Todo esto es una puta mierda. Una puta mentira. La realidad me tiene suplicándole al pasado. No soporto esta situación.
Y ahora todo es peor porque mi alma está en vilo y mi cuerpo no puede más. Quiero dejar de llorar.
Me encuentro muy mal y quiero dejar de estar enferma. No quiero pedir nada al año nuevo, me lo quiero pedir a mi. Me pido cuidarme, volver a quererme. Saldar cuentas pendientes conmigo misma. Sentirme viva. Volver a pintar mis lienzos, volver a inventar canciones y cantar en alto y no en susurros. Me pido decidir lo que quiero hacer y proponerme mis sueños increíbles. Viajar. Leer. Y, sobre todo, soñar.
Buenas noches viajero del tiempo
Buenas noches viajero del tiempo.
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...
jueves, 31 de diciembre de 2015
miércoles, 30 de diciembre de 2015
Let it be
Cuando cantas las nubes desaparecen. Suspiro y se me hace más pequeño el mundo.
There will be an answer, let it be... :)
lunes, 28 de diciembre de 2015
No podría ser mejor
Un día, después de despedirnos, le seguí sin que se diera cuenta y escuché lo que decía para sí mismo:
"Ella es todos los colores del espectro, ella es como una puesta de sol en julio. Ella es la Caja Mágica de Picasso, como el iris del ojo de un ángel. Ella es como un paraguas amarillo en medio de un mar negro en la ciudad de Nueva York. Ella hizo que las estrellas se quemaran esta noche porque es más brillante que un millón de soles."
Me empecé a reír en silencio y pensé: él no podría ser mejor...
"Es que brilla como el coral en Nueva Zelanda, destellos como el oro de un Óscar. Alumbra la oscuridad de mi medianoche, quitando el gris de mis cielos de abril. Me deja caliente en invierno, y nos besamos hasta que nos da fiebre. Y tengo que decírselo, que me derrite como la lava y pone a arder la luna cada vez que nos acostamos. Con los ojos ciegos, me sorprende como un rayo, ella no podría ser mejor."
viernes, 25 de diciembre de 2015
martes, 15 de diciembre de 2015
Ella está loca pero ella es mía
"Joder, es que me vuelve loco. Mierda, hace que me pierda. Ella está loca. Pero ella es mía.
Es la típica chica que le gusta bailar, le encanta dar vueltas con sus amigas bajo las luces de colores y la música a todo volumen. La quiero querer ahora, quiero que ella sea mi chica.
A ella le gusta sonreír. Sonríe a cualquiera con esa sonrisa característica suya. A ella le mola meterse en cualquier lío. La quiero querer y que ella me quiera.
Le gusta huir de los problemas, ama ir al McDonald's y odia Beverly Hills. Es que es perfecta. Quiero quererla.
A ella le encanta bailar y después caer dormida sola, pero yo quiero dormir con ella porque quiero quererla.
Está loca pero he perdido la cabeza por ella..."
Es la típica chica que le gusta bailar, le encanta dar vueltas con sus amigas bajo las luces de colores y la música a todo volumen. La quiero querer ahora, quiero que ella sea mi chica.
A ella le gusta sonreír. Sonríe a cualquiera con esa sonrisa característica suya. A ella le mola meterse en cualquier lío. La quiero querer y que ella me quiera.
Le gusta huir de los problemas, ama ir al McDonald's y odia Beverly Hills. Es que es perfecta. Quiero quererla.
A ella le encanta bailar y después caer dormida sola, pero yo quiero dormir con ella porque quiero quererla.
Está loca pero he perdido la cabeza por ella..."
viernes, 11 de diciembre de 2015
Cuídalo
...
No me gustó nada lo que vi en el reflejo del agua. Ya os podéis imaginar... aún tenía sangre seca en el pelo, desaliñado y sucio. Tenía algunos cortes superficiales casi negros por la suciedad en mi pálida piel. Podía ver los huesos de mi clavícula con alarmante claridad. Y esos ojos tristes... ¿Qué había pasado conmigo? De repente me di cuenta que mi pensamiento se basaba en: "Lo bueno de que pasen los días es que queda menos para morir". No sé realmente porqué pero decidí cambiar eso.
Me dirigí en dirección contraria a la corriente y me adentré más en el bosque con el sonido del río como compañero. Sabía que así nadie podría verme. El río se hizo más ancho, formando una especie de lago de agua cristalina. Me desnudé, vacilante y me sumergí en el río sin pensármelo. ¿Cuánto llevaba mi piel sin sentir el roce del agua? Desde el naufragio... tenía miedo al mar, sólo me gustaba mirarlo de lejos, desde donde comenzaba la arena de la playa. Experimenté un inmenso placer, un aura de calma me invadió el alma, mi corazón se aceleró con el frío, mi piel se erizó y al fin volví a sentir que estaba viva.
Me limpié bien, me lavé la ropa y la puse a secar colgándola de la rama de un árbol pequeño, que disfrutaba de unos rayos de luz del sol, el cual se alzaba en lo alto del cielo y se colaba entre las hojas de los altos árboles. Después de secarme al sol yo también, me vestí y me acicalé tanto como pude para volver a sentirme yo misma. Me peiné el pelo con los dedos, cogí unas cuantas flores aromáticas y me restregué los pétalos por el cuerpo, a modo de perfume. Me curé las heridas como pude y me coloqué más ajustada la ropa limpia, que antes me quedaba holgada. Después, me quede mirando a alguna parte, pensando...
No me gustó nada lo que vi en el reflejo del agua. Ya os podéis imaginar... aún tenía sangre seca en el pelo, desaliñado y sucio. Tenía algunos cortes superficiales casi negros por la suciedad en mi pálida piel. Podía ver los huesos de mi clavícula con alarmante claridad. Y esos ojos tristes... ¿Qué había pasado conmigo? De repente me di cuenta que mi pensamiento se basaba en: "Lo bueno de que pasen los días es que queda menos para morir". No sé realmente porqué pero decidí cambiar eso.
Me dirigí en dirección contraria a la corriente y me adentré más en el bosque con el sonido del río como compañero. Sabía que así nadie podría verme. El río se hizo más ancho, formando una especie de lago de agua cristalina. Me desnudé, vacilante y me sumergí en el río sin pensármelo. ¿Cuánto llevaba mi piel sin sentir el roce del agua? Desde el naufragio... tenía miedo al mar, sólo me gustaba mirarlo de lejos, desde donde comenzaba la arena de la playa. Experimenté un inmenso placer, un aura de calma me invadió el alma, mi corazón se aceleró con el frío, mi piel se erizó y al fin volví a sentir que estaba viva.
Me limpié bien, me lavé la ropa y la puse a secar colgándola de la rama de un árbol pequeño, que disfrutaba de unos rayos de luz del sol, el cual se alzaba en lo alto del cielo y se colaba entre las hojas de los altos árboles. Después de secarme al sol yo también, me vestí y me acicalé tanto como pude para volver a sentirme yo misma. Me peiné el pelo con los dedos, cogí unas cuantas flores aromáticas y me restregué los pétalos por el cuerpo, a modo de perfume. Me curé las heridas como pude y me coloqué más ajustada la ropa limpia, que antes me quedaba holgada. Después, me quede mirando a alguna parte, pensando...
Había pasado mucho tiempo desde que me fui, tal vez estarían preocupados. Comencé a andar río abajo rauda y un poco más contenta con mi nuevo aspecto. Por un momento me imaginé cómo se quedarían al verme. También pensaba en ayudar más, en no quedarme todo el día ahí tirada sin hacer nada, en darme un baño de vez en cuando en mi lugar secreto sólo conocido por mi y los pájaros, y atreverme a volver a que el mar me tocara...
Cuando llegué y vi lo que sucedía grité: "¡¡NO!!"
De lejos había oído los alaridos de uno de ellos, no paraba de repetir diversas palabrotas y que al final no había servido de nada cultivar. Hacía unas semanas, estuvieron preparando al lado del "refugio" una tierra de cultivo para plantar algo y probar suerte. Al parecer había florecido un pequeño tallo, al quitarle un poco de tierra de encima habían comprobado que estaba negro, deshidratado. Algo había fallado a pesar de haberlo cuidado con esmero tantos días.
Todos alzaron la vista hacia mi. Ignoré por completo sus caras de asombro al verme, sólo podía pensar en el brote que uno de ellos estaba apunto de arrancar con una patada. Afortunadamente se detuvo al oírme. Hacía mucho tiempo que yo no hablaba... Me acerqué un poco más a ellos con paso firme dispuesta a volver a ser yo otra vez.
- Hay que tener paciencia si algo esperas cosechar. La semilla es frágil y necesita su tiempo. Vamos a celebrar que al menos ha crecido un poco, tal vez sólo necesite un poco más de agua porque éste es un clima muy cálido -. Me agaché, volví a cubrir de tierra el tallo negruzco, y lo regué con cuidado con las manos, con el agua del río que había recogido con ayuda del cubo. Alcé la mirada y nuestros ojos se encontraron - Debes intentar vivir la realidad, y alejar tu miedo. Así crecerá - Dije muy seria. Parecía que me lo estaba diciendo a mí misma en realidad. Respiré profundamente y me levanté de nuevo. Le volví a mirar a él porque me daba temor mirar a los demás, sus miradas de desconcierto me desarmaban, y pronuncié finalmente: "Cuídalo".
Yo me sentía como aquél tallo. Estaba germinando, saliendo de la tierra. Me faltaba muy poco. "Cuídame"
CONTINUARÁ...
miércoles, 9 de diciembre de 2015
La isla
Estábamos en la isla y yo no dejaba de repetir en mi cabeza: "ha sido por mi culpa, yo lo imaginé". Me daba vergüenza decirlo en voz alta...
Veía agua, un inmenso océano se abría ante nuestros ojos. Las centelleantes olas brillaban desde lo lejos acechantes y las gaviotas sobrevolaban nuestras cabezas, emitiendo sonidos estridentes mientras buscaban algunos peces que comer.
Pasaron días, semanas... ¿meses? No lo puedo recordar. Sólo sé que mi faringe no podía emitir palabra, porque sabía que en cualquier momento podría partir a llorar y ya lo había hecho suficiente.
Me encargaron el trabajo de adentrarme en el bosque e ir al río a por agua fresca y limpia, era la primera vez que iba a ir sola porque pocas tareas me mandaban hacer: sólo cogía un par de tronquitos de leña por los alrededores para la hoguera de la noche, y en ocasiones ayudaba a reconstruir el tejado con madera y hojas. Sólo una vez fui acompañada a buscar cangrejos en las rocas, justo al lado del acantilado. Pero nunca he ido a cazar o a pescar con ellos. Tampoco me han pedido que haga guardias nocturnas y me quede toda la noche despierta vigilando. Sin duda parezco, o más bien soy la hembra de la manada. Pero la verdad es que me da igual. Estoy tan perdida, con tantas ganas de no vivir... De dormir y no despertar jamás...
Ese día fue diferente, todo cambió. Fui a recoger agua al río yo sola, ni siquiera me percaté de esa nueva responsabilidad ni me pregunté el por qué. Solo cogí un cubo que encontramos de los restos del naufragio y me adentré en el bosque. Recuerdo oír mil pájaros cantando, pero no me paré a escucharlos. Mi mente estaba en otra parte y no en esa maldita isla. Tampoco contemplaba la maravillosa naturaleza que me rodeaba, me limité a esquivar las raíces salientes de los árboles y las zarzas. Los pájaros salían volando a mi paso, asustados, agitando fuerte las alas para huir de mi presencia y moviendo las grandes hojas y ramas de los árboles a su paso.
Ya podía oír el agua, corría clara entre las piedras. Ese día estaba especialmente transparente y fresca. Penetró tan en mi la belleza de aquel agua, que casi me abalancé sobre ella para probar el placentero sabor que parecía desprender, pues sólo con verla y escuchar su murmullo, una ola de sed inundó mi paladar. Después de dar unos cuantos tragos largos y de sopesar cuánto tiempo llevaba sin beber agua... cogí con las dos manos todo el líquido que pude y me lo eché a la cara, sintiendo cómo me golpeaba el frío en la piel. De repente, noté como mi corazón se aceleró. Cosa que hacía mucho no sucedía, porque tanto mi corazón como mi mirada, estuvieron mucho tiempo impasibles.
