Pero nada es imposible, sólo puede ser difícil. Siempre he sido muy impaciente para todo, y ahora simplemente es que no aguanto más.
Si debemos controlar nuestros sentimientos por honor, ¿porqué no hacerlo para no herir los sentimientos de los demás? Así sería más bonito todo.
A veces soy demasiado catalítica en el sentido de que tengo sueños apocalípticos que se hacen realidad después y me sorprendo de mi propia frivolidad ante ellos. Es conveniente, quizá, que deje de pensar en ello porque sino, en vez de ser quien trate como médico voy a terminar siendo yo la paciente y necesitando a uno.
Buenas noches viajero del tiempo
Buenas noches viajero del tiempo.
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...
sábado, 31 de octubre de 2015
viernes, 30 de octubre de 2015
Tal vez
Tal vez la Ale del pasado, si me viera ahora, estaría muy enfadada conmigo. Por muchas razones...
Las dejo marchar para siempre, pues ellas son libres. Me refiero a las mariposas. Por mucho que me duela no ver sus fantásticos colores todos los días, me reconforta tener nubes. Son tan blancas, tan nítidas, tan llenas de luz... que cada mañana lo veo más claro. Quiero estar ahí arriba, en lo más alto. Quiero ver desde allí a mis mariposas volando, los obstáculos ya insignificantes, los días pasados, las sonrisas que están por venir y todos esos globos de colores.
Tengo tambien mi objetivo que me acompaña a donde quiera que vaya, por eso ya le he pillado cariño. Una adicción especial que a veces me asusta.
¿Qué es lo que me gustaría ahora, que el tiempo pase rápido o lento?
Pase lo que pase al final... siempre se van a derramar lágrimas. O vuestras, o mías. O de los dos.
Las dejo marchar para siempre, pues ellas son libres. Me refiero a las mariposas. Por mucho que me duela no ver sus fantásticos colores todos los días, me reconforta tener nubes. Son tan blancas, tan nítidas, tan llenas de luz... que cada mañana lo veo más claro. Quiero estar ahí arriba, en lo más alto. Quiero ver desde allí a mis mariposas volando, los obstáculos ya insignificantes, los días pasados, las sonrisas que están por venir y todos esos globos de colores.
Tengo tambien mi objetivo que me acompaña a donde quiera que vaya, por eso ya le he pillado cariño. Una adicción especial que a veces me asusta.
¿Qué es lo que me gustaría ahora, que el tiempo pase rápido o lento?
Pase lo que pase al final... siempre se van a derramar lágrimas. O vuestras, o mías. O de los dos.
jueves, 29 de octubre de 2015
Al detenerse
Tal vez apueste luciérnagas con el cielo. A ver quién brilla más. Con la punta de mi dedo dibujaré un foco picudo más brillante y destacable, pero seguro que nadie saca sus pupilas desde el corazón para verlo volar por el infinito del universo escondido. Luego, tal vez, el mar salado que colma mi iris provoque una llovizna leve o quizás torrencial por las inconcluencias del oscuro destino que hace daño a la bombilla bombeante que lleva la sangre hacia mis bolsas de aire, que están medio vacías a causa del polvo de los libros viejos que ayer yacían sobre mi voz. La lírica se mezclará con los lirios y el dulce aroma atraerá a millones insectos alados, deseando envolverse del dulce caramelo amarillento. Tal vez quiera quitar la luz al día para darle un poco a la noche. Tal vez no quiera volver a demostrar sonrisas de complicidad. Tal vez ya no tenga ganas porque los árboles han cambiado de lugar, las runas se han escondido y las letras de mis cartas no están escritas con tinta sobre el papiro. Se han quemado con tus mentiras. Tus ganas de vivir se han tintado con mis ganas de lanzarte un beso de lejos y mis suspiros han anclado en mi garganta.
miércoles, 28 de octubre de 2015
martes, 27 de octubre de 2015
Pesadillas
Hoy he tenido otra vez la misma pesadilla. No quería mencionarlo ayer, pero se repite y se repite. Ayer soñé que me mataban. De una manera muy horrible. Me disparaban en la espalda, unos 20 tiros aproximadamente. O más. Los disparos no dejaban de retumbar en mi cabeza y las heridas no paraban de sangrar. La sangre que se deslizaba por mi ropa era muy roja, llena de oxígeno, procedente de las arterias principales y vitales. Mi piel estaba destrozada y alrededor de los agujeros de las balas estaba necrosada, un color negro lleno de carbón que ardía a la vez que dolía. Es curioso, estaba en mi espalda pero podía verlo. Mi agresor, se reía a carcajas detrás de mi, no he podido descubrir quien era. Tal vez sea un invidividuo más de mi invención. Su asesinato parecía que no se daba por acabado, pues seguía disparándome, esta vez a la cara y ya no me quedaban fuerzas para esquivar las balas que venían a toda velocidad, aunque a veces podía contemplar como corrían hacia mi a cámara lenta. Lo que me sorprendía era que no moría, y eso me inquietaba. Pero dolía.
