqué no puedo hacerlo también yo? Y quién no lo desearía...
No quiero ser recordada. Solo quiero que alguien disfrute leyendo mis obras, que sientan algo nuevo en el corazón, que lleguen a sentirse igual de bien como yo al escribirlas. Que sus ojos se posen en las palabras y su mente en cada volátil pensamiento. Me gustaría que se dieran cuenta de la magia que les rodea, de todas esas historias increíbles en las que viene bien sumergerse de vez en cuando para salir de la realidad. No pretendo que estudien mi letra, ni mi ortografía, ni mis temas, ni mis personajes. Quiero que lean y sientan ese sentimiento extraño que se te cuela como un escalofrío, y se queden pensando por la noche antes de irse a dormir: "solo me queda un capítulo, que ocurrirá al final" y luego, que cierren el libro, se queden embobados mirando a la nada, con una media sonrisa en los labios, satisfechos. Que miren de nuevo la portada, releer mi nombre para recordarlo y recomendárselo a un amigo...
Yo no sé ni si quiera si tengo talento. Sólo sé que de pequeña empecé a escribir lo que pensaba, lo que me hubiera gustado que ocurriese, dejaba al corriente a la imaginación. Sin un uso correcto de la palabra y bastante inestable, escribí uno de mis primeros cuentos largos. Se titulaba El Pájaro De La Alcantarilla. Basado en una historia real, con elementos imaginarios. Con el apoyo de mis padres, que me decían que escribía de maravilla, me motivé y comencé a escribrir cada cosa que se me pasaba por la mente, por la mente de una niña de 5 años. Conforme fue creciendo, mis padres dejaron de leerme por la noche y yo, por mi cuenta, comencé a leer muchísmos libros. Cada vez me gustaban más y mis padres no paraban de comprarme. Con el paso de los años comencé a pensar que yo algún día iba a escribir uno de aquellos libros tan fantásticos, quería que la gente conociera mis propias historias, además parecía tarea fácil. Es cierto que cuando mucha gente te dice que algo se te da bien, tu ni si quiera te planteas si es verdad o no, simplemente te pones a hacerlo, convencido de que lo estás haciendo genial. Al tener esta confianda sale bien de todos modos. Tal vez eso me ocurrió a mi. Escribir una novela, en realidad no es tan fácil, pero tampoco muy difícil si tienes las cosas clara o has leído mucho. No sé, ni si quiera a estas alturas si tengo talento, pero voy a hacer todo lo que esté en mi mano por dejar huella en el mundo y en algún corazón. Voy a invertir mi tiempo en algo que me gusta de verdad, que llevo toda mi vida haciendo que se sobre todo me llena. Puedes conseguir cualquier cosa, solo propóntelo.
miércoles, 16 de febrero de 2011
Incertidumbres
Estoy indecisa. No me siento yo misma. Estoy diferente. Extraña. Como si no me conociera. Miro a las estrellas por si ellas me dan la respuesta a todas mis preguntas. Pero siguen en silencio, contemplándome indecisas. ¿Tendrán ellas las mismas incertidumbres que yo? Volvieron mis sueños increíbles, y esas típicas expresiones mías tan coloquiales al escribir... Vuelvo a sentir el dulce aroma de las páginas de un libro, y el dolor de cabeza que se apodera de mi mente cada vez que leo a oscuras y se me mezclan las miles de palabras casi imperceptibles a los ojos. Mi sentido de la horientación me empieza a fallar. Hago las cosas sin pensar. Esquivo miradas y susurro pensamientos indescriptibles. Me vuelvo a encerrar en mi mundo oscuro de nuevo. Invento alguna que otra canción y me dirijo al cielo que contiene la lluvia; mi principal inspiración.
Intento calmarme, pero no puedo. Respiro hondo, indago en lo más profundo de mi alma e intento encontrar algo que ya no está, o que tal vez se haya escondido. Me afecta tanto su ausencia que tirito de frío. La niebla invade mis labios y sólo digo palabras sin sentido. Echo una ojeada al horizonte. Todo es diferente desde aquí arriba. No veo nada, pero aún así disfruto de la vista. Desde aquí no veo nada.