Me quedé un rato mirando como las gotas caían, recorriendo mi rostro, sobre la corriente constante del río... Entonces, cuando se detuvieron las hondas que agitaban el agua aún más volviéndola turbia y el agua se volvió clara otra vez, pude verme reflejada en ella. Volví a verme por primera vez en mucho tiempo. Y lo que vi fue...
CONTINUARÁ.
martes, 8 de diciembre de 2015
Nunca se va
07/08/2009
"Mi vida sigue sin tener sentido. Quiero vivir, supongo que es porque pienso en el futuro, pero tengo una no-vida en el presente. Ni una señal del destino, nada bueno. Cada vez me gusta menos el verano. Sonará de cobardes pero quisiera dormir, y despertar dentro de mucho, mucho tiempo. Cuando todo se haya acabado. ¿Sabes? Creo que estoy llorando, me da igual. Me lo merezco por lo fea y gorda que soy, por lo mala persona en que me he convertido, porque no se hacer nada bien, a nadie le importo. Es como si no existiese para el mundo y eso me gusta y a la vez me aterra. Me duele el paladar, no entiendo las cosas que hago. Todo esto lo pensé ayer y no puedo dejar de formularme la misma pregunta: ¿qué hago yo aquí?"
lunes, 7 de diciembre de 2015
Sueños salvajes
Él me dijo: "Vámonos de esta ciudad, cojamos el coche, vayámonos lejos de la gente"
Pensé que me iba a morir de la emoción... Nada dura para siempre, pero esto se me va a escapar. Él es tan alto y tan guapo que no puedo respirar. Él es tan malo, pero lo hace tan bien...
Puedo ver el final, que ya comienza, pero mi única condición es:
Dime que vas a recordarme, estando ahí junto a ti con un bonito vestido, mirando a la puesta de sol. Labios rojos y mejillas sonrosadas. Dime que me verás otra vez, incluso si tan sólo es en tus sueños más salvajes...
Le dije: "nadie tiene por qué saber lo que hacemos"
Sus manos están en mi pelo, su ropa en mi habitación y su voz es un sonido familiar, pero nada dura para siempre. Pero esto se está volviendo cada vez más interesante. Cuando nos demos nuestro último beso, mi última petición será:
Que me veas en retrospectiva, enredada contigo toda la noche, matándonos a besos y haciendo el amor. Algún día cuando me dejes, apuesto a que todos estos recuerdos te seguirán por todas partes y se quedarán en ti, en tus sueños más salvajes...
El mismo viejo amor
Coge todas tus cosas y vete. No puedes retractarte de lo que has dicho. Ya he escuchado eso antes, al fin y al cabo como un millón de veces. No soy la única que lo va a olvidar.
Ya no me lo creo, tú te fuiste en paz y me dejaste echa pedazos. Es difícil respirar.
Estoy tan cansada de ese mismo viejo amor, esa mierda hace que me eche a llorar. Estoy enferma de ese viejo amor, mi cuerpo ya ha tenido suficiente. Siento que estoy esperando a algo que nunca va a pasar. Ese viejo amor, del tipo que te rompe el corazón.
No quiero malgastar más tiempo, perdiéndolo esta noche en ti. Ya lo he escuchado otra vez, no intentes cambiar tu mente porque yo tampoco cambiaré por ti.
Prefiero ser y estar
Estamos a mil millas de la comodidad, porque hemos viajado por tierra y por mar. Pero mientras estás conmigo, no hay lugar mejor en dónde quiera estar. Me esperaría para siempre, esperando a la siguiente escena, porque mientras estoy contigo mi corazón sigue latiendo.
Con cada paso que damos, de Kyoto a The Bay, paseando con tanta indiferencia... ¿te das cuenta? Somos diferentes y a la vez tan iguales. Pongámonos otro nombre y cambiemos las baterías.
Recuerdo que nos embarcamos en una misión para encontrar nuestra paz interior, que sea eterna y no esté incompleta... La verdad es que es fácil estar contigo, una sagrada sencillez. Siempre y cuando estamos juntos prefiero ser y estar.
Si tú me dieras una oportunidad, la cogería. Sería como un tiro en la oscuridad, pero lo haría. Sé con todo mi corazón que no puedes avergonzarme porque cuando estoy contigo, no hay ningún lugar más en el que me gustaría estar.
Con cada paso que damos, de Kyoto a The Bay, paseando con tanta indiferencia... ¿te das cuenta? Somos diferentes y a la vez tan iguales. Pongámonos otro nombre y cambiemos las baterías.
Recuerdo que nos embarcamos en una misión para encontrar nuestra paz interior, que sea eterna y no esté incompleta... La verdad es que es fácil estar contigo, una sagrada sencillez. Siempre y cuando estamos juntos prefiero ser y estar.
Si tú me dieras una oportunidad, la cogería. Sería como un tiro en la oscuridad, pero lo haría. Sé con todo mi corazón que no puedes avergonzarme porque cuando estoy contigo, no hay ningún lugar más en el que me gustaría estar.
viernes, 4 de diciembre de 2015
Perfectos
Tal vez nunca pueda ser tu princesa ni tú mi príncipe azul. Yo nunca podría ser la chica que le presentes a tu madre. Yo nunca podría ser la chica a la que le traes flores...
Pero yo puedo ser la única. La única que puede estar esta noche contigo.
La primera vez que te vi desde el otro lado de la habitación, me di cuenta de que eras curioso. Creo que sé lo que estás buscando, porque yo no soy buena en hacer promesas y creo que tú eres como yo.
Pero escucha...
Si te gusta causar problemas en habitaciones de hotel, si te gusta tener citas secretas, si te gusta hacer las cosas que sabes que no hay que hacer... entonces soy perfecta. Soy perfecta para ti.
Si te gusta conducir a media noche con las ventanillas bajadas, si te gusta ir a lugares que ni siquiera podemos pronunciar, si te gusta hacer lo que siempre has soñado... entonces eres perfecto. Eres perfecto para mi.
Yo nunca podría ser la mano que te toque el corazón, o los brazos que te sujetan cada vez que lo deseas. Pero eso no significa que no podamos vivir aquí y ahora, en este momento. Porque yo puedo ser la persona que amas de vez en cuando...
Ah, y si estas buscando a alguien para escribir tus canciones... soy perfecta para ti. Somos perfectos.
miércoles, 2 de diciembre de 2015
Amaranto
Bautizado con un nombre perfecto, tenía una duda en el corazón. Estaba sólo sin él mismo. Todos los días se enfrentaba a una guerra entre él y el día. Siempre necesitaba alguien a quien culpar. Al final, poco pudo hacer por sí solo.
Tú crees, ¿pero qué ves?
Tú recibes, ¿pero qué das?
Acaricia al único, al que nunca se desvanece la lluvia de su corazón. Porque sus lágrimas de dolor son blancas como la nieve.
Acaricia al único, al amaranto oculto, en una tierra de la madrugada.
Él se queda aparte de los demás, errante, en este breve vuelo de tiempo. Él lo consigue para los que nunca se atreven.
El amaranto es mi flor favorita...
Tú crees, ¿pero qué ves?
Tú recibes, ¿pero qué das?
Acaricia al único, al que nunca se desvanece la lluvia de su corazón. Porque sus lágrimas de dolor son blancas como la nieve.
Acaricia al único, al amaranto oculto, en una tierra de la madrugada.
Él se queda aparte de los demás, errante, en este breve vuelo de tiempo. Él lo consigue para los que nunca se atreven.
El amaranto es mi flor favorita...
sábado, 28 de noviembre de 2015
Y...
Y entonces me besó.
Y yo sólo pensaba. Sólo pensaba en si le habría gustado. En si yo olía lo bastante bien para él.
Porque él me importaba tanto que me preocupaba por todas esas simples cosas y eso mínimos detalles.
Y yo sólo pensaba. Sólo pensaba en si le habría gustado. En si yo olía lo bastante bien para él.
Porque él me importaba tanto que me preocupaba por todas esas simples cosas y eso mínimos detalles.
jueves, 26 de noviembre de 2015
Ven
- Hola.
- Buenas. ¿Y cómo tú por aquí?
- Buceando libre por el inmenso océano, ¿y tú?
- Encontrándote en el inmeso océano. Ven conmigo a la piscina.
- Pero, es demasiado pequeña para mí.
- ¡No! Cabes de sobra, ven a mi piscina.
lunes, 23 de noviembre de 2015
Esta canción
https://www.youtube.com/watch?v=pR9Dg3J4Ba0&list=WL
El otro día mi imaginación voló.
Se fue tan lejos que recorrió antiguos parajes que alguna vez mi mente había diseñado. Al cabo de un buen rato, después de ver centenares de imágenes fulgurando sobre los ojos invisibles de mi cabeza, una de ellas se instauró con tanta claridad que mi realidad se convirtió en ese instante. La escena era algo habitual de mis fines de semana: un bar de ambiente con música a todo volumen. Yo hablaba sin parar, sonreía a veces, reía otras. No había mucha luz y, la poca que había, sombreaba nuestros animados rostros.
De repente, la estridente canción que estaba sonando y que reverberaba en el bar, se detuvo de golpe. La gente seguía hablando incesantemente hasta que se encendieron los focos de un pequeño escenario, y éste resplandeció. Entonces reinó el silencio en el pequeño lugar. Todos centraron su atención en el chico que estaba ahí, sentado en una silla justo en medio el escenario, iluminado por una luz cegadora que incidía sobre su guitarra y algún que otro aparato de música. A su alrededor dominaba una amenazadora oscuridad que no dejaba ver a su público, parecía no importarle en absoluto.
Le miré, estaba tranquilo. Yo estaba expectante, sentía que el corazón me latía cada vez con más fuerza, pues yo conocía a ese muchacho que estaba en ese escenario con una guitarra sobre las rodillas.
Colocó el micrófono, encendió el amplificador y sin pensárselo dos veces, comenzó a tocar las cuerdas, las cuales se resbalaban entre sus dedos con soltura. Con un dominio impactante del instrumento, empezó a mover una pierna al ritmo. Mi cabeza empezó a seguir ese mismo latido del instrumento, las notas, los acordes... todo se agalopaba en mi cabeza. Tragué saliva.
Vacilante, se acercó al micrófono, cogió aire y... de su boca salieron unas palabras en inglés, una dulce melodía que yo muy bien conocía... "I'm afraid it's been too long, try to find the reasons why..."
Por un momento, no supe que era imaginación. Era real. Era tan real que me puse a temblar. No podía contenerme. Mi sonrisa al escuchar esa primera frase de la estrofa, se transformó en una mueca de llanto en la siguiente: "I let my world close in around...", me lleve las manos a los labios, cerré muy fuerte los ojos, los volví a abrir llenos de lágrimas que no querían derramarse por mis mejillas. Me las aparté con las mangas de la sudadera porque no quería tener ese recuerdo empañado.
No podía parar de mirarle tocar y cantar esa canción: "a smaller patch to fading sky. But now I know beyond the walls to where I've never been. And It's still winter in my wonderland..."
Justo antes de empezar el estribillo, juraría que me buscó entre el público y allí me encontró. Sumida en un mar de emociones. Mi corazón tiritaba sin poder creerselo, no podía ser verdad. Me miró, le miré. Bajó la mirada y comenzó a cantar de nuevo, esta vez con una media sonrisa porque llegaba mi parte favorita de la canción:
"I'm waiting for the world to fall. I'm waiting for the scene to change. I'm waiting when the colours come. I'm waiting to let my world, come undone"
Entonces, puedo asegurar que me enamoré. Me enamoré perdidamente de él. Era él. Aquel chico que sabía que aquella era mi canción favorita.
Estaba sonando por todos los rincones del local y retumbaba en mis oídos como una brisa de aire helado. Nada podía arruinar ese instante; a pesar de que estábamos rodeados de gente, parecía que ese momento era solo de los dos.
Y sí... abrí los ojos. Todo lo que había imaginado se desvaneció. No había ocurrido, nada de eso había existido. Me costó creer que no había sucedido nada lo que acababa de soñar. Mi maldita imaginación había hecho que pareciese tan verdadero...
Yo me había enamorado. Mientras soñaba despierta. Y ahora nadie ocupaba mi corazón. Ya no sonaba mi canción.
Entonces, intenté no venirme abajo. Me senté en la cama y comencé a leer un libro.