Esta noche, he soñado que me mataban otra vez. Y esta vez en cambio, la muerte era mucho más horrible y sangrienta. Mi malvado asesino (que no sé si era el mismo del sueño anterior), cogía un afijado cuchillo y me arrancaba la piel a tiras. De todo el cuerpo, empezando por las piernas. Yo no me podía mover, y gritaba y gritaba... Él hacía su trabajo y continuaba deshojandome capa por capa, conviertiendo algunas partes de mil piel en una bella flor, llena de colores intensos: rojo y rosa. Brillaba fervientemente mi piel macerada y hemática. Acabé en un charco de sangre llorando, viendo como mi cuerpo iba perdiéndo cada vez más su volumen y vitalidad. Lo curioso es que no moría.
No moría... Pero dolía.
lunes, 26 de octubre de 2015
domingo, 25 de octubre de 2015
Contigo
Lo he estado pensando. Quiero estar soltera pero contigo.
Que salgas a tomar unas cervezas con tus amigos y que, al día siguiente, aún si tienes dolor de cabeza, me pidas que me acerque y me abraces, para luego acurrucarnos juntos. Quiero que hablemos aún en la cama, acerca de todo tipo de cosas, pero que algunas veces decidamos hacer cosas diferentes por las tardes o durante el resto del día.
Quiero que me cuentes sobre las tardes con tus amigos. Incluso, que una chica en el bar te echó el ojo. Y que me envíes mensajes cuando estás allí o cuando haces cualquier cosa poco importante, para asegurarte de que yo tambien pienso en ti.
Quiero reirnos juntos mientras hacemos el amor. Así empezaremos divirtiéndonos porque estamos probando cosas nuevas y que no tienen mucho sentido. Quiero que estemos con nuestros amigos y tú me tomes de la mano y me lleves a alguno sitio apartado porque no puedes esperar más y tienes que hacerme el amor en ese momento. Y tengamos que estar callados por si nos escuchan...
Quiero comer contigo y que me hagas hablar sobre mí, y que tú me hables de ti. Quiero imaginar la casa de nuestros sueños aún sabiendo que quizá nunca vivamos juntos. Que me cuentes tus planes de futuro aunque no tengan ni pies ni cabeza. Quiero que me sorprendas y me digas: "Toma tu pasaporte. ¡Nos vamos!"
Quiero tener miedo junto a ti. Hacer cosas que no haría con nadie más porque contigo tengo confianza. Volver borrachos después de una noche con los amigos. Que tomes mi cara entre tus manos, me beses, me uses de almohada y me aprietes junto a tu cuerpo durante toda la noche.
Quiero que tengas tu vida, que decidas de repente viajar un par de semanas y me dejes aquí sola y aburrida, deseando ver aparecer la burbujita de Facebook con la cara de un gatito que me dice: "¡Hola! :)"
No siempre quiero que me invites a tus eventos, ni siempre quiero invitarte a los míos. Así puedo contarte el día siguiente cómo estuvo el mío y tú hablarme sobre el tuyo.
Quiero algo que sea al mismo tiempo simple, pero no demasiado simple. Algo que me haga preguntarme cosas pero en el mismo minuto que esté en la misma habitación que tú, sepa la respuesta.
Quiero que pienses que soy preciosa y estés orgulloso de decir que estamos juntos. Quiero escucharte decir que me quieres, y poder decirte lo mismo de vuelta. Quiero que me dejes caminar delante de ti porque te gusta mirarme.
Quiero hacer planes sin saber si se realizarán o no. Estar en una relación que no tiene todo claro. Quiero ser tu amiga, esa con la que te encanta salir. Quiero que aguantes tu deseo de tontear con otras chicas y vengas a buscarme para acabar la noche juntos. Quiero ser la única con la que disfrutas haciendo el amor y luego quedarte dormido. La que puede permanecer alejada mientras trabajas y ama cuando te pierdes en tu mundo de música.
Quiero vivir una vida de soltera contigo para que nuestra vida de pareja pueda ser equivalente a nuestra vida de solteros hoy, pero juntos.
Que salgas a tomar unas cervezas con tus amigos y que, al día siguiente, aún si tienes dolor de cabeza, me pidas que me acerque y me abraces, para luego acurrucarnos juntos. Quiero que hablemos aún en la cama, acerca de todo tipo de cosas, pero que algunas veces decidamos hacer cosas diferentes por las tardes o durante el resto del día.
Quiero que me cuentes sobre las tardes con tus amigos. Incluso, que una chica en el bar te echó el ojo. Y que me envíes mensajes cuando estás allí o cuando haces cualquier cosa poco importante, para asegurarte de que yo tambien pienso en ti.
Quiero reirnos juntos mientras hacemos el amor. Así empezaremos divirtiéndonos porque estamos probando cosas nuevas y que no tienen mucho sentido. Quiero que estemos con nuestros amigos y tú me tomes de la mano y me lleves a alguno sitio apartado porque no puedes esperar más y tienes que hacerme el amor en ese momento. Y tengamos que estar callados por si nos escuchan...
Quiero comer contigo y que me hagas hablar sobre mí, y que tú me hables de ti. Quiero imaginar la casa de nuestros sueños aún sabiendo que quizá nunca vivamos juntos. Que me cuentes tus planes de futuro aunque no tengan ni pies ni cabeza. Quiero que me sorprendas y me digas: "Toma tu pasaporte. ¡Nos vamos!"
Quiero tener miedo junto a ti. Hacer cosas que no haría con nadie más porque contigo tengo confianza. Volver borrachos después de una noche con los amigos. Que tomes mi cara entre tus manos, me beses, me uses de almohada y me aprietes junto a tu cuerpo durante toda la noche.