Solo me veo a mí, brillando entre tanta oscuridad. Me sigo preguntando incertidumbres sin respuesta, que ni siquiera los focos, que aparentan ser estrellas cercanas, me pueden responder. Todo gira a mi alrededor como una nube de pulpurina. De repente no me preocupa nada. Aunque me siento sola no echo la vista atrás. Sólo miro al suelo de vez en cuando. Puedo oír los latidos de mi corazón entre tanto ruido. Es como el bajo de mi propia melodía. Marca el rítmo al quiere que yo vaya. Yo le sigo obediente y tarareo una canción.
Maldito corazón ya me la has vuelto a jugar, bájate la distorsión... que no puedo oírme a mí...
Pierdo los sentidos...
No me reconozco...
Ahora sé que no soy yo misma.
- ¡VAMOS!
Los acordes y el tiempo se mezclan con mi voz, llegando a todos los rincones de la sala, a todos los oídos que escuchan con atención y llegando también, al mismisimo resquicio de mi felicidad.
SIENTO LA TORMENTA DE MI CORAZÓN! (l)
Intento calmarme, pero no puedo. Respiro hondo, indago en lo más profundo de mi alma e intento encontrar algo que ya no está, o que tal vez se haya escondido. Me afecta tanto su ausencia que tirito de frío. La niebla invade mis labios y sólo digo palabras sin sentido. Echo una ojeada al horizonte. Todo es diferente desde aquí arriba. No veo nada, pero aún así disfruto de la vista. Desde aquí no veo nada.
Solo me veo a mí, brillando entre tanta oscuridad. Me sigo preguntando incertidumbres sin respuesta, que ni siquiera los focos, que aparentan ser estrellas cercanas, me pueden responder. Todo gira a mi alrededor como una nube de pulpurina. De repente no me preocupa nada. Aunque me siento sola no echo la vista atrás. Sólo miro al suelo de vez en cuando. Puedo oír los latidos de mi corazón entre tanto ruido. Es como el bajo de mi propia melodía. Marca el rítmo al quiere que yo vaya. Yo le sigo obediente y tarareo una canción.
Maldito corazón ya me la has vuelto a jugar, bájate la distorsión... que no puedo oírme a mí...
Pierdo los sentidos...
No me reconozco...
Ahora sé que no soy yo misma.
- ¡VAMOS!
Los acordes y el tiempo se mezclan con mi voz, llegando a todos los rincones de la sala, a todos los oídos que escuchan con atención y llegando también, al mismisimo resquicio de mi felicidad.
Me siento pequeña entre tanta gente... |
domingo, 6 de febrero de 2011
Lo peor
Siempre me sucede lo irresoluble. Algo en que pensar todo el rato. En esos momentos mi respiración acelera y no puedo hacer dos cosas a la vez. Empiezo a martirizarme por dentro y ya no sé que pensar.
Entonces me limito a indagar más y más hasta creer que estoy haciendo lo peor. Que me sucede lo peor. Que lo peor está por llegar. Que nada va a cambiar, porque es la pura realidad...
Me digo a mi misma que pare. Para siempre. Vamos. Venga. Adios.
Pero esa extraña sensación se apodera otra vez de mi cuerpo y no puedo controlarme. ¿Que necesito para ser feliz?
En reliadad creo que no necesito absolutamente nada.
SLT, como siempre...
Entonces me limito a indagar más y más hasta creer que estoy haciendo lo peor. Que me sucede lo peor. Que lo peor está por llegar. Que nada va a cambiar, porque es la pura realidad...
Me digo a mi misma que pare. Para siempre. Vamos. Venga. Adios.
Pero esa extraña sensación se apodera otra vez de mi cuerpo y no puedo controlarme. ¿Que necesito para ser feliz?
En reliadad creo que no necesito absolutamente nada.
SLT, como siempre...
sábado, 5 de febrero de 2011
Silencio
Estoy llegando a pensar que el silencio es el mejor compañero de viaje. No te agobia, no te estorba. Te sigue a donde quiera que vayas, sin límites, sin fronteras. No se queja si el camino es duro. Se queda callado cuando más necesitas estar solo, se mantiene sin decir palabra cuando tienes que pensar. Se limita a hacer que te sientas como en medio de la nada, rodeado de una agradable soledad.