El otro día mi imaginación voló.
Se fue tan lejos que recorrió antiguos parajes que alguna vez mi mente había diseñado. Al cabo de un buen rato, después de ver centenares de imágenes fulgurando sobre los ojos invisibles de mi cabeza, una de ellas se instauró con tanta claridad que mi realidad se convirtió en ese instante. La escena era algo habitual de mis fines de semana: un bar de ambiente con música a todo volumen. Yo hablaba sin parar, sonreía a veces, reía otras. No había mucha luz y, la poca que había, sombreaba nuestros animados rostros.
De repente, la estridente canción que estaba sonando y que reverberaba en el bar, se detuvo de golpe. La gente seguía hablando incesantemente hasta que se encendieron los focos de un pequeño escenario, y éste resplandeció. Entonces reinó el silencio en el pequeño lugar. Todos centraron su atención en el chico que estaba ahí, sentado en una silla justo en medio el escenario, iluminado por una luz cegadora que incidía sobre su guitarra y algún que otro aparato de música. A su alrededor dominaba una amenazadora oscuridad que no dejaba ver a su público, parecía no importarle en absoluto.
Le miré, estaba tranquilo. Yo estaba expectante, sentía que el corazón me latía cada vez con más fuerza, pues yo conocía a ese muchacho que estaba en ese escenario con una guitarra sobre las rodillas.
Colocó el micrófono, encendió el amplificador y sin pensárselo dos veces, comenzó a tocar las cuerdas, las cuales se resbalaban entre sus dedos con soltura. Con un dominio impactante del instrumento, empezó a mover una pierna al ritmo. Mi cabeza empezó a seguir ese mismo latido del instrumento, las notas, los acordes... todo se agalopaba en mi cabeza. Tragué saliva.
Vacilante, se acercó al micrófono, cogió aire y... de su boca salieron unas palabras en inglés, una dulce melodía que yo muy bien conocía... "I'm afraid it's been too long, try to find the reasons why..."
Por un momento, no supe que era imaginación. Era real. Era tan real que me puse a temblar. No podía contenerme. Mi sonrisa al escuchar esa primera frase de la estrofa, se transformó en una mueca de llanto en la siguiente: "I let my world close in around...", me lleve las manos a los labios, cerré muy fuerte los ojos, los volví a abrir llenos de lágrimas que no querían derramarse por mis mejillas. Me las aparté con las mangas de la sudadera porque no quería tener ese recuerdo empañado.
No podía parar de mirarle tocar y cantar esa canción: "a smaller patch to fading sky. But now I know beyond the walls to where I've never been. And It's still winter in my wonderland..."
Justo antes de empezar el estribillo, juraría que me buscó entre el público y allí me encontró. Sumida en un mar de emociones. Mi corazón tiritaba sin poder creerselo, no podía ser verdad. Me miró, le miré. Bajó la mirada y comenzó a cantar de nuevo, esta vez con una media sonrisa porque llegaba mi parte favorita de la canción:
"I'm waiting for the world to fall. I'm waiting for the scene to change. I'm waiting when the colours come. I'm waiting to let my world, come undone"
Entonces, puedo asegurar que me enamoré. Me enamoré perdidamente de él. Era él. Aquel chico que sabía que aquella era mi canción favorita.
Estaba sonando por todos los rincones del local y retumbaba en mis oídos como una brisa de aire helado. Nada podía arruinar ese instante; a pesar de que estábamos rodeados de gente, parecía que ese momento era solo de los dos.
Y sí... abrí los ojos. Todo lo que había imaginado se desvaneció. No había ocurrido, nada de eso había existido. Me costó creer que no había sucedido nada lo que acababa de soñar. Mi maldita imaginación había hecho que pareciese tan verdadero...
Yo me había enamorado. Mientras soñaba despierta. Y ahora nadie ocupaba mi corazón. Ya no sonaba mi canción.
Entonces, intenté no venirme abajo. Me senté en la cama y comencé a leer un libro.
jueves, 19 de noviembre de 2015
?
Na na na! Eso es para novatos...
Yo ya soy una experta, profesional y especializada en esa clase de besos. Son más dulces porque están llenos de algo que no sé como llamarlo.
Un día de estos iremos a tomar un helado por la playa. Luego me mirarás a los ojos y tal vez me besarás y me dirás que estoy preciosa a la luz tenue de la tarde.
Y por una vez en mi vida, no me sentiré una extraña...
Yo ya soy una experta, profesional y especializada en esa clase de besos. Son más dulces porque están llenos de algo que no sé como llamarlo.
Y por una vez en mi vida, no me sentiré una extraña...
No quiero un cuento de hadas.
¿Qué no quieres tú?
¿Qué no quieres tú?
lunes, 16 de noviembre de 2015
Memorias
Vale, me has pillado. ¿Qué quieres? Ya sé que quieres que te diga que sí. Pero dime, ¿qué contestarías si te digo que no?
Te quedarías callado creo yo. Te rayarías por la noche atormentándote, creyendo que no pienso en tí. Que nunca lo hago. Que te odio, que ojalá no te hubiera conocido, eres lo peor que me ha pasado en la vida. Me gustaría poder borrarte de una puta vez. Pero como ya te he dicho... eres una droga. Eres adictivo.
Vamos fuera, que con toda la música no te oigo bien.
Digo que eres una droga, adictivo. ¿Qué porqué? pues porque nunca nadie puede olvidarte.
¿Qué si es una indirecta dices? Si fuera borracha te diría que SI, pero como aún no... pues no te contesto.
Te invito a un chupito. Vale.
¿Qué me dices? ¡N o t e l o v o y a d e c i r!
Bueno, dame tu móvil. 777755. Esa es la respuesta...
Vaya... Sí, que me has pillado. Vete ya de mi cabeza, ya es sufiente. ¿Por? Es que hay noches que no me dejas dormir.
Que me has pillado, otra vez...
Te quedarías callado creo yo. Te rayarías por la noche atormentándote, creyendo que no pienso en tí. Que nunca lo hago. Que te odio, que ojalá no te hubiera conocido, eres lo peor que me ha pasado en la vida. Me gustaría poder borrarte de una puta vez. Pero como ya te he dicho... eres una droga. Eres adictivo.
Vamos fuera, que con toda la música no te oigo bien.
Digo que eres una droga, adictivo. ¿Qué porqué? pues porque nunca nadie puede olvidarte.
¿Qué si es una indirecta dices? Si fuera borracha te diría que SI, pero como aún no... pues no te contesto.
Te invito a un chupito. Vale.
¿Qué me dices? ¡N o t e l o v o y a d e c i r!
Bueno, dame tu móvil. 777755. Esa es la respuesta...
Vaya... Sí, que me has pillado. Vete ya de mi cabeza, ya es sufiente. ¿Por? Es que hay noches que no me dejas dormir.
Que me has pillado, otra vez...
domingo, 15 de noviembre de 2015
Ale como Alicia
Y yo sigo aquí. En mi país de las maravillas.
Suenan unos fuegos artifiales lejos de aquí, deben de ser preciosos. Pero no me quiero levantar de la cama para verlos. Porque quiero ver mis lágrimas reflejadas en el cristal. No quiero que sepas que estoy llorando, si te asomas por mi habitación (por si acaso vienes a darme las buenas noches), prefiero hacerme la dormida, echa un ovillo, tapada hasta las orejas, esperando paciente en el mundo de los sueños a que llegue mañana. Que tengo frío sin tí. Que se me escapa el tiempo y no se me quita este nudo en el estómago. Que pienso en tí, y no quiero. Sé que no vas a venir a verme, que no me quieres, que vas y vienes, me miras pero también a otras...
Y te quiero sólo para mí, pero suena egoísta por eso no te lo digo nunca.
Lo único que hago es escribir cosas sin sentido, pensar en tí por las noches y soñar con besos extraños. Esos que soy experta en darlos pero que en la realidad nunca los he dado. ¿O tal vez sí?
No sé, el alcohol me hace dudar ultimamente de lo que hago. Si tal vez, vinierais un momento y juntos hiciéramos memoria, tal vez me ayudaría a saber qué hicimos anoche. O lo que no hicimos.
No me gustaría recordarlo. Me gustaría vivirlo otra vez.
Y te quiero sólo para mí, pero suena egoísta por eso no te lo digo nunca.
Lo único que hago es escribir cosas sin sentido, pensar en tí por las noches y soñar con besos extraños. Esos que soy experta en darlos pero que en la realidad nunca los he dado. ¿O tal vez sí?
No sé, el alcohol me hace dudar ultimamente de lo que hago. Si tal vez, vinierais un momento y juntos hiciéramos memoria, tal vez me ayudaría a saber qué hicimos anoche. O lo que no hicimos.
No me gustaría recordarlo. Me gustaría vivirlo otra vez.
domingo, 8 de noviembre de 2015
Hola
La máquina a la que estoy conectada no se ha apagado. Simplemente mi cuerpo ha dejado de funcionar. Mi corazón ha parado de latir, mis ojos se han cerrado y noto como la vida se me escapa.
Ahora la han desconectado y ya no hace el agudo sonido: PIIIIIII
Que indicaba mi muerte. Ahora toda la habitación se ha quedado en silencio. Pero aún así yo puedo oír a tu corazón que está llorando.
¿Por qué lloras si no me quieres?
Bueno, haremos una gran excepción. Voy a volver a la vida por ti. Por que yo a ti si te quiero.
Una firma por aquí, otra firma por allá...
No voy a leer nada, pues no tengo mucho que perder.
Abro los ojos. Justo a tiempo. Pronto iban a enterrarme de nuevo en la oscuridad de la muerte.
¡HOLA A TODOS! ¡HE VUELTO A CASA!
Ahora la han desconectado y ya no hace el agudo sonido: PIIIIIII
Que indicaba mi muerte. Ahora toda la habitación se ha quedado en silencio. Pero aún así yo puedo oír a tu corazón que está llorando.
¿Por qué lloras si no me quieres?
Bueno, haremos una gran excepción. Voy a volver a la vida por ti. Por que yo a ti si te quiero.
Una firma por aquí, otra firma por allá...
No voy a leer nada, pues no tengo mucho que perder.
Abro los ojos. Justo a tiempo. Pronto iban a enterrarme de nuevo en la oscuridad de la muerte.
¡HOLA A TODOS! ¡HE VUELTO A CASA!
viernes, 6 de noviembre de 2015
La belleza
Si hay algo verdaderamente indefinible es la belleza. Es un concepto tan relativo, tan privado, que depende de los ojos de cada cual: de su educación estética, de su herencia cultural, incluso de su necesidad sentimental. De todos es sabido, en fin, que lo que para unos es considerado hermoso, para otros resulta abominable.
En la actualidad el concepto de belleza no es más que un aspecto elemental y superficial, como más cosmético y probablemente el más sujeto a los cambios en las modas y en los modos. La belleza, claro, es mucho más...
¿Que qué es?
Es por ejemplo, aquello que se agazapa en nuestra capacidad de disfrutar de un libro, de una música, de un cuadro. En esto influye, no obstante, cierta predisposición natural hacia la concepción y desarrollo del gusto; lo que uno ha leido, lo que ha oído y lo que ha visto en toda su vida. Por eso hay personas a las que les encanta la pintura de Bacon, por ejemplo y otros que adoran o se embelesan con las obras realistas de Manet. O como unos escuchan las composiciones de Vivaldi, y otros reggaeton. Y si ambas emociones son auténticas (si el amante de Bacon no es un simple snob o un inversor, y si el que escucha reggaeton no lo hace por menear su trasero en las discotecas), no creo que la experiencia íntima de la belleza, el destello vital, sea muy distinta en uno u otro caso, por más que Vivaldi es un dios de la cultura musical y otros tipos de música estén consideradas una inmensa horterada.
Hay percepciones estéticas, en fin, como el sobrecogimiento ante un paisaje montañoso o el deleite del olor de la lluvia en primavera, tal vez posean un valor casi universal... La emoción de los humanos ante esos fenómenos ha debido ser más o menos igual a través del tiempo y del espacio. Nos acercamos así al concepto más hondo de la belleza, al entendimiento profundo de lo que es. Pero la naturaleza de lo bello es fugitiva, y resulta difícil de atrapar (de nombrar, de definir). Es más fácil decir lo que no es belleza: y no es bello vivir sin darse cuenta de que uno está vivo. La belleza sale de la cabeza y del corazón, no debemos descuidar ni empobrecer por tanto, el mundo de los sentimientos y los afectos. La belleza es un impulso de armonía, de intensidad y de sabiduría, es una conciencia de ser que nos hace humanos. Es sentir, que la vida te late con suavidad en las venas.