Quiero que tengas tu vida, que decidas de repente viajar un par de semanas y me dejes aquí sola y aburrida, deseando ver aparecer la burbujita de Facebook con la cara de un gatito que me dice: "¡Hola! :)"
No siempre quiero que me invites a tus eventos, ni siempre quiero invitarte a los míos. Así puedo contarte el día siguiente cómo estuvo el mío y tú hablarme sobre el tuyo.
Quiero algo que sea al mismo tiempo simple, pero no demasiado simple. Algo que me haga preguntarme cosas pero en el mismo minuto que esté en la misma habitación que tú, sepa la respuesta.
Quiero que pienses que soy preciosa y estés orgulloso de decir que estamos juntos. Quiero escucharte decir que me quieres, y poder decirte lo mismo de vuelta. Quiero que me dejes caminar delante de ti porque te gusta mirarme.
Quiero hacer planes sin saber si se realizarán o no. Estar en una relación que no tiene todo claro. Quiero ser tu amiga, esa con la que te encanta salir. Quiero que aguantes tu deseo de tontear con otras chicas y vengas a buscarme para acabar la noche juntos. Quiero ser la única con la que disfrutas haciendo el amor y luego quedarte dormido. La que puede permanecer alejada mientras trabajas y ama cuando te pierdes en tu mundo de música.
Quiero vivir una vida de soltera contigo para que nuestra vida de pareja pueda ser equivalente a nuestra vida de solteros hoy, pero juntos.
miércoles, 21 de octubre de 2015
martes, 20 de octubre de 2015
Sueños increíbles, pero no imposibles
Ahora ya casi no me salen las palabras. Pero esta mañana he estado dando vueltas al asunto, mientras hacía mi rutina de manera automatizada. No he parado de pensar el por qué. Qué quiere decir.
Como sigan apareciendo en mis sueños van a acabar matándome. Pero es tan... excitante, placentero. Los sueños no son cortometrajes aleatorios. Tiene que significar algo. Y además, yo soy mucho de imaginar mil historias diferentes para un mismo sueño xD entonces puedo tirarme horas encontrando distintos finales a la película. Luego lo paso a la vida real y relaciono las cosas. Reflexiono. Me hago un plan mental A. Y B y C... Todo es demasiado complicado y puede fallar cualquier cosa, porque verdaderamente pueden ocurrir tantas locuras. Nochevieja me está trayendo por el camino de la amargura. Y los viernes por la noche... Un momento: ¿será otro de mis sueños increibles? Porque... Imposible no es...
Como sigan apareciendo en mis sueños van a acabar matándome. Pero es tan... excitante, placentero. Los sueños no son cortometrajes aleatorios. Tiene que significar algo. Y además, yo soy mucho de imaginar mil historias diferentes para un mismo sueño xD entonces puedo tirarme horas encontrando distintos finales a la película. Luego lo paso a la vida real y relaciono las cosas. Reflexiono. Me hago un plan mental A. Y B y C... Todo es demasiado complicado y puede fallar cualquier cosa, porque verdaderamente pueden ocurrir tantas locuras. Nochevieja me está trayendo por el camino de la amargura. Y los viernes por la noche... Un momento: ¿será otro de mis sueños increibles? Porque... Imposible no es...
lunes, 19 de octubre de 2015
Hoy
Hoy ha sido uno de esos días en los que mis fantasmas están fuertes.
Me dicen lo que quieren, yo les obedezco sin rechistar a penas. Me mandan y yo sigo órdenes. Me guían, me orientan, me chillan, me susurran, me dan miedo... Y después, por la mañana, vuelta a empezar el mismo juego de siempre. Ellos me obligan a hacer cosas que no quiero, pero me da igual, yo no les suelo llevar la contraria, y mucho menos cuando tienen tanto poder de convicción...
Me dicen lo que quieren, yo les obedezco sin rechistar a penas. Me mandan y yo sigo órdenes. Me guían, me orientan, me chillan, me susurran, me dan miedo... Y después, por la mañana, vuelta a empezar el mismo juego de siempre. Ellos me obligan a hacer cosas que no quiero, pero me da igual, yo no les suelo llevar la contraria, y mucho menos cuando tienen tanto poder de convicción...
domingo, 18 de octubre de 2015
Siempre así
Borracha. Voy hasta el culo de este veneno. Lo llevo en la sangre y lo noto. Es frío, letal... imposible de metabolizar.
Siento sus ganas de consumirme. Indirectamente me provoca esas ganas a mí también, incluso a mi corazón. A veces no lo soporto y otras no puedo vivir sin él. Ya no conozco la vida sin este miedo.
No me imagino lo que es no sentirse culpable, lo que es no pensar en ello, cómo es no imaginarse con 42. Mírame, solo son 10 y no percibo mi corazón. Ni si quiera puedo tocar mi apófisis coronoides. Quiero correr y no avanzo. Cada día tengo sueños más raros y no puedo dormir. Si pudiera formatear mi mente y volver a empezar... Si pudiera dormir por años y un día despertar siendo alguien completamente nueva y diferente... A lo mejor nada cambiaría o a lo mejor sí.
Si decido hacerlo, quiero ver lo que pasaría.