En cambio ahora, estoy llegando a pensar que es el peor compañero de viaje. No te ayuda, no te aconseja se queda callado cuando más necesitas una opinión, o una simple mano para levantarte. No te cuida, se queda observándote en la nada esperando cuando vas a dar el paso por tí mismo. No te da conversación y hace que te aburras. El camino se te hace eterno por su culpa y sientes la soledad muy dentro de ti. Te terminas convenciendo que no te importaría la compañía de otro compañero de viaje.
¡Entonces piensas en la amistad! :)
En cambio ahora, estoy llegando a pensar que es el peor compañero de viaje. No te ayuda, no te aconseja se queda callado cuando más necesitas una opinión, o una simple mano para levantarte. No te cuida, se queda observándote en la nada esperando cuando vas a dar el paso por tí mismo. No te da conversación y hace que te aburras. El camino se te hace eterno por su culpa y sientes la soledad muy dentro de ti. Te terminas convenciendo que no te importaría la compañía de otro compañero de viaje.
¡Entonces piensas en la amistad! :)
domingo, 30 de enero de 2011
A kilómetros de distancia
Estábamos hablando de ningún tema en particular, dejándonos llevar por las palabras. Sin mirarnos a los ojos, pendientes de otra cosa y sonriendo. Así estábamos al caer la tarde.
Intentaba no pensar en mi última historia, y echaba un vistazo de vez en cuando para ver si sus ojos se fijaban en mí. Mi mundo quedaba en otra parte, a kilómetros de distancia, donde no podrían encontrarme. Yo sonreía para mis adentros y a veces me sentía feliz, como si nada nunca hubiera pasado.
Mi corazón echa una carrera a mis sentimientos, late más rápido para que puedan oírle en el mundo de verdad. Para sentirse querido cuando más lo necesita...
Intentaba no pensar en mi última historia, y echaba un vistazo de vez en cuando para ver si sus ojos se fijaban en mí. Mi mundo quedaba en otra parte, a kilómetros de distancia, donde no podrían encontrarme. Yo sonreía para mis adentros y a veces me sentía feliz, como si nada nunca hubiera pasado.
Mi corazón echa una carrera a mis sentimientos, late más rápido para que puedan oírle en el mundo de verdad. Para sentirse querido cuando más lo necesita...
viernes, 28 de enero de 2011
Incógnitas irresolubles
Se me pasaba el tiempo. Se me escapaba por los resquicios de mi mente, haciendo que divagara sobre los límites de mi lúgubre pensamiento mientras sostenía la mirada en un punto fijo del techo de mi habitación. Se me pasaba el tiempo y sin saber qué hacer, mantenía la mente en blanco sin ser consciente de ello. Tal vez en ese estado de trance, pude olvidarme un poco de la realidad y trasladarme a donde mi memoria quisiese llevarme. Sin justificarse, me llevó unos tres años atrás, mezclando imágenes y haciéndome recordar cosas que ni si quiera habría imaginado, donde yo, por aquel entonces, no tenía las cosas tan claras. Miles de vídeos difusos pasaron por mi cabeza sin avisar. Yo los vi uno a uno sin rechistar, tampoco quería salir de ese extraño sueño, pero una parte de mí sabía que estaba despierta.
Mi corazón comenzó a acelerarse cada vez que algo me sorprendía, o cuando salían cosas increíbles, o esos sueños imposibles del pasado… Entonces la imagen borrosa desaparecía, se disolvía delante de mis ojos y se guardaba en algún rincón escondido en los que se guardan los recuerdos inolvidables. Mi corazón volvía al monótono ritmo del reposo. Y otra imagen, esta vez más clara, más definida. Estaba llegando sin duda al auge de mi pensamiento, al mismo corazón de los recuerdos de hacía ya tres años…
Todas mis reflexiones se esfumaron de un modo efímero, casi imperceptible. Volví a ver entonces el techo de mi habitación. Estaba totalmente blanco e iluminado por la luz que brillaba tenuemente sobre el escritorio. Un ruido conocido me había despertado de repente y me había arrastrado completamente de nuevo a la realidad. El timbre de la casa sonó de nuevo. Recordé que estaba sola por eso me levanté de un salto. Fui sin ganas, mientras arrastraba los pies, hasta el recibidor y me detuve delante de la puerta, vacilante. No esperaba ninguna visita y no iba a malgastar mi tiempo con cualquiera. Además mis vacaciones habían empezado el día anterior, necesitaba al menos un poco de calma y meditación antes de volver a pasarme el día pegada a mis queridos amigos, los libros. Estudiar era algo tan natural en mí como comer, pero en las vacaciones, simplemente, hacía un ayuno transitorio.