En la actualidad el concepto de belleza no es más que un aspecto elemental y superficial, como más cosmético y probablemente el más sujeto a los cambios en las modas y en los modos. La belleza, claro, es mucho más...
¿Que qué es?
Es por ejemplo, aquello que se agazapa en nuestra capacidad de disfrutar de un libro, de una música, de un cuadro. En esto influye, no obstante, cierta predisposición natural hacia la concepción y desarrollo del gusto; lo que uno ha leido, lo que ha oído y lo que ha visto en toda su vida. Por eso hay personas a las que les encanta la pintura de Bacon, por ejemplo y otros que adoran o se embelesan con las obras realistas de Manet. O como unos escuchan las composiciones de Vivaldi, y otros reggaeton. Y si ambas emociones son auténticas (si el amante de Bacon no es un simple snob o un inversor, y si el que escucha reggaeton no lo hace por menear su trasero en las discotecas), no creo que la experiencia íntima de la belleza, el destello vital, sea muy distinta en uno u otro caso, por más que Vivaldi es un dios de la cultura musical y otros tipos de música estén consideradas una inmensa horterada.
Hay percepciones estéticas, en fin, como el sobrecogimiento ante un paisaje montañoso o el deleite del olor de la lluvia en primavera, tal vez posean un valor casi universal... La emoción de los humanos ante esos fenómenos ha debido ser más o menos igual a través del tiempo y del espacio. Nos acercamos así al concepto más hondo de la belleza, al entendimiento profundo de lo que es. Pero la naturaleza de lo bello es fugitiva, y resulta difícil de atrapar (de nombrar, de definir). Es más fácil decir lo que no es belleza: y no es bello vivir sin darse cuenta de que uno está vivo. La belleza sale de la cabeza y del corazón, no debemos descuidar ni empobrecer por tanto, el mundo de los sentimientos y los afectos. La belleza es un impulso de armonía, de intensidad y de sabiduría, es una conciencia de ser que nos hace humanos. Es sentir, que la vida te late con suavidad en las venas.
El amor
- ¡E-eh!
- Vamos.
- ¿Qu-qué está pasando? Esp-p-per, ¡esperen!
- Estás enferma.
- ¿Qué? ¿Qu-qué me pasa?
- Estás enferma, muy enferma... del corazón.
- ¿Mi corazón?
- Sí. Tu corazón. Está muy enfermo, herido, roto, destrozado... El corazón constituye el motor que mueve la sangre dentro del cuerpo. Es un órgano tremendamente vital y necesario para la salud de una persona, de manera que las enfermedades que le afectan tienen un carácter grave.
- ¿Cuál es el problema concreto de mi corazón?
- Evidentemente una alimentación inadecuada puede ser el origen de una serie de trastornos dañinos para el corazón. Además, otros factores pueden desencadenar enfermedades cardíacas. Como por ejemplo, el amor.
- ...
- Y el tratamiento de las enfermedades de un órgano tan delicado como el corazón le corresponde al medico o al especialista que debe diagnosticar la dolencia exacta y, después, determinar su tratamiento.
- Y entonces, ¿Qué es lo que me pasa exactamente?
- No lo sabemos aún. Todavía estás en la fase de experimentación.
¿Sabes? No dejo de pensar en tí. Ojalá se me cure pronto el corazón y pueda volver a amar como una persona normal. Los médicos me han dicho que el amor es el culpable de todo. Sólo tengo que olvidarme de tí un tiempo, una pequeña cirugía y mi corazón ya estará curado. Espero que me ayude la intervención de urgencia que me van a hacer.
Hoy he ido a operarme del amor, me han quitado el corazón por la espalda porque por delante lo protegían las molestas costillas.
Me han vacunado contra el amor y me han recetado unas pastillas diarias... una para no quererte, otra para odiarte a muerte, otra para no llorar y la última para que no me duela todo lo que estoy haciendo.
Creo que ya me están haciendo efecto. Me da igual todo.
lunes, 2 de noviembre de 2015
Tú y yo
Me fui en busca de unos ojos marrones acompañados del tiempo.
Sentía el viento rozando mi nuca con suavidad, un aliento gélido que se colaba travieso por mi sudadera. Me recordaba a la forma en la que la soledad se había ido introduciento poco a poco todos aquellos días de camino, sin embargo aquella sensación fría, con la que mi espina dorsal se estremecía, era más apacible que el vuelco que daba mi corazón con ese aislamiento constante en el que me encontraba. Estaba como perdida en un mundo inteligible, en una historia interminable.
Un fortuito encuentro nos unió en este viaje sin sentido y continuamos juntos sin pensar en los obstáculos que nos esperaban. Nos entreteníamos con canciones, conversaciones y hazañas. Fue increíble la forma en la que congeniamos, nos sentíamos guiados solamente por los sentimientos que ni siquiera sabíamos si sentíamos, porque estabamos completamente ciegos de pensamientos y deseos. Éramos un par de soñadores empedernidos.
Pero dentro de nosotros, sólo nos repentíamos una misma pregunta: ¿hasta dónde seríamos capaces de llegar por perseguir nuestros sueños?
Y yo, seguía sintiendo que no iba a volver a ver sus ojos marrones nunca más.
Sentía el viento rozando mi nuca con suavidad, un aliento gélido que se colaba travieso por mi sudadera. Me recordaba a la forma en la que la soledad se había ido introduciento poco a poco todos aquellos días de camino, sin embargo aquella sensación fría, con la que mi espina dorsal se estremecía, era más apacible que el vuelco que daba mi corazón con ese aislamiento constante en el que me encontraba. Estaba como perdida en un mundo inteligible, en una historia interminable.
Un fortuito encuentro nos unió en este viaje sin sentido y continuamos juntos sin pensar en los obstáculos que nos esperaban. Nos entreteníamos con canciones, conversaciones y hazañas. Fue increíble la forma en la que congeniamos, nos sentíamos guiados solamente por los sentimientos que ni siquiera sabíamos si sentíamos, porque estabamos completamente ciegos de pensamientos y deseos. Éramos un par de soñadores empedernidos.
Pero dentro de nosotros, sólo nos repentíamos una misma pregunta: ¿hasta dónde seríamos capaces de llegar por perseguir nuestros sueños?
Y yo, seguía sintiendo que no iba a volver a ver sus ojos marrones nunca más.
Dejar de pensar
Mi sitio está ahí. En algún lugar del cielo.
No quiero que nadie se venga conmigo.
Solo necesito surfear las olas del viento en mi tabla, que me suba la sangre a la cabeza por culpa de la presión, y caer inconsciente de una puta vez para dejar de pensar en ti.
No quiero que nadie se venga conmigo.
Solo necesito surfear las olas del viento en mi tabla, que me suba la sangre a la cabeza por culpa de la presión, y caer inconsciente de una puta vez para dejar de pensar en ti.
domingo, 1 de noviembre de 2015
Isla desierta
En medio de donde no hay nada, donde en realidad esta todo, estabamos escuchando los silenciosos murmullos del aire al chocarse con las velas del barco que se balanceaba ligeramente sobre el oscuro océano. Nos tenia intrigados y nos preguntabamos como habiamos llegado tan lejos. Parecia que el resquicio de luz que le quedaba al sol habia desaparecido en un oblicuo horizonte cargado de caoticos y brillantes colores. Y ahi estabamos nosotros, con el barco de vela, dedicandonos exclusivamente al amor, en medio del infinito oceano y pesando por un momento que tal vez el mundo entero era solo nuestro, que el tiempo se habia parado. Habiamos dejado de ser conscientes de que la tierra seguia girando sobre si misma suavemente y que los segundos pasaban con cada caricia y cada beso que nos dabamos. Ni si quiera nos percatamos de la presencia de las estrellas en el cielo que nos miraban cautelosas, tampoco nos estabamos dando cuenta de que el mundo es muy extraño y que los amaneceres son mas rapidos que un bostezo que todo algun dia se va a acabar, pues toda fiesta tiene su fin.
Aun no entiendo como realmente estabamos alli, no se si fue un sueño o una ilusion. Pero soy una chica valiente y aunque me vi rodeada de fuertes olas llenas de ira y vientos huracanados que parecian no detenerse nunca, el agua helada que me llego hasta los huesos se secó al fin de mi garganta y llego el momento que tome un trago de aire y respire, con la misma intensidad que inspire tu aliento la primera vez que hicimos el amor.
¿Te puedes creer que aun recuerdo como nos comió el mar, como en medio de la furiosa tormenta solte tu mano porque ni si quiera podia verte? Ahora me arrepiento de no haber vuelto a mirar tus ojos abiertos por ultima vez.
Sigo dandole vueltas y creo que el mundo es extraño. Y es muy malvado tambien. Porque me quitó a lo que mas queria y ademas hizo que las olas lo arrastrasen hasta la orilla y lo dejasen sin alma a mi lado. ¿Por qué?
Yo soy una chica valiente y aunque llorara en ese momento, el amanecer me consoló con sus primeros rayos de esperanza y quise por un momento que mi alma partiera contigo y volar entre las nubes. ¿Te he dicho alguna vez que siempre quise ser piloto?
Sigo dandole vueltas y creo que el mundo es extraño. Y es muy malvado tambien. Porque me quitó a lo que mas queria y ademas hizo que las olas lo arrastrasen hasta la orilla y lo dejasen sin alma a mi lado. ¿Por qué?
Yo soy una chica valiente y aunque llorara en ese momento, el amanecer me consoló con sus primeros rayos de esperanza y quise por un momento que mi alma partiera contigo y volar entre las nubes. ¿Te he dicho alguna vez que siempre quise ser piloto?
Refugio
Un matiz de desesperación y una patada en el culo.
Estudiar es lo único que hace que no piense en nada estúpido.
Cuando me tumbé en la cama sentí desfallecer, no pensé ni quitarme el maquillaje que manchaba mis mejillas sino que me dispuse a no pensar en nada, cerrar muy fuerte los ojos y dormir.
Lo mejor de esta historia es que a la mañana siguiente estaba perfectamente.
¿Lo peor? Que ninguno de ellos se dio cuenta de la pena que tenía guardada aquí dentro.
sábado, 31 de octubre de 2015
Lo estoy intentando
Pero nada es imposible, sólo puede ser difícil. Siempre he sido muy impaciente para todo, y ahora simplemente es que no aguanto más.
Si debemos controlar nuestros sentimientos por honor, ¿porqué no hacerlo para no herir los sentimientos de los demás? Así sería más bonito todo.
A veces soy demasiado catalítica en el sentido de que tengo sueños apocalípticos que se hacen realidad después y me sorprendo de mi propia frivolidad ante ellos. Es conveniente, quizá, que deje de pensar en ello porque sino, en vez de ser quien trate como médico voy a terminar siendo yo la paciente y necesitando a uno.
Si debemos controlar nuestros sentimientos por honor, ¿porqué no hacerlo para no herir los sentimientos de los demás? Así sería más bonito todo.
A veces soy demasiado catalítica en el sentido de que tengo sueños apocalípticos que se hacen realidad después y me sorprendo de mi propia frivolidad ante ellos. Es conveniente, quizá, que deje de pensar en ello porque sino, en vez de ser quien trate como médico voy a terminar siendo yo la paciente y necesitando a uno.
viernes, 30 de octubre de 2015
Tal vez
Tal vez la Ale del pasado, si me viera ahora, estaría muy enfadada conmigo. Por muchas razones...
Las dejo marchar para siempre, pues ellas son libres. Me refiero a las mariposas. Por mucho que me duela no ver sus fantásticos colores todos los días, me reconforta tener nubes. Son tan blancas, tan nítidas, tan llenas de luz... que cada mañana lo veo más claro. Quiero estar ahí arriba, en lo más alto. Quiero ver desde allí a mis mariposas volando, los obstáculos ya insignificantes, los días pasados, las sonrisas que están por venir y todos esos globos de colores.
Tengo tambien mi objetivo que me acompaña a donde quiera que vaya, por eso ya le he pillado cariño. Una adicción especial que a veces me asusta.