No quería decirlo en esta entrada porque no me siento con fuerzas de escribirlo, pero tal vez si lo digo no lo volveré a hacer más. Llevaba años sin hacerlo y hoy no he podido evitarlo ni aguantarme, las voces en mi cabeza no paraban y se me ha hecho tan grande que ni con los cascos a todo volumen les he podido callar. Al final lo he hecho y no me siento nada orgullosa. Sí que es verdad, que me he sentido aliviada por un momento y con la respiración entrecortada he sonreido un poco. Lo malo es que ahora me siento con ganas de volver a hacerlo a diario... No tendré esa posibilidad y eso me consuela bastante. Me lloran los ojos y no veo bien, no estoy acostumbrada a esto...
Estoy en una encrucijada de sentimientos contradictorios ahora mismo. Me voy.
No quería decirlo en esta entrada porque no me siento con fuerzas de escribirlo, pero tal vez si lo digo no lo volveré a hacer más. Llevaba años sin hacerlo y hoy no he podido evitarlo ni aguantarme, las voces en mi cabeza no paraban y se me ha hecho tan grande que ni con los cascos a todo volumen les he podido callar. Al final lo he hecho y no me siento nada orgullosa. Sí que es verdad, que me he sentido aliviada por un momento y con la respiración entrecortada he sonreido un poco. Lo malo es que ahora me siento con ganas de volver a hacerlo a diario... No tendré esa posibilidad y eso me consuela bastante. Me lloran los ojos y no veo bien, no estoy acostumbrada a esto...
Estoy en una encrucijada de sentimientos contradictorios ahora mismo. Me voy.
sábado, 17 de octubre de 2015
Razones para no suicidarse
1. Lo primero que tienes que hacer es abrazar muy fuerte a alguien y llorar, hasta que sientas que la presión en el pecho va desapareciendo. Tómate tu tiempo.
2. Hay muchos libros por ahí para leer, para inspirarse… Hay también libros que quieren ser escritos. No importa lo que creas, tus historias merecen ser plasmadas en papel.
3. El sol no brilla algunos días, pero cuando lo hace todo el mundo se ilumina gracias a él. Piensa que eres el sol y pregúntate a ti mismo que sería del mundo sin ti.
4. Los fuegos artificiales no muestran sus colores de forma inmediata después de ser lanzados. Hace falta un poco de tiempo antes de que revelen su belleza.
5. Alguna vez en tu vida, cogerás la mano de alguien y te dirá que te quiere o que te necesita. Entonces empezarás a sentir como si nunca te hubieras roto.
6. Música.
7. Piensa en todos esos días que decidas hacer el vago, dormir y estar en pijama todo el día.
8. Por esos maratones de películas con tu mejor amigo/a.
9. A veces, algunas criaturas crecen dentro de sus conchas y necesitan encontrar una nueva porque se les ha quedado pequeña. Respira hondo y encuentra un nuevo lugar al que puedas llamar “hogar”. También, intenta considerar a tu propio cuerpo tu hogar.
10. Los árboles pierden sus hojas cada año pero siempre esperan a la primavera para volver a florecer de nuevo. Cada año nos volvemos más fuertes que el anterior.
11. Hay cosas maravillosas en el mundo, más de las que puedas imaginar: montañas, ríos, océanos, auroras boreales, acantilados, islas, ciudades, personas…etc. Viaja. No termines tu vida antes de ver todo eso.
2. Hay muchos libros por ahí para leer, para inspirarse… Hay también libros que quieren ser escritos. No importa lo que creas, tus historias merecen ser plasmadas en papel.
3. El sol no brilla algunos días, pero cuando lo hace todo el mundo se ilumina gracias a él. Piensa que eres el sol y pregúntate a ti mismo que sería del mundo sin ti.
4. Los fuegos artificiales no muestran sus colores de forma inmediata después de ser lanzados. Hace falta un poco de tiempo antes de que revelen su belleza.
5. Alguna vez en tu vida, cogerás la mano de alguien y te dirá que te quiere o que te necesita. Entonces empezarás a sentir como si nunca te hubieras roto.
6. Música.
7. Piensa en todos esos días que decidas hacer el vago, dormir y estar en pijama todo el día.
8. Por esos maratones de películas con tu mejor amigo/a.
9. A veces, algunas criaturas crecen dentro de sus conchas y necesitan encontrar una nueva porque se les ha quedado pequeña. Respira hondo y encuentra un nuevo lugar al que puedas llamar “hogar”. También, intenta considerar a tu propio cuerpo tu hogar.
10. Los árboles pierden sus hojas cada año pero siempre esperan a la primavera para volver a florecer de nuevo. Cada año nos volvemos más fuertes que el anterior.
11. Hay cosas maravillosas en el mundo, más de las que puedas imaginar: montañas, ríos, océanos, auroras boreales, acantilados, islas, ciudades, personas…etc. Viaja. No termines tu vida antes de ver todo eso.
jueves, 15 de octubre de 2015
Durante el trayecto
Y el momento llegó y no sabía a donder ir. Mi mente daba vueltas y vueltas esperando a encontrar un motivo por el que seguir. Tardé mucho en averiguar que es lo que me sugería mi cabeza: libertad, velocidad, ruido, vida... Entonces supe que era lo que ansiaba mi corazón.
Andando bajo el calor de mi abrigo entre la multitud, puedo ver como brilla. Luces, flashes, rascacielos, coches... puedo escuchar el pálpito de la ciudad, como el fuerte latido de un corazón. Igual que el mío. Todos los que están aquí querían algo más. Buscaban algo que no habían encontrado antes.
"Bienvenida a Nueva York, te estaba esperando."