Abrí la puerta lentamente, dejando que la corriente de aire entrara zigzagueando, ligero y sutil, provocándome un escalofrío en el interior de la piel. Mis ojos, pronto se acostumbraron a la semioscuridad que reinaba en la entrada, y se posaron sobre aquellos ojos color castaño miel, que me miraban cautelosos. Mi corazón se aceleró, mientras esos dos ojos observaban los míos, que no estaban plagados de miedo, sino llenos de curiosidad. El extraño aroma de ese chico que estaba en la puerta de mi casa, que probablemente tendría unos 19 años, me resultaba familiar, una esencia del pasado tan cercana, pero a la vez tan distante… Esa mirada tan característica que poseía no parecía ser solo suya. Dos sentimientos se complementaban formando uno sólo. Dos formas de mirar, unidas. Una mezcla de ambos que hacía sentirme confusa. Su pelo era castaño, al igual que sus ojos. Su estatura, igual que la mía, o quizás un poco más alto. Su voz…
-¿¡Ale!?
Era dulce y a la vez divertida y locuaz, pero también algo tímida y reservada. Y su forma de vestir…me resultaba todo su ser tan familiar, tan recordado y a la vez olvidado.
¿Pero, maldita sea, quién era él?
¿Quién eres? |
domingo, 9 de enero de 2011
Miradas de extraños y extrañas miradas
Aquella noche fue la vez. Estabamos sentados en una orilla viendo a los demás pasar, pensando que la vida es mejor en compañía. Pero como yo tampoco dije nada aquella noche estrellada, fui yo la que se estrelló contra la realidad. Y me di cuenta que justo ese momento fue la vez que más cerca estuve de demostrar mis sentimientos y mezclarnos bien por dentro, aquella noche fue la vez.
Estabamos sentados en las escaleras, viendo a los demás pasar, pensando que la vida seguía siendo mejor en compañía. Pero como yo tampoco dije nada aquella noche oscura, me pensé que estaba ciega de amor. Hice una pregunta y nadie contestó. El silencio se apoderó de la calle. Ya no había extraños pasando por nuestras miradas. Los que nos mirábamos ahora éramos nosotros. Y me di cuenta que juesto ese momento fue la vez que más cerca estuvimos de enredarnos en un beso y mezclarnos bien por dentro, aquella noche fue la vez.
Las sonrisas fueron cómplices de nuestros pensamientos.
Y nuestras extrañas miradas se fundieron en sexaciones incontroladas.
Aquella noche fue la vez.
Estabamos sentados en las escaleras, viendo a los demás pasar, pensando que la vida seguía siendo mejor en compañía. Pero como yo tampoco dije nada aquella noche oscura, me pensé que estaba ciega de amor. Hice una pregunta y nadie contestó. El silencio se apoderó de la calle. Ya no había extraños pasando por nuestras miradas. Los que nos mirábamos ahora éramos nosotros. Y me di cuenta que juesto ese momento fue la vez que más cerca estuvimos de enredarnos en un beso y mezclarnos bien por dentro, aquella noche fue la vez.
Las sonrisas fueron cómplices de nuestros pensamientos.
Y nuestras extrañas miradas se fundieron en sexaciones incontroladas.
Aquella noche fue la vez.
Entonces me quedé sola, otra vez, aquella noche... |
miércoles, 5 de enero de 2011
Polvo de hada
Esa noche no dormí especialmente bien. Estaba muy nerviosa. Dentro de tan solo unas horas, iba a ser mi cumpleaños.
Cuando amaneció a las 7 y media mis ojos ya estaban abiertos y mi cuello muy resentido. Toda la noche habia estado dando vueltas para intentar dormirme, sin éxito. Me incorporé un poco y miré alrededor. Nada había cambiado y tampoco me sentí diferente. Intente por todos los medios hacerme creer a mi misma que yo sí que había cambiado, que era un poco más mayor que antes, que no era yo sino alguien distinto...