¿Qué es lo que me gustaría ahora, que el tiempo pase rápido o lento?
Pase lo que pase al final... siempre se van a derramar lágrimas. O vuestras, o mías. O de los dos.
Las dejo marchar para siempre, pues ellas son libres. Me refiero a las mariposas. Por mucho que me duela no ver sus fantásticos colores todos los días, me reconforta tener nubes. Son tan blancas, tan nítidas, tan llenas de luz... que cada mañana lo veo más claro. Quiero estar ahí arriba, en lo más alto. Quiero ver desde allí a mis mariposas volando, los obstáculos ya insignificantes, los días pasados, las sonrisas que están por venir y todos esos globos de colores.
Tengo tambien mi objetivo que me acompaña a donde quiera que vaya, por eso ya le he pillado cariño. Una adicción especial que a veces me asusta.
¿Qué es lo que me gustaría ahora, que el tiempo pase rápido o lento?
Pase lo que pase al final... siempre se van a derramar lágrimas. O vuestras, o mías. O de los dos.
jueves, 29 de octubre de 2015
Al detenerse
Tal vez apueste luciérnagas con el cielo. A ver quién brilla más. Con la punta de mi dedo dibujaré un foco picudo más brillante y destacable, pero seguro que nadie saca sus pupilas desde el corazón para verlo volar por el infinito del universo escondido. Luego, tal vez, el mar salado que colma mi iris provoque una llovizna leve o quizás torrencial por las inconcluencias del oscuro destino que hace daño a la bombilla bombeante que lleva la sangre hacia mis bolsas de aire, que están medio vacías a causa del polvo de los libros viejos que ayer yacían sobre mi voz. La lírica se mezclará con los lirios y el dulce aroma atraerá a millones insectos alados, deseando envolverse del dulce caramelo amarillento. Tal vez quiera quitar la luz al día para darle un poco a la noche. Tal vez no quiera volver a demostrar sonrisas de complicidad. Tal vez ya no tenga ganas porque los árboles han cambiado de lugar, las runas se han escondido y las letras de mis cartas no están escritas con tinta sobre el papiro. Se han quemado con tus mentiras. Tus ganas de vivir se han tintado con mis ganas de lanzarte un beso de lejos y mis suspiros han anclado en mi garganta.
miércoles, 28 de octubre de 2015
martes, 27 de octubre de 2015
Pesadillas
Hoy he tenido otra vez la misma pesadilla. No quería mencionarlo ayer, pero se repite y se repite. Ayer soñé que me mataban. De una manera muy horrible. Me disparaban en la espalda, unos 20 tiros aproximadamente. O más. Los disparos no dejaban de retumbar en mi cabeza y las heridas no paraban de sangrar. La sangre que se deslizaba por mi ropa era muy roja, llena de oxígeno, procedente de las arterias principales y vitales. Mi piel estaba destrozada y alrededor de los agujeros de las balas estaba necrosada, un color negro lleno de carbón que ardía a la vez que dolía. Es curioso, estaba en mi espalda pero podía verlo. Mi agresor, se reía a carcajas detrás de mi, no he podido descubrir quien era. Tal vez sea un invidividuo más de mi invención. Su asesinato parecía que no se daba por acabado, pues seguía disparándome, esta vez a la cara y ya no me quedaban fuerzas para esquivar las balas que venían a toda velocidad, aunque a veces podía contemplar como corrían hacia mi a cámara lenta. Lo que me sorprendía era que no moría, y eso me inquietaba. Pero dolía.
Esta noche, he soñado que me mataban otra vez. Y esta vez en cambio, la muerte era mucho más horrible y sangrienta. Mi malvado asesino (que no sé si era el mismo del sueño anterior), cogía un afijado cuchillo y me arrancaba la piel a tiras. De todo el cuerpo, empezando por las piernas. Yo no me podía mover, y gritaba y gritaba... Él hacía su trabajo y continuaba deshojandome capa por capa, conviertiendo algunas partes de mil piel en una bella flor, llena de colores intensos: rojo y rosa. Brillaba fervientemente mi piel macerada y hemática. Acabé en un charco de sangre llorando, viendo como mi cuerpo iba perdiéndo cada vez más su volumen y vitalidad. Lo curioso es que no moría.
No moría... Pero dolía.
lunes, 26 de octubre de 2015
domingo, 25 de octubre de 2015
Contigo
Lo he estado pensando. Quiero estar soltera pero contigo.
Que salgas a tomar unas cervezas con tus amigos y que, al día siguiente, aún si tienes dolor de cabeza, me pidas que me acerque y me abraces, para luego acurrucarnos juntos. Quiero que hablemos aún en la cama, acerca de todo tipo de cosas, pero que algunas veces decidamos hacer cosas diferentes por las tardes o durante el resto del día.
Quiero que me cuentes sobre las tardes con tus amigos. Incluso, que una chica en el bar te echó el ojo. Y que me envíes mensajes cuando estás allí o cuando haces cualquier cosa poco importante, para asegurarte de que yo tambien pienso en ti.
Quiero reirnos juntos mientras hacemos el amor. Así empezaremos divirtiéndonos porque estamos probando cosas nuevas y que no tienen mucho sentido. Quiero que estemos con nuestros amigos y tú me tomes de la mano y me lleves a alguno sitio apartado porque no puedes esperar más y tienes que hacerme el amor en ese momento. Y tengamos que estar callados por si nos escuchan...
Quiero comer contigo y que me hagas hablar sobre mí, y que tú me hables de ti. Quiero imaginar la casa de nuestros sueños aún sabiendo que quizá nunca vivamos juntos. Que me cuentes tus planes de futuro aunque no tengan ni pies ni cabeza. Quiero que me sorprendas y me digas: "Toma tu pasaporte. ¡Nos vamos!"
Quiero tener miedo junto a ti. Hacer cosas que no haría con nadie más porque contigo tengo confianza. Volver borrachos después de una noche con los amigos. Que tomes mi cara entre tus manos, me beses, me uses de almohada y me aprietes junto a tu cuerpo durante toda la noche.
Quiero que tengas tu vida, que decidas de repente viajar un par de semanas y me dejes aquí sola y aburrida, deseando ver aparecer la burbujita de Facebook con la cara de un gatito que me dice: "¡Hola! :)"
No siempre quiero que me invites a tus eventos, ni siempre quiero invitarte a los míos. Así puedo contarte el día siguiente cómo estuvo el mío y tú hablarme sobre el tuyo.
Quiero algo que sea al mismo tiempo simple, pero no demasiado simple. Algo que me haga preguntarme cosas pero en el mismo minuto que esté en la misma habitación que tú, sepa la respuesta.
Quiero que pienses que soy preciosa y estés orgulloso de decir que estamos juntos. Quiero escucharte decir que me quieres, y poder decirte lo mismo de vuelta. Quiero que me dejes caminar delante de ti porque te gusta mirarme.
Quiero hacer planes sin saber si se realizarán o no. Estar en una relación que no tiene todo claro. Quiero ser tu amiga, esa con la que te encanta salir. Quiero que aguantes tu deseo de tontear con otras chicas y vengas a buscarme para acabar la noche juntos. Quiero ser la única con la que disfrutas haciendo el amor y luego quedarte dormido. La que puede permanecer alejada mientras trabajas y ama cuando te pierdes en tu mundo de música.
Quiero vivir una vida de soltera contigo para que nuestra vida de pareja pueda ser equivalente a nuestra vida de solteros hoy, pero juntos.
Que salgas a tomar unas cervezas con tus amigos y que, al día siguiente, aún si tienes dolor de cabeza, me pidas que me acerque y me abraces, para luego acurrucarnos juntos. Quiero que hablemos aún en la cama, acerca de todo tipo de cosas, pero que algunas veces decidamos hacer cosas diferentes por las tardes o durante el resto del día.
Quiero que me cuentes sobre las tardes con tus amigos. Incluso, que una chica en el bar te echó el ojo. Y que me envíes mensajes cuando estás allí o cuando haces cualquier cosa poco importante, para asegurarte de que yo tambien pienso en ti.
Quiero reirnos juntos mientras hacemos el amor. Así empezaremos divirtiéndonos porque estamos probando cosas nuevas y que no tienen mucho sentido. Quiero que estemos con nuestros amigos y tú me tomes de la mano y me lleves a alguno sitio apartado porque no puedes esperar más y tienes que hacerme el amor en ese momento. Y tengamos que estar callados por si nos escuchan...
Quiero comer contigo y que me hagas hablar sobre mí, y que tú me hables de ti. Quiero imaginar la casa de nuestros sueños aún sabiendo que quizá nunca vivamos juntos. Que me cuentes tus planes de futuro aunque no tengan ni pies ni cabeza. Quiero que me sorprendas y me digas: "Toma tu pasaporte. ¡Nos vamos!"
Quiero tener miedo junto a ti. Hacer cosas que no haría con nadie más porque contigo tengo confianza. Volver borrachos después de una noche con los amigos. Que tomes mi cara entre tus manos, me beses, me uses de almohada y me aprietes junto a tu cuerpo durante toda la noche.
Quiero que tengas tu vida, que decidas de repente viajar un par de semanas y me dejes aquí sola y aburrida, deseando ver aparecer la burbujita de Facebook con la cara de un gatito que me dice: "¡Hola! :)"
No siempre quiero que me invites a tus eventos, ni siempre quiero invitarte a los míos. Así puedo contarte el día siguiente cómo estuvo el mío y tú hablarme sobre el tuyo.
Quiero algo que sea al mismo tiempo simple, pero no demasiado simple. Algo que me haga preguntarme cosas pero en el mismo minuto que esté en la misma habitación que tú, sepa la respuesta.
Quiero que pienses que soy preciosa y estés orgulloso de decir que estamos juntos. Quiero escucharte decir que me quieres, y poder decirte lo mismo de vuelta. Quiero que me dejes caminar delante de ti porque te gusta mirarme.
Quiero hacer planes sin saber si se realizarán o no. Estar en una relación que no tiene todo claro. Quiero ser tu amiga, esa con la que te encanta salir. Quiero que aguantes tu deseo de tontear con otras chicas y vengas a buscarme para acabar la noche juntos. Quiero ser la única con la que disfrutas haciendo el amor y luego quedarte dormido. La que puede permanecer alejada mientras trabajas y ama cuando te pierdes en tu mundo de música.
Quiero vivir una vida de soltera contigo para que nuestra vida de pareja pueda ser equivalente a nuestra vida de solteros hoy, pero juntos.
miércoles, 21 de octubre de 2015
martes, 20 de octubre de 2015
Sueños increíbles, pero no imposibles
Ahora ya casi no me salen las palabras. Pero esta mañana he estado dando vueltas al asunto, mientras hacía mi rutina de manera automatizada. No he parado de pensar el por qué. Qué quiere decir.
Como sigan apareciendo en mis sueños van a acabar matándome. Pero es tan... excitante, placentero. Los sueños no son cortometrajes aleatorios. Tiene que significar algo. Y además, yo soy mucho de imaginar mil historias diferentes para un mismo sueño xD entonces puedo tirarme horas encontrando distintos finales a la película. Luego lo paso a la vida real y relaciono las cosas. Reflexiono. Me hago un plan mental A. Y B y C... Todo es demasiado complicado y puede fallar cualquier cosa, porque verdaderamente pueden ocurrir tantas locuras. Nochevieja me está trayendo por el camino de la amargura. Y los viernes por la noche... Un momento: ¿será otro de mis sueños increibles? Porque... Imposible no es...
Como sigan apareciendo en mis sueños van a acabar matándome. Pero es tan... excitante, placentero. Los sueños no son cortometrajes aleatorios. Tiene que significar algo. Y además, yo soy mucho de imaginar mil historias diferentes para un mismo sueño xD entonces puedo tirarme horas encontrando distintos finales a la película. Luego lo paso a la vida real y relaciono las cosas. Reflexiono. Me hago un plan mental A. Y B y C... Todo es demasiado complicado y puede fallar cualquier cosa, porque verdaderamente pueden ocurrir tantas locuras. Nochevieja me está trayendo por el camino de la amargura. Y los viernes por la noche... Un momento: ¿será otro de mis sueños increibles? Porque... Imposible no es...
lunes, 19 de octubre de 2015
Hoy
Hoy ha sido uno de esos días en los que mis fantasmas están fuertes.