Esto para mi es como una nueva banda sonora, y me gusta bailar al ritmo. Y cada vez más. Las luces son tan brillantes aquí... pero nunca me ciegan.
Cuando dejé las maletas en la habitación del hotel, guardé mi corazón roto en un cajón. Después salí a la calle y cuando recorrí unas cuantas manzanas me di cuenta; aquí la gente era otra persona antes, pero ahora pueden ser lo que ellos quieran. Chicos con chicos, chicas con chicas.
Esta ciudad, como cualquier gran amor, te deja pensando. Al igual que el amor verdadero, está siempre cambiando. Te vuelve loco pero no lo cambiarías por nada nunca.
miércoles, 14 de octubre de 2015
Cuando el cielo se torna gris
Cuando el cielo se torna gris percibo sombras más oscuras y desde mi ventana puedo ver el vaho condensandose en los fríos cristales. Las gotas de lluvia se posan sobre las yemas de mis dedos, sutiles y alígeras. Cuando el cielo se torna gris hay distintos sonidos, porque los de los pájaros se han ido y los del viento aparecen. Cuando el cielo se torna gris no lo miro, mi limito a ver su reflejo en los charcos y me encanta. Esa sensación me recuerda al cántico de un viejo violín un día que, casualmente, el cielo se tornó gris. Parecía ser mi único amigo. Pero al final, como todos ellos, fue desapareciendo de mi vida poco a poco, sonando cada vez más lejos, hasta finalizar con una tenue vibración de sus cuerdas diciendome adiós.
Los días como hoy, cuando el cielo se torna gris, es un buen día para tomar un café en compañía.
martes, 13 de octubre de 2015
Frío
Ya empieza el frío, y con él retomo viejas costumbres... como los jerseys de lana calentitos y el café. Botas y medias negras. Gorros y paseos bajo la lluvia. El té hirviendo y todo eso que me deja sin respiración.
domingo, 11 de octubre de 2015
Ondas
Hay algo de la gente que me jode de mala manera.
Creo que todo empezó en el instituto. Nuestra profesora infló un globo y escribió dentro “autoestima”, y lo pegó en la pared. Nos explicó que todos nosotros éramos como el globo; si nosotros no tuviéramos nada de autoestima, seríamos lánguidos, pequeños y tristes. Todo el mundo parecía realmente inspirado, pero esa descripción no encajó conmigo. Viendo ese globo en la pared desinflándose cada día un poco más y marchitándose… parecía que la autoestima no hacía más que hacer a la gente verse falsamente grande durante un ínfimo espacio de tiempo. Pero nadie parecía darse cuenta. Todos ellos continuaban con sus cortas y pequeñas vidas, hinchando su autoestima, pero volviéndose más y más pequeños cada día. Por eso, a las personas que más odio son a aquellos idealistas que piensan que pueden cambiar el mundo. Detrás de todas esas grandes ideas de una vida mejor, pienso que ellos sólo están desesperados por ser recordados. Desesperados por mantener sus marchitos globos llenos, para sentirse importantes.
Pero las cosas nunca cambian. No importa lo duro que luches, apenas llega a marcar la diferencia. La vida de una persona es tan solo una gota de agua minúscula en un cubo. Mucha gente piensa que soy un verdadero pesimista porque pienso de esta manera. Pero realmente no me importa en absoluto. Es más fácil vivir la vida sin tener que preocuparme por cambiar el mundo. De esa manera, puedo concentrarme en lo que quiero y me gusta, como mi música y mi fotografía.
Las fotos que hago y las canciones que compongo, durarán más de lo que duraré yo. No es que me importe. Todo lo que fotografío es naturaleza. Cosas que serán iguales siempre, que nunca cambiarán al final de los tiempos. En cambio, odio fotografiar a gente. Odio a la gente que salta delante del objetivo, que corre alrededor y ondean sus brazos, desesperados por ser filmados o capturados en una foto para ser recordados… No hay forma, nunca fotografiaré cosa tan inútil como eso. Cuando la gente muere, ellos se han ido, y ya está.
Esta ciudad no es muy grande, pero hay muchos lugares lejanos escondidos en los que siempre encuentro algo nuevo para explorar. Hoy he encontrado este lugar, un pequeño parque rodeado de árboles y un edificio de un viejo colegio. No parece ser un lugar especialmente bueno para fotografiar. Pero al menos no hay mucha gente merodeando por aquí…
Fui aquel día con mi cámara a unos arbustos cercanos para ver la luz de la tarde, el sol estaba aún lo suficientemente alto para hacer algunas fotos decentes. De repente, escuché algo, ¿qué era ese sonido? Algo detrás de aquellos arbustos se estaba moviendo. Me arrastré hacia delante, con la cámara justo enfrente mía, como si fuese un escudo que me fuera a proteger de algo que fuese a saltar sobre mi. Considerando lo mucho que costó esta máquina, probablemente no lo utilizaría como tal y no me importaría llevarme el golpe.
Era una chica. ¿Qué estaría haciendo allí? Estaba… ¿llorando? Retrocedí unos pasos. Si una chica estaba usando ese lugar como “su lugar secreto de llorar”, no quería formar parte de él. Pero el sonido del llanto parecía más como… gatos…
- Oh, ¡hola!