Mi mente divagaba buscando respuestas hasta que al final, pude darme cuenta que algo si había cambiado. Mi almohada. Mi almohada estaba más dura de lo normal. Me incliné un poco para ver que había debajo y la levante suavemente. Encontré un pequeño frasco de cristal, tapado a presión por un pequeño tapón de corcho y una nota atada a él, en el que ponía con letras doradas y perfectas: Feliz cumpleaños.
Me sobresalté. ¿Quién habría dejado esto debajo de mi almohada por la noche? y ¿porqué?
Lo que más me llamó la atención fue que el frasquito llevaba en su interior una especie de polvos dorados, plateados, y de tonos azules y anaranjados que brillaban al otro lado del cristal, formando reflejos preciosos. La habitación semioscura se iluminó por un montón de colores brillantes. Había una etiqueta en el frasco, escrita con letra dorada también en el que había escrito: Polvo de hada.
¿Que iba a hacer yo con polvo de hada?
Me puse a pensar... Podría utilizarlo para volar. Después lo pensé mejor: me daban miedo las alturas.
Entonces en ese momento me asomé por la ventana y miré al cielo. Su color azul claro estaba más solitario que nunca y algo se me ocurrió entonces para que no se sintiera solo.
Fui al campo buscando la flor que fabrica el algodón. Hablé con las flores y se propusieron ayudarme. Conseguí todo el algodón del mundo. Lo dividí en partes y a continuación abrí el frasco que contenía el polvo de hadas. Lo esparcí sobre el algodón y éstos empezaron a subir hasta el cielo.
El algodón blanco volador era tan bello en el cielo que se merecía un nombre. Lo llamé nube.
Las nubes es lo más precioso que existe.
Ahora el cielo ya no se sentirá solo nunca más.
Cuando amaneció a las 7 y media mis ojos ya estaban abiertos y mi cuello muy resentido. Toda la noche habia estado dando vueltas para intentar dormirme, sin éxito. Me incorporé un poco y miré alrededor. Nada había cambiado y tampoco me sentí diferente. Intente por todos los medios hacerme creer a mi misma que yo sí que había cambiado, que era un poco más mayor que antes, que no era yo sino alguien distinto...
Mi mente divagaba buscando respuestas hasta que al final, pude darme cuenta que algo si había cambiado. Mi almohada. Mi almohada estaba más dura de lo normal. Me incliné un poco para ver que había debajo y la levante suavemente. Encontré un pequeño frasco de cristal, tapado a presión por un pequeño tapón de corcho y una nota atada a él, en el que ponía con letras doradas y perfectas: Feliz cumpleaños.
Me sobresalté. ¿Quién habría dejado esto debajo de mi almohada por la noche? y ¿porqué?
Lo que más me llamó la atención fue que el frasquito llevaba en su interior una especie de polvos dorados, plateados, y de tonos azules y anaranjados que brillaban al otro lado del cristal, formando reflejos preciosos. La habitación semioscura se iluminó por un montón de colores brillantes. Había una etiqueta en el frasco, escrita con letra dorada también en el que había escrito: Polvo de hada.
¿Que iba a hacer yo con polvo de hada?
Me puse a pensar... Podría utilizarlo para volar. Después lo pensé mejor: me daban miedo las alturas.
Entonces en ese momento me asomé por la ventana y miré al cielo. Su color azul claro estaba más solitario que nunca y algo se me ocurrió entonces para que no se sintiera solo.
Fui al campo buscando la flor que fabrica el algodón. Hablé con las flores y se propusieron ayudarme. Conseguí todo el algodón del mundo. Lo dividí en partes y a continuación abrí el frasco que contenía el polvo de hadas. Lo esparcí sobre el algodón y éstos empezaron a subir hasta el cielo.
El algodón blanco volador era tan bello en el cielo que se merecía un nombre. Lo llamé nube.
Las nubes es lo más precioso que existe.
Ahora el cielo ya no se sentirá solo nunca más.
Lo mejor de un cumpleaños es ayudar a los demás |
S(LLLLL)T
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