Me dicen lo que quieren, yo les obedezco sin rechistar a penas. Me mandan y yo sigo órdenes. Me guían, me orientan, me chillan, me susurran, me dan miedo... Y después, por la mañana, vuelta a empezar el mismo juego de siempre. Ellos me obligan a hacer cosas que no quiero, pero me da igual, yo no les suelo llevar la contraria, y mucho menos cuando tienen tanto poder de convicción...
Me dicen lo que quieren, yo les obedezco sin rechistar a penas. Me mandan y yo sigo órdenes. Me guían, me orientan, me chillan, me susurran, me dan miedo... Y después, por la mañana, vuelta a empezar el mismo juego de siempre. Ellos me obligan a hacer cosas que no quiero, pero me da igual, yo no les suelo llevar la contraria, y mucho menos cuando tienen tanto poder de convicción...
domingo, 18 de octubre de 2015
Siempre así
Borracha. Voy hasta el culo de este veneno. Lo llevo en la sangre y lo noto. Es frío, letal... imposible de metabolizar.
Siento sus ganas de consumirme. Indirectamente me provoca esas ganas a mí también, incluso a mi corazón. A veces no lo soporto y otras no puedo vivir sin él. Ya no conozco la vida sin este miedo.
No me imagino lo que es no sentirse culpable, lo que es no pensar en ello, cómo es no imaginarse con 42. Mírame, solo son 10 y no percibo mi corazón. Ni si quiera puedo tocar mi apófisis coronoides. Quiero correr y no avanzo. Cada día tengo sueños más raros y no puedo dormir. Si pudiera formatear mi mente y volver a empezar... Si pudiera dormir por años y un día despertar siendo alguien completamente nueva y diferente... A lo mejor nada cambiaría o a lo mejor sí.
Si decido hacerlo, quiero ver lo que pasaría.
No quería decirlo en esta entrada porque no me siento con fuerzas de escribirlo, pero tal vez si lo digo no lo volveré a hacer más. Llevaba años sin hacerlo y hoy no he podido evitarlo ni aguantarme, las voces en mi cabeza no paraban y se me ha hecho tan grande que ni con los cascos a todo volumen les he podido callar. Al final lo he hecho y no me siento nada orgullosa. Sí que es verdad, que me he sentido aliviada por un momento y con la respiración entrecortada he sonreido un poco. Lo malo es que ahora me siento con ganas de volver a hacerlo a diario... No tendré esa posibilidad y eso me consuela bastante. Me lloran los ojos y no veo bien, no estoy acostumbrada a esto...
Estoy en una encrucijada de sentimientos contradictorios ahora mismo. Me voy.
No quería decirlo en esta entrada porque no me siento con fuerzas de escribirlo, pero tal vez si lo digo no lo volveré a hacer más. Llevaba años sin hacerlo y hoy no he podido evitarlo ni aguantarme, las voces en mi cabeza no paraban y se me ha hecho tan grande que ni con los cascos a todo volumen les he podido callar. Al final lo he hecho y no me siento nada orgullosa. Sí que es verdad, que me he sentido aliviada por un momento y con la respiración entrecortada he sonreido un poco. Lo malo es que ahora me siento con ganas de volver a hacerlo a diario... No tendré esa posibilidad y eso me consuela bastante. Me lloran los ojos y no veo bien, no estoy acostumbrada a esto...
Estoy en una encrucijada de sentimientos contradictorios ahora mismo. Me voy.
sábado, 17 de octubre de 2015
Razones para no suicidarse
1. Lo primero que tienes que hacer es abrazar muy fuerte a alguien y llorar, hasta que sientas que la presión en el pecho va desapareciendo. Tómate tu tiempo.
2. Hay muchos libros por ahí para leer, para inspirarse… Hay también libros que quieren ser escritos. No importa lo que creas, tus historias merecen ser plasmadas en papel.
3. El sol no brilla algunos días, pero cuando lo hace todo el mundo se ilumina gracias a él. Piensa que eres el sol y pregúntate a ti mismo que sería del mundo sin ti.
4. Los fuegos artificiales no muestran sus colores de forma inmediata después de ser lanzados. Hace falta un poco de tiempo antes de que revelen su belleza.
5. Alguna vez en tu vida, cogerás la mano de alguien y te dirá que te quiere o que te necesita. Entonces empezarás a sentir como si nunca te hubieras roto.
6. Música.
7. Piensa en todos esos días que decidas hacer el vago, dormir y estar en pijama todo el día.
8. Por esos maratones de películas con tu mejor amigo/a.
9. A veces, algunas criaturas crecen dentro de sus conchas y necesitan encontrar una nueva porque se les ha quedado pequeña. Respira hondo y encuentra un nuevo lugar al que puedas llamar “hogar”. También, intenta considerar a tu propio cuerpo tu hogar.
10. Los árboles pierden sus hojas cada año pero siempre esperan a la primavera para volver a florecer de nuevo. Cada año nos volvemos más fuertes que el anterior.
11. Hay cosas maravillosas en el mundo, más de las que puedas imaginar: montañas, ríos, océanos, auroras boreales, acantilados, islas, ciudades, personas…etc. Viaja. No termines tu vida antes de ver todo eso.
2. Hay muchos libros por ahí para leer, para inspirarse… Hay también libros que quieren ser escritos. No importa lo que creas, tus historias merecen ser plasmadas en papel.
3. El sol no brilla algunos días, pero cuando lo hace todo el mundo se ilumina gracias a él. Piensa que eres el sol y pregúntate a ti mismo que sería del mundo sin ti.
4. Los fuegos artificiales no muestran sus colores de forma inmediata después de ser lanzados. Hace falta un poco de tiempo antes de que revelen su belleza.
5. Alguna vez en tu vida, cogerás la mano de alguien y te dirá que te quiere o que te necesita. Entonces empezarás a sentir como si nunca te hubieras roto.
6. Música.
7. Piensa en todos esos días que decidas hacer el vago, dormir y estar en pijama todo el día.
8. Por esos maratones de películas con tu mejor amigo/a.
9. A veces, algunas criaturas crecen dentro de sus conchas y necesitan encontrar una nueva porque se les ha quedado pequeña. Respira hondo y encuentra un nuevo lugar al que puedas llamar “hogar”. También, intenta considerar a tu propio cuerpo tu hogar.
10. Los árboles pierden sus hojas cada año pero siempre esperan a la primavera para volver a florecer de nuevo. Cada año nos volvemos más fuertes que el anterior.
11. Hay cosas maravillosas en el mundo, más de las que puedas imaginar: montañas, ríos, océanos, auroras boreales, acantilados, islas, ciudades, personas…etc. Viaja. No termines tu vida antes de ver todo eso.
jueves, 15 de octubre de 2015
Durante el trayecto
Y el momento llegó y no sabía a donder ir. Mi mente daba vueltas y vueltas esperando a encontrar un motivo por el que seguir. Tardé mucho en averiguar que es lo que me sugería mi cabeza: libertad, velocidad, ruido, vida... Entonces supe que era lo que ansiaba mi corazón.
Andando bajo el calor de mi abrigo entre la multitud, puedo ver como brilla. Luces, flashes, rascacielos, coches... puedo escuchar el pálpito de la ciudad, como el fuerte latido de un corazón. Igual que el mío. Todos los que están aquí querían algo más. Buscaban algo que no habían encontrado antes.
"Bienvenida a Nueva York, te estaba esperando."
Esto para mi es como una nueva banda sonora, y me gusta bailar al ritmo. Y cada vez más. Las luces son tan brillantes aquí... pero nunca me ciegan.
Cuando dejé las maletas en la habitación del hotel, guardé mi corazón roto en un cajón. Después salí a la calle y cuando recorrí unas cuantas manzanas me di cuenta; aquí la gente era otra persona antes, pero ahora pueden ser lo que ellos quieran. Chicos con chicos, chicas con chicas.
Esta ciudad, como cualquier gran amor, te deja pensando. Al igual que el amor verdadero, está siempre cambiando. Te vuelve loco pero no lo cambiarías por nada nunca.
miércoles, 14 de octubre de 2015
Cuando el cielo se torna gris
Cuando el cielo se torna gris percibo sombras más oscuras y desde mi ventana puedo ver el vaho condensandose en los fríos cristales. Las gotas de lluvia se posan sobre las yemas de mis dedos, sutiles y alígeras. Cuando el cielo se torna gris hay distintos sonidos, porque los de los pájaros se han ido y los del viento aparecen. Cuando el cielo se torna gris no lo miro, mi limito a ver su reflejo en los charcos y me encanta. Esa sensación me recuerda al cántico de un viejo violín un día que, casualmente, el cielo se tornó gris. Parecía ser mi único amigo. Pero al final, como todos ellos, fue desapareciendo de mi vida poco a poco, sonando cada vez más lejos, hasta finalizar con una tenue vibración de sus cuerdas diciendome adiós.
Los días como hoy, cuando el cielo se torna gris, es un buen día para tomar un café en compañía.
martes, 13 de octubre de 2015
Frío
Ya empieza el frío, y con él retomo viejas costumbres... como los jerseys de lana calentitos y el café. Botas y medias negras. Gorros y paseos bajo la lluvia. El té hirviendo y todo eso que me deja sin respiración.
domingo, 11 de octubre de 2015
Ondas
Hay algo de la gente que me jode de mala manera.
Creo que todo empezó en el instituto. Nuestra profesora infló un globo y escribió dentro “autoestima”, y lo pegó en la pared. Nos explicó que todos nosotros éramos como el globo; si nosotros no tuviéramos nada de autoestima, seríamos lánguidos, pequeños y tristes. Todo el mundo parecía realmente inspirado, pero esa descripción no encajó conmigo. Viendo ese globo en la pared desinflándose cada día un poco más y marchitándose… parecía que la autoestima no hacía más que hacer a la gente verse falsamente grande durante un ínfimo espacio de tiempo. Pero nadie parecía darse cuenta. Todos ellos continuaban con sus cortas y pequeñas vidas, hinchando su autoestima, pero volviéndose más y más pequeños cada día. Por eso, a las personas que más odio son a aquellos idealistas que piensan que pueden cambiar el mundo. Detrás de todas esas grandes ideas de una vida mejor, pienso que ellos sólo están desesperados por ser recordados. Desesperados por mantener sus marchitos globos llenos, para sentirse importantes.
Pero las cosas nunca cambian. No importa lo duro que luches, apenas llega a marcar la diferencia. La vida de una persona es tan solo una gota de agua minúscula en un cubo. Mucha gente piensa que soy un verdadero pesimista porque pienso de esta manera. Pero realmente no me importa en absoluto. Es más fácil vivir la vida sin tener que preocuparme por cambiar el mundo. De esa manera, puedo concentrarme en lo que quiero y me gusta, como mi música y mi fotografía.
Las fotos que hago y las canciones que compongo, durarán más de lo que duraré yo. No es que me importe. Todo lo que fotografío es naturaleza. Cosas que serán iguales siempre, que nunca cambiarán al final de los tiempos. En cambio, odio fotografiar a gente. Odio a la gente que salta delante del objetivo, que corre alrededor y ondean sus brazos, desesperados por ser filmados o capturados en una foto para ser recordados… No hay forma, nunca fotografiaré cosa tan inútil como eso. Cuando la gente muere, ellos se han ido, y ya está.
Esta ciudad no es muy grande, pero hay muchos lugares lejanos escondidos en los que siempre encuentro algo nuevo para explorar. Hoy he encontrado este lugar, un pequeño parque rodeado de árboles y un edificio de un viejo colegio. No parece ser un lugar especialmente bueno para fotografiar. Pero al menos no hay mucha gente merodeando por aquí…
Fui aquel día con mi cámara a unos arbustos cercanos para ver la luz de la tarde, el sol estaba aún lo suficientemente alto para hacer algunas fotos decentes. De repente, escuché algo, ¿qué era ese sonido? Algo detrás de aquellos arbustos se estaba moviendo. Me arrastré hacia delante, con la cámara justo enfrente mía, como si fuese un escudo que me fuera a proteger de algo que fuese a saltar sobre mi. Considerando lo mucho que costó esta máquina, probablemente no lo utilizaría como tal y no me importaría llevarme el golpe.