La chica alzó su mirada hacia mi con una sonrisa, y me di cuenta que estaba acariciando a un pequeño gatito en la cabeza. Dos gatitos más estaban rondando a su alrededor, junto a ella. Ellos debían ser el origen del ruido que escuché.
- Ehh… Buenas. Perdona por molestarte, ya me voy.
- No eres ninguna molestia. Quédate. – me dijo.
El gatito que estaba acariciando bostezó perezosamente y se restregó contra su mano de nuevo. Entonces ella sacó una galleta y se la ofreció al gato, él la olisqueó y a continuación la comenzó a morder con sus pequeños y afilados dientes.
- ¿Por qué los estás alimentando? ¿Qué les das?
- Galletas. Las hice esta mañana.
- Parece un desperdicio dárselas a un puñado de gatos.
- No, vale la pena. – Dijo con una media sonrisa
- Ellos van a morir de todas maneras, ya sabes. Los gatos callejeros no suelen sobrevivir mucho tiempo en las calles.
- ¿Y?
- ¿Y entonces por qué les estás dando de comer? – Pregunté atónito
- Están hambrientos. ¿Necesito cualquier otro motivo más que ese?
- Creo que no… Pero ¿por qué galletas?
- Porque ellos son los únicos que se las comerían…
- ¿Qué?
- Lo siento, me tengo que ir ya a casa…
Ella le dio al gatito una última caricia cariñosa en la cabeza antes de irse. Ni siquiera me dijo adiós, no estoy seguro si me ofendió o no, pero creo que realmente eso no importa. Los gatitos comenzaron a pulular a mi alrededor, entonces me arrodillé para hacerles algunas fotos. Empezó a oscurecer y decidí volver a casa.
No sé porque pero al día siguiente volví al parque. Me estaba convenciendo a mi mismo que era solamente para fotografiar, a pesar de que no hice fotos muy buenas ayer, pero… estoy seguro de que me estoy engañando a mi mismo.
- Ah, ¡volviste! – me sonrió la chica.
- Sólo quería echar un par de fotos.
- Me apartaré para dejarte hacerlas, entonces.
Hice unos cuantos disparos, pero mi mirada se desviaba hacia donde estaba la chica. Después de cada foto, echaba un vistazo y contemplaba como los gatos maullaban a su lado. Me acerqué a ella.
- ¿Qué les estás dando hoy?
- Mm, creo que se les podría llamar donuts. – Giró la cabeza pensativa.
- ¿Los has hecho tú también?
- ¡Claro! Esta mañana, antes de ir a clase. Me tuve que levantar bastante temprano para hacerlos. – Me respondió orgullosa.
- ¿Por qué? – Pregunté extrañado.
- Bueno, los donuts necesitan bastante tiempo para crecer en el horno…
- No es eso a lo que me refiero.
- ¿Entonces a qué?
- ¿Por qué trabajar tan duro para hacer comida para un puñado de gatos? – Realmente no comprendía el comportamiento de aquella chica, yo nunca madrugaría tanto para hacer aquel absurdo.
- Te lo dije. Es porque ellos se lo comen.
- …
- Siempre he amado cocinar, ya sabes. Lo mejor de ello es poder compartirlo con otros. Hubo un tiempo en el que quería tener mi propia pastelería – suspiró nostálgica.
- ¿Y entonces…?
- El año pasado, para un proyecto de una asignatura, hice unos muffins para toda la clase. Me desperté muy temprano para que estuvieran recién hechos, y los elaboré con los mejores ingredientes que me pude permitir. Quería que fueran algo especial. Pero… a nadie les gustó. Muchas chicas ni siquiera los probaron porque decían que estaban a dieta. Me puse contenta al ver que unos chicos cogían un par, pero después de probarlos, se los empezaron a tirar unos a otros. Incluso les ofrecí a los profesores, quienes parecían apreciarlos. Pero al final del día, encontré los muffins tirados en la basura…
- Bueno. La gente nunca aprecia las cosas que debería apreciar. Trabajar tan duro para ellos es una pérdida de tiempo. – dije encogiéndome de hombros.
- Tal vez… Ese día, después del colegio, vine aquí. Quería llorar, pero estos pequeños vinieron y me animaron – exclamó con una tímida sonrisa – Les di el resto de muffins, y ellos se los comieron sin dudarlo. Desde entonces, les he traído algo distinto cada día. Es una manera de decir “gracias”.
- ¿”Gracias” por qué?
- Por estar felices de comer mi comida.
- ¿…?
- Lo que más me gusta es ver a la gente alegre por comer lo que cocino. Quiero animar a la gente y hacer de este mundo un lugar mejor.
- Eso es estúpido. – Me limité a decir.
- ¿Estúpido? – preguntó entrecerrando sus ojos marrones, molesta.
- Animar y hacer feliz a la gente es inútil e innecesario. Aunque les animes un rato, después vuelven a deprimirse otra vez de todas formas. La felicidad no existe en realidad. Además, ellos van a morir después de todo.
- ¿Verdaderamente piensas eso? – Preguntó asombrada.
- Um… Sí.
- Ya veo – dijo apartando la mirada -. Eso es terriblemente nihilista por tu parte.
- No me digas ahora que te vas a poner filósofa…
- No. Bueno, me voy ir yendo ya. Mi nombre es Ela, ¿y tú eres…?
- Koda…
- Bueno, pues te veo mañana, Koda.
- No cuentes con ello. – refunfuñé.
- Claro – afirmó guiñándome un ojo. Después me sonrió y se fue.