Era una chica. ¿Qué estaría haciendo allí? Estaba… ¿llorando? Retrocedí unos pasos. Si una chica estaba usando ese lugar como “su lugar secreto de llorar”, no quería formar parte de él. Pero el sonido del llanto parecía más como… gatos…
- Oh, ¡hola!
La chica alzó su mirada hacia mi con una sonrisa, y me di cuenta que estaba acariciando a un pequeño gatito en la cabeza. Dos gatitos más estaban rondando a su alrededor, junto a ella. Ellos debían ser el origen del ruido que escuché.
- Ehh… Buenas. Perdona por molestarte, ya me voy.
- No eres ninguna molestia. Quédate. – me dijo.
El gatito que estaba acariciando bostezó perezosamente y se restregó contra su mano de nuevo. Entonces ella sacó una galleta y se la ofreció al gato, él la olisqueó y a continuación la comenzó a morder con sus pequeños y afilados dientes.
- ¿Por qué los estás alimentando? ¿Qué les das?
- Galletas. Las hice esta mañana.
- Parece un desperdicio dárselas a un puñado de gatos.
- No, vale la pena. – Dijo con una media sonrisa
- Ellos van a morir de todas maneras, ya sabes. Los gatos callejeros no suelen sobrevivir mucho tiempo en las calles.
- ¿Y?
- ¿Y entonces por qué les estás dando de comer? – Pregunté atónito
- Están hambrientos. ¿Necesito cualquier otro motivo más que ese?
- Creo que no… Pero ¿por qué galletas?
- Porque ellos son los únicos que se las comerían…
- ¿Qué?
- Lo siento, me tengo que ir ya a casa…
Ella le dio al gatito una última caricia cariñosa en la cabeza antes de irse. Ni siquiera me dijo adiós, no estoy seguro si me ofendió o no, pero creo que realmente eso no importa. Los gatitos comenzaron a pulular a mi alrededor, entonces me arrodillé para hacerles algunas fotos. Empezó a oscurecer y decidí volver a casa.
No sé porque pero al día siguiente volví al parque. Me estaba convenciendo a mi mismo que era solamente para fotografiar, a pesar de que no hice fotos muy buenas ayer, pero… estoy seguro de que me estoy engañando a mi mismo.
- Ah, ¡volviste! – me sonrió la chica.
- Sólo quería echar un par de fotos.
- Me apartaré para dejarte hacerlas, entonces.
Hice unos cuantos disparos, pero mi mirada se desviaba hacia donde estaba la chica. Después de cada foto, echaba un vistazo y contemplaba como los gatos maullaban a su lado. Me acerqué a ella.
- ¿Qué les estás dando hoy?
- Mm, creo que se les podría llamar donuts. – Giró la cabeza pensativa.
- ¿Los has hecho tú también?
- ¡Claro! Esta mañana, antes de ir a clase. Me tuve que levantar bastante temprano para hacerlos. – Me respondió orgullosa.
- ¿Por qué? – Pregunté extrañado.
- Bueno, los donuts necesitan bastante tiempo para crecer en el horno…
- No es eso a lo que me refiero.
- ¿Entonces a qué?
- ¿Por qué trabajar tan duro para hacer comida para un puñado de gatos? – Realmente no comprendía el comportamiento de aquella chica, yo nunca madrugaría tanto para hacer aquel absurdo.
- Te lo dije. Es porque ellos se lo comen.
- …
- Siempre he amado cocinar, ya sabes. Lo mejor de ello es poder compartirlo con otros. Hubo un tiempo en el que quería tener mi propia pastelería – suspiró nostálgica.
- ¿Y entonces…?
- El año pasado, para un proyecto de una asignatura, hice unos muffins para toda la clase. Me desperté muy temprano para que estuvieran recién hechos, y los elaboré con los mejores ingredientes que me pude permitir. Quería que fueran algo especial. Pero… a nadie les gustó. Muchas chicas ni siquiera los probaron porque decían que estaban a dieta. Me puse contenta al ver que unos chicos cogían un par, pero después de probarlos, se los empezaron a tirar unos a otros. Incluso les ofrecí a los profesores, quienes parecían apreciarlos. Pero al final del día, encontré los muffins tirados en la basura…
- Bueno. La gente nunca aprecia las cosas que debería apreciar. Trabajar tan duro para ellos es una pérdida de tiempo. – dije encogiéndome de hombros.
- Tal vez… Ese día, después del colegio, vine aquí. Quería llorar, pero estos pequeños vinieron y me animaron – exclamó con una tímida sonrisa – Les di el resto de muffins, y ellos se los comieron sin dudarlo. Desde entonces, les he traído algo distinto cada día. Es una manera de decir “gracias”.
- ¿”Gracias” por qué?
- Por estar felices de comer mi comida.
- ¿…?
- Lo que más me gusta es ver a la gente alegre por comer lo que cocino. Quiero animar a la gente y hacer de este mundo un lugar mejor.
- Eso es estúpido. – Me limité a decir.
- ¿Estúpido? – preguntó entrecerrando sus ojos marrones, molesta.
- Animar y hacer feliz a la gente es inútil e innecesario. Aunque les animes un rato, después vuelven a deprimirse otra vez de todas formas. La felicidad no existe en realidad. Además, ellos van a morir después de todo.
- ¿Verdaderamente piensas eso? – Preguntó asombrada.
- Um… Sí.
- Ya veo – dijo apartando la mirada -. Eso es terriblemente nihilista por tu parte.
- No me digas ahora que te vas a poner filósofa…
- No. Bueno, me voy ir yendo ya. Mi nombre es Ela, ¿y tú eres…?
- Koda…
- Bueno, pues te veo mañana, Koda.
- No cuentes con ello. – refunfuñé.
- Claro – afirmó guiñándome un ojo. Después me sonrió y se fue.
Creo que todo empezó en el instituto. Nuestra profesora infló un globo y escribió dentro “autoestima”, y lo pegó en la pared. Nos explicó que todos nosotros éramos como el globo; si nosotros no tuviéramos nada de autoestima, seríamos lánguidos, pequeños y tristes. Todo el mundo parecía realmente inspirado, pero esa descripción no encajó conmigo. Viendo ese globo en la pared desinflándose cada día un poco más y marchitándose… parecía que la autoestima no hacía más que hacer a la gente verse falsamente grande durante un ínfimo espacio de tiempo. Pero nadie parecía darse cuenta. Todos ellos continuaban con sus cortas y pequeñas vidas, hinchando su autoestima, pero volviéndose más y más pequeños cada día. Por eso, a las personas que más odio son a aquellos idealistas que piensan que pueden cambiar el mundo. Detrás de todas esas grandes ideas de una vida mejor, pienso que ellos sólo están desesperados por ser recordados. Desesperados por mantener sus marchitos globos llenos, para sentirse importantes.
Pero las cosas nunca cambian. No importa lo duro que luches, apenas llega a marcar la diferencia. La vida de una persona es tan solo una gota de agua minúscula en un cubo. Mucha gente piensa que soy un verdadero pesimista porque pienso de esta manera. Pero realmente no me importa en absoluto. Es más fácil vivir la vida sin tener que preocuparme por cambiar el mundo. De esa manera, puedo concentrarme en lo que quiero y me gusta, como mi música y mi fotografía.
Las fotos que hago y las canciones que compongo, durarán más de lo que duraré yo. No es que me importe. Todo lo que fotografío es naturaleza. Cosas que serán iguales siempre, que nunca cambiarán al final de los tiempos. En cambio, odio fotografiar a gente. Odio a la gente que salta delante del objetivo, que corre alrededor y ondean sus brazos, desesperados por ser filmados o capturados en una foto para ser recordados… No hay forma, nunca fotografiaré cosa tan inútil como eso. Cuando la gente muere, ellos se han ido, y ya está.
Esta ciudad no es muy grande, pero hay muchos lugares lejanos escondidos en los que siempre encuentro algo nuevo para explorar. Hoy he encontrado este lugar, un pequeño parque rodeado de árboles y un edificio de un viejo colegio. No parece ser un lugar especialmente bueno para fotografiar. Pero al menos no hay mucha gente merodeando por aquí…
Fui aquel día con mi cámara a unos arbustos cercanos para ver la luz de la tarde, el sol estaba aún lo suficientemente alto para hacer algunas fotos decentes. De repente, escuché algo, ¿qué era ese sonido? Algo detrás de aquellos arbustos se estaba moviendo. Me arrastré hacia delante, con la cámara justo enfrente mía, como si fuese un escudo que me fuera a proteger de algo que fuese a saltar sobre mi. Considerando lo mucho que costó esta máquina, probablemente no lo utilizaría como tal y no me importaría llevarme el golpe.
Era una chica. ¿Qué estaría haciendo allí? Estaba… ¿llorando? Retrocedí unos pasos. Si una chica estaba usando ese lugar como “su lugar secreto de llorar”, no quería formar parte de él. Pero el sonido del llanto parecía más como… gatos…
- Oh, ¡hola!
La chica alzó su mirada hacia mi con una sonrisa, y me di cuenta que estaba acariciando a un pequeño gatito en la cabeza. Dos gatitos más estaban rondando a su alrededor, junto a ella. Ellos debían ser el origen del ruido que escuché.
- Ehh… Buenas. Perdona por molestarte, ya me voy.
- No eres ninguna molestia. Quédate. – me dijo.
El gatito que estaba acariciando bostezó perezosamente y se restregó contra su mano de nuevo. Entonces ella sacó una galleta y se la ofreció al gato, él la olisqueó y a continuación la comenzó a morder con sus pequeños y afilados dientes.
- Galletas. Las hice esta mañana.
- Parece un desperdicio dárselas a un puñado de gatos.
- No, vale la pena. – Dijo con una media sonrisa
- Ellos van a morir de todas maneras, ya sabes. Los gatos callejeros no suelen sobrevivir mucho tiempo en las calles.
- ¿Y?
- ¿Y entonces por qué les estás dando de comer? – Pregunté atónito
- Están hambrientos. ¿Necesito cualquier otro motivo más que ese?
- Creo que no… Pero ¿por qué galletas?
- Porque ellos son los únicos que se las comerían…
- ¿Qué?
- Lo siento, me tengo que ir ya a casa…
Ella le dio al gatito una última caricia cariñosa en la cabeza antes de irse. Ni siquiera me dijo adiós, no estoy seguro si me ofendió o no, pero creo que realmente eso no importa. Los gatitos comenzaron a pulular a mi alrededor, entonces me arrodillé para hacerles algunas fotos. Empezó a oscurecer y decidí volver a casa.
No sé porque pero al día siguiente volví al parque. Me estaba convenciendo a mi mismo que era solamente para fotografiar, a pesar de que no hice fotos muy buenas ayer, pero… estoy seguro de que me estoy engañando a mi mismo.
- Ah, ¡volviste! – me sonrió la chica.
- Sólo quería echar un par de fotos.
- Me apartaré para dejarte hacerlas, entonces.
Hice unos cuantos disparos, pero mi mirada se desviaba hacia donde estaba la chica. Después de cada foto, echaba un vistazo y contemplaba como los gatos maullaban a su lado. Me acerqué a ella.
- ¿Qué les estás dando hoy?
- Mm, creo que se les podría llamar donuts. – Giró la cabeza pensativa.
- ¿Los has hecho tú también?
- ¡Claro! Esta mañana, antes de ir a clase. Me tuve que levantar bastante temprano para hacerlos. – Me respondió orgullosa.
- ¿Por qué? – Pregunté extrañado.
- Bueno, los donuts necesitan bastante tiempo para crecer en el horno…
- No es eso a lo que me refiero.
- ¿Entonces a qué?
- ¿Por qué trabajar tan duro para hacer comida para un puñado de gatos? – Realmente no comprendía el comportamiento de aquella chica, yo nunca madrugaría tanto para hacer aquel absurdo.
- Te lo dije. Es porque ellos se lo comen.
- …
- Siempre he amado cocinar, ya sabes. Lo mejor de ello es poder compartirlo con otros. Hubo un tiempo en el que quería tener mi propia pastelería – suspiró nostálgica.
- ¿Y entonces…?