Creo que todo empezó en el instituto. Nuestra profesora infló un globo y escribió dentro “autoestima”, y lo pegó en la pared. Nos explicó que todos nosotros éramos como el globo; si nosotros no tuviéramos nada de autoestima, seríamos lánguidos, pequeños y tristes. Todo el mundo parecía realmente inspirado, pero esa descripción no encajó conmigo. Viendo ese globo en la pared desinflándose cada día un poco más y marchitándose… parecía que la autoestima no hacía más que hacer a la gente verse falsamente grande durante un ínfimo espacio de tiempo. Pero nadie parecía darse cuenta. Todos ellos continuaban con sus cortas y pequeñas vidas, hinchando su autoestima, pero volviéndose más y más pequeños cada día. Por eso, a las personas que más odio son a aquellos idealistas que piensan que pueden cambiar el mundo. Detrás de todas esas grandes ideas de una vida mejor, pienso que ellos sólo están desesperados por ser recordados. Desesperados por mantener sus marchitos globos llenos, para sentirse importantes.
Pero las cosas nunca cambian. No importa lo duro que luches, apenas llega a marcar la diferencia. La vida de una persona es tan solo una gota de agua minúscula en un cubo. Mucha gente piensa que soy un verdadero pesimista porque pienso de esta manera. Pero realmente no me importa en absoluto. Es más fácil vivir la vida sin tener que preocuparme por cambiar el mundo. De esa manera, puedo concentrarme en lo que quiero y me gusta, como mi música y mi fotografía.
Las fotos que hago y las canciones que compongo, durarán más de lo que duraré yo. No es que me importe. Todo lo que fotografío es naturaleza. Cosas que serán iguales siempre, que nunca cambiarán al final de los tiempos. En cambio, odio fotografiar a gente. Odio a la gente que salta delante del objetivo, que corre alrededor y ondean sus brazos, desesperados por ser filmados o capturados en una foto para ser recordados… No hay forma, nunca fotografiaré cosa tan inútil como eso. Cuando la gente muere, ellos se han ido, y ya está.
Esta ciudad no es muy grande, pero hay muchos lugares lejanos escondidos en los que siempre encuentro algo nuevo para explorar. Hoy he encontrado este lugar, un pequeño parque rodeado de árboles y un edificio de un viejo colegio. No parece ser un lugar especialmente bueno para fotografiar. Pero al menos no hay mucha gente merodeando por aquí…
Fui aquel día con mi cámara a unos arbustos cercanos para ver la luz de la tarde, el sol estaba aún lo suficientemente alto para hacer algunas fotos decentes. De repente, escuché algo, ¿qué era ese sonido? Algo detrás de aquellos arbustos se estaba moviendo. Me arrastré hacia delante, con la cámara justo enfrente mía, como si fuese un escudo que me fuera a proteger de algo que fuese a saltar sobre mi. Considerando lo mucho que costó esta máquina, probablemente no lo utilizaría como tal y no me importaría llevarme el golpe.
Era una chica. ¿Qué estaría haciendo allí? Estaba… ¿llorando? Retrocedí unos pasos. Si una chica estaba usando ese lugar como “su lugar secreto de llorar”, no quería formar parte de él. Pero el sonido del llanto parecía más como… gatos…
- Oh, ¡hola!
La chica alzó su mirada hacia mi con una sonrisa, y me di cuenta que estaba acariciando a un pequeño gatito en la cabeza. Dos gatitos más estaban rondando a su alrededor, junto a ella. Ellos debían ser el origen del ruido que escuché.
- Ehh… Buenas. Perdona por molestarte, ya me voy.
- No eres ninguna molestia. Quédate. – me dijo.
El gatito que estaba acariciando bostezó perezosamente y se restregó contra su mano de nuevo. Entonces ella sacó una galleta y se la ofreció al gato, él la olisqueó y a continuación la comenzó a morder con sus pequeños y afilados dientes.
- Galletas. Las hice esta mañana.
- Parece un desperdicio dárselas a un puñado de gatos.
- No, vale la pena. – Dijo con una media sonrisa
- Ellos van a morir de todas maneras, ya sabes. Los gatos callejeros no suelen sobrevivir mucho tiempo en las calles.
- ¿Y?
- ¿Y entonces por qué les estás dando de comer? – Pregunté atónito
- Están hambrientos. ¿Necesito cualquier otro motivo más que ese?
- Creo que no… Pero ¿por qué galletas?
- Porque ellos son los únicos que se las comerían…
- ¿Qué?
- Lo siento, me tengo que ir ya a casa…
Ella le dio al gatito una última caricia cariñosa en la cabeza antes de irse. Ni siquiera me dijo adiós, no estoy seguro si me ofendió o no, pero creo que realmente eso no importa. Los gatitos comenzaron a pulular a mi alrededor, entonces me arrodillé para hacerles algunas fotos. Empezó a oscurecer y decidí volver a casa.
No sé porque pero al día siguiente volví al parque. Me estaba convenciendo a mi mismo que era solamente para fotografiar, a pesar de que no hice fotos muy buenas ayer, pero… estoy seguro de que me estoy engañando a mi mismo.
- Ah, ¡volviste! – me sonrió la chica.
- Sólo quería echar un par de fotos.
- Me apartaré para dejarte hacerlas, entonces.