- El año pasado, para un proyecto de una asignatura, hice unos muffins para toda la clase. Me desperté muy temprano para que estuvieran recién hechos, y los elaboré con los mejores ingredientes que me pude permitir. Quería que fueran algo especial. Pero… a nadie les gustó. Muchas chicas ni siquiera los probaron porque decían que estaban a dieta. Me puse contenta al ver que unos chicos cogían un par, pero después de probarlos, se los empezaron a tirar unos a otros. Incluso les ofrecí a los profesores, quienes parecían apreciarlos. Pero al final del día, encontré los muffins tirados en la basura…
- Bueno. La gente nunca aprecia las cosas que debería apreciar. Trabajar tan duro para ellos es una pérdida de tiempo. – dije encogiéndome de hombros.
- Tal vez… Ese día, después del colegio, vine aquí. Quería llorar, pero estos pequeños vinieron y me animaron – exclamó con una tímida sonrisa – Les di el resto de muffins, y ellos se los comieron sin dudarlo. Desde entonces, les he traído algo distinto cada día. Es una manera de decir “gracias”.
- ¿”Gracias” por qué?
- Por estar felices de comer mi comida.
- ¿…?
- Lo que más me gusta es ver a la gente alegre por comer lo que cocino. Quiero animar a la gente y hacer de este mundo un lugar mejor.
- Eso es estúpido. – Me limité a decir.
- ¿Estúpido? – preguntó entrecerrando sus ojos marrones, molesta.
- Animar y hacer feliz a la gente es inútil e innecesario. Aunque les animes un rato, después vuelven a deprimirse otra vez de todas formas. La felicidad no existe en realidad. Además, ellos van a morir después de todo.
- ¿Verdaderamente piensas eso? – Preguntó asombrada.
- Um… Sí.
- Ya veo – dijo apartando la mirada -. Eso es terriblemente nihilista por tu parte.
- No me digas ahora que te vas a poner filósofa…
- No. Bueno, me voy ir yendo ya. Mi nombre es Ela, ¿y tú eres…?
- Koda…
- Bueno, pues te veo mañana, Koda.
- No cuentes con ello. – refunfuñé.
- Claro – afirmó guiñándome un ojo. Después me sonrió y se fue.
De nuevo, los gatos volvieron su atención sobre mi, pero no les hice ninguna foto esta vez. Ese lugar volvía a ser aburrido y demasiado oscuro. A pesar de no haber tomado muchas fotos, me negué a volver otra vez por allí.
Pero, de algún modo…
- ¡Hola, Koda!
- …
- Has venido aquí de nuevo sólo para hacer fotos, ¿no? – dijo burlona.
- Sí. Las que revelé ayer no eran muy buenas…
- ¿Tú revelas tus propias fotos? – Me preguntó admirada. Parecía sinceramente sorprendida y por alguna razón me sentí triunfante.
- Las fotos digitales son demasiado fáciles. No tiene nada de divertido. Te hace descuidado y poco riguroso, porque puedes permitirte tener fallos y repetir la foto mil veces.
- Comprendo… Ah, toma. Esto es para ti. – Me tendió una pequeña bolsa de plástico atada con una cinta.
- ¿Qué es esto?
- Cookies. Querías algunas, ¿no?
- ¿Qué te hizo pensar eso…?
- Volviste, ¿no es así? – dijo sacando la lengua divertida.
Con un suspiro, abrí el paquete. Entonces me saludó un suave y dulce aroma a canela y chocolate. Probé un bocado de una de las galletas. Estaba bastante buena. Por un momento me pregunté si a alguien le disgustaría lo que cocinaba esta chica… Pero creo que esa es la naturaleza de la gente.
- Lo siento… - susurró y bajó la mirada.
- ¿Por?
- No estás sonriendo. No deben estar muy buenas…
- No es eso, estoy simplemente un poco enfadado con la gente que no aprecia tu talento culinario.
- No deberías, ¡si piensas que sabe bien entonces sonríe!
- ¿Por qué estás intentando todo el rato que sonría? – resoplé.
- No pareces una persona feliz – me respondió. Su honestidad se clavó como una flecha en mi corazón.
- Eso no es de tu incumbencia – le corté.
- Lo es si vienes aquí todos los días para verme – contestó con una media sonrisa dibujada en su rostro.
- Nunca he dicho que venga aquí para verte.
- No tienes porqué decirlo.
- Por otra parte, eso no importa. Estaré deprimido mañana otra vez de todas maneras.
- Entonces te traeré más cookies mañana – replicó mirándome a los ojos.
- ¿Realmente quieres tanto verme sonreír?
- Me gusta ver a todo el mundo sonreír.
- Huh. Otro sueño imposible. – suspiré cansado – Esto es por lo que odio a la gente tanto.
- ¿No te gusta la gente? – preguntó Ela consternada.
- Por supuesto que no. Ellos siempre arruinan todo.
- ¿Cómo que?
- Ellos siempre se cuelan en fotos cuando no quiero que lo hagan, o se obsesionan por cómo se ven, como si verdaderamente eso marcara la diferencia o importara. ¡No puedo soportarlo! Hablan y hablan sin tener ni idea de lo que dicen. Son tan molestos…
- ¿Yo… soy molesta? – preguntó con ojos tristes.
- Uh… - titubee un momento. La gente optimista como Ela siempre me había cabreado. Pero había algo extraño en ella, algo diferente, no sé si era su sencilla y directa honestidad la que me comenzaba a parecer estimulante, y cómo no, interesante. – No lo sé – Dije por fin.
Después de un pequeño silencio, Ela se giró hacia los gatitos, acariciándoles suavemente la cabeza.
- Entiendo. – dijo por fin.
- No es que seas molesta ni nada de eso, es sólo que… - comencé a decir nervioso. Me esforcé por encontrar la manera de expresar mis sentimientos. – No me gusta la gente que dice que puede cambiar el mundo.
- ¿Por qué no?
- ¡Por qué es estúpido! La vida de una persona no significa nada, es tan solo una gota de agua en un cubo, después de todo.
- Tú realmente no crees eso – me escrutó con su intensa mirada.
- ¡Sí lo creo! – repliqué enfadado, intentando convencerla. – Es mejor que creer que ciertamente puedo cambiar cualquier cosa.
- Entonces, ¿por qué estas aquí?
- ¿Qu-qué?
- Tú quieres creer eso, pero en realidad sólo tienes miedo. Tienes miedo de no poder marcar la diferencia, por eso no lo intentas.
- Eso no es lo que… - comencé a decir, pero no podía replicarle porque no me salían las palabras para negar lo que había dicho.
- Koda…
- ¿Si…?
- Aunque mi vida sea tan solo una solitaria gotita de agua, cada gota es capaz de hacer ondas, incluso en un gran océano – afirmó con esa media sonrisa suya.
Entonces, se fue antes de que pudiera responder. Tampoco tenía ninguna respuesta que darle. Normalmente, me enfadaría si alguien intenta venderme una de esas frases de inspiración… Pero esta vez es diferente. Ella no está intentando venderme nada. Es realmente lo que ella cree. Ela es tan alegre y segura, pero no hay nada de ella que me desespere o me frustre. Ella cree que puede cambiar el mundo con cookies y una sonrisa. Honestamente, no sé si ella puede o no. Pero sé que ella se las ha arreglado para cambiarme a mi.
El sol se está poniendo. Y mientras se esconde, mi cámara lo fotografía. Me pregunto si me traerá las galletas mañana. Tal vez debería traerle algo para ella también. Tal vez le pregunte si puedo tomarle una foto.
Esto es sólo la primera gota…
Pero, de algún modo…
- ¡Hola, Koda!
- …
- Has venido aquí de nuevo sólo para hacer fotos, ¿no? – dijo burlona.
- Sí. Las que revelé ayer no eran muy buenas…
- ¿Tú revelas tus propias fotos? – Me preguntó admirada. Parecía sinceramente sorprendida y por alguna razón me sentí triunfante.
- Las fotos digitales son demasiado fáciles. No tiene nada de divertido. Te hace descuidado y poco riguroso, porque puedes permitirte tener fallos y repetir la foto mil veces.
- Comprendo… Ah, toma. Esto es para ti. – Me tendió una pequeña bolsa de plástico atada con una cinta.
- ¿Qué es esto?
- Cookies. Querías algunas, ¿no?
- ¿Qué te hizo pensar eso…?
- Volviste, ¿no es así? – dijo sacando la lengua divertida.
Con un suspiro, abrí el paquete. Entonces me saludó un suave y dulce aroma a canela y chocolate. Probé un bocado de una de las galletas. Estaba bastante buena. Por un momento me pregunté si a alguien le disgustaría lo que cocinaba esta chica… Pero creo que esa es la naturaleza de la gente.
- Lo siento… - susurró y bajó la mirada.
- ¿Por?
- No estás sonriendo. No deben estar muy buenas…
- No es eso, estoy simplemente un poco enfadado con la gente que no aprecia tu talento culinario.
- No deberías, ¡si piensas que sabe bien entonces sonríe!
- ¿Por qué estás intentando todo el rato que sonría? – resoplé.
- No pareces una persona feliz – me respondió. Su honestidad se clavó como una flecha en mi corazón.
- Eso no es de tu incumbencia – le corté.
- Lo es si vienes aquí todos los días para verme – contestó con una media sonrisa dibujada en su rostro.
- Nunca he dicho que venga aquí para verte.
- No tienes porqué decirlo.
- Por otra parte, eso no importa. Estaré deprimido mañana otra vez de todas maneras.
- Entonces te traeré más cookies mañana – replicó mirándome a los ojos.
- ¿Realmente quieres tanto verme sonreír?
- Me gusta ver a todo el mundo sonreír.
- Huh. Otro sueño imposible. – suspiré cansado – Esto es por lo que odio a la gente tanto.
- ¿No te gusta la gente? – preguntó Ela consternada.
- Por supuesto que no. Ellos siempre arruinan todo.
- ¿Cómo que?
- Ellos siempre se cuelan en fotos cuando no quiero que lo hagan, o se obsesionan por cómo se ven, como si verdaderamente eso marcara la diferencia o importara. ¡No puedo soportarlo! Hablan y hablan sin tener ni idea de lo que dicen. Son tan molestos…
- ¿Yo… soy molesta? – preguntó con ojos tristes.
- Uh… - titubee un momento. La gente optimista como Ela siempre me había cabreado. Pero había algo extraño en ella, algo diferente, no sé si era su sencilla y directa honestidad la que me comenzaba a parecer estimulante, y cómo no, interesante. – No lo sé – Dije por fin.
Después de un pequeño silencio, Ela se giró hacia los gatitos, acariciándoles suavemente la cabeza.
- Entiendo. – dijo por fin.
- No es que seas molesta ni nada de eso, es sólo que… - comencé a decir nervioso. Me esforcé por encontrar la manera de expresar mis sentimientos. – No me gusta la gente que dice que puede cambiar el mundo.
- ¿Por qué no?
- ¡Por qué es estúpido! La vida de una persona no significa nada, es tan solo una gota de agua en un cubo, después de todo.
- Tú realmente no crees eso – me escrutó con su intensa mirada.
- ¡Sí lo creo! – repliqué enfadado, intentando convencerla. – Es mejor que creer que ciertamente puedo cambiar cualquier cosa.
- Entonces, ¿por qué estas aquí?
- ¿Qu-qué?
- Tú quieres creer eso, pero en realidad sólo tienes miedo. Tienes miedo de no poder marcar la diferencia, por eso no lo intentas.
- Eso no es lo que… - comencé a decir, pero no podía replicarle porque no me salían las palabras para negar lo que había dicho.
- Koda…
- ¿Si…?
- Aunque mi vida sea tan solo una solitaria gotita de agua, cada gota es capaz de hacer ondas, incluso en un gran océano – afirmó con esa media sonrisa suya.
Entonces, se fue antes de que pudiera responder. Tampoco tenía ninguna respuesta que darle. Normalmente, me enfadaría si alguien intenta venderme una de esas frases de inspiración… Pero esta vez es diferente. Ella no está intentando venderme nada. Es realmente lo que ella cree. Ela es tan alegre y segura, pero no hay nada de ella que me desespere o me frustre. Ella cree que puede cambiar el mundo con cookies y una sonrisa. Honestamente, no sé si ella puede o no. Pero sé que ella se las ha arreglado para cambiarme a mi.
El sol se está poniendo. Y mientras se esconde, mi cámara lo fotografía. Me pregunto si me traerá las galletas mañana. Tal vez debería traerle algo para ella también. Tal vez le pregunte si puedo tomarle una foto.
Esto es sólo la primera gota…
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