Hice unos cuantos disparos, pero mi mirada se desviaba hacia donde estaba la chica. Después de cada foto, echaba un vistazo y contemplaba como los gatos maullaban a su lado. Me acerqué a ella.
- ¿Qué les estás dando hoy?
- Mm, creo que se les podría llamar donuts. – Giró la cabeza pensativa.
- ¿Los has hecho tú también?
- ¡Claro! Esta mañana, antes de ir a clase. Me tuve que levantar bastante temprano para hacerlos. – Me respondió orgullosa.
- ¿Por qué? – Pregunté extrañado.
- Bueno, los donuts necesitan bastante tiempo para crecer en el horno…
- No es eso a lo que me refiero.
- ¿Entonces a qué?
- ¿Por qué trabajar tan duro para hacer comida para un puñado de gatos? – Realmente no comprendía el comportamiento de aquella chica, yo nunca madrugaría tanto para hacer aquel absurdo.
- Te lo dije. Es porque ellos se lo comen.
- …
- Siempre he amado cocinar, ya sabes. Lo mejor de ello es poder compartirlo con otros. Hubo un tiempo en el que quería tener mi propia pastelería – suspiró nostálgica.
- ¿Y entonces…?
- El año pasado, para un proyecto de una asignatura, hice unos muffins para toda la clase. Me desperté muy temprano para que estuvieran recién hechos, y los elaboré con los mejores ingredientes que me pude permitir. Quería que fueran algo especial. Pero… a nadie les gustó. Muchas chicas ni siquiera los probaron porque decían que estaban a dieta. Me puse contenta al ver que unos chicos cogían un par, pero después de probarlos, se los empezaron a tirar unos a otros. Incluso les ofrecí a los profesores, quienes parecían apreciarlos. Pero al final del día, encontré los muffins tirados en la basura…
- Bueno. La gente nunca aprecia las cosas que debería apreciar. Trabajar tan duro para ellos es una pérdida de tiempo. – dije encogiéndome de hombros.
- Tal vez… Ese día, después del colegio, vine aquí. Quería llorar, pero estos pequeños vinieron y me animaron – exclamó con una tímida sonrisa – Les di el resto de muffins, y ellos se los comieron sin dudarlo. Desde entonces, les he traído algo distinto cada día. Es una manera de decir “gracias”.
- ¿”Gracias” por qué?
- Por estar felices de comer mi comida.
- ¿…?
- Lo que más me gusta es ver a la gente alegre por comer lo que cocino. Quiero animar a la gente y hacer de este mundo un lugar mejor.
- Eso es estúpido. – Me limité a decir.
- ¿Estúpido? – preguntó entrecerrando sus ojos marrones, molesta.
- Animar y hacer feliz a la gente es inútil e innecesario. Aunque les animes un rato, después vuelven a deprimirse otra vez de todas formas. La felicidad no existe en realidad. Además, ellos van a morir después de todo.
- ¿Verdaderamente piensas eso? – Preguntó asombrada.
- Um… Sí.
- Ya veo – dijo apartando la mirada -. Eso es terriblemente nihilista por tu parte.
- No me digas ahora que te vas a poner filósofa…
- No. Bueno, me voy ir yendo ya. Mi nombre es Ela, ¿y tú eres…?
- Koda…
- Bueno, pues te veo mañana, Koda.
- No cuentes con ello. – refunfuñé.
- Claro – afirmó guiñándome un ojo. Después me sonrió y se fue.
De nuevo, los gatos volvieron su atención sobre mi, pero no les hice ninguna foto esta vez. Ese lugar volvía a ser aburrido y demasiado oscuro. A pesar de no haber tomado muchas fotos, me negué a volver otra vez por allí.
Pero, de algún modo…
- ¡Hola, Koda!
- …
- Has venido aquí de nuevo sólo para hacer fotos, ¿no? – dijo burlona.
- Sí. Las que revelé ayer no eran muy buenas…
- ¿Tú revelas tus propias fotos? – Me preguntó admirada. Parecía sinceramente sorprendida y por alguna razón me sentí triunfante.
- Las fotos digitales son demasiado fáciles. No tiene nada de divertido. Te hace descuidado y poco riguroso, porque puedes permitirte tener fallos y repetir la foto mil veces.
- Comprendo… Ah, toma. Esto es para ti. – Me tendió una pequeña bolsa de plástico atada con una cinta.
- ¿Qué es esto?
- Cookies. Querías algunas, ¿no?
- ¿Qué te hizo pensar eso…?
- Volviste, ¿no es así? – dijo sacando la lengua divertida.
Con un suspiro, abrí el paquete. Entonces me saludó un suave y dulce aroma a canela y chocolate. Probé un bocado de una de las galletas. Estaba bastante buena. Por un momento me pregunté si a alguien le disgustaría lo que cocinaba esta chica… Pero creo que esa es la naturaleza de la gente.
- Lo siento… - susurró y bajó la mirada.
- ¿Por?
- No estás sonriendo. No deben estar muy buenas…
- No es eso, estoy simplemente un poco enfadado con la gente que no aprecia tu talento culinario.
- No deberías, ¡si piensas que sabe bien entonces sonríe!
- ¿Por qué estás intentando todo el rato que sonría? – resoplé.
- No pareces una persona feliz – me respondió. Su honestidad se clavó como una flecha en mi corazón.
- Eso no es de tu incumbencia – le corté.
- Lo es si vienes aquí todos los días para verme – contestó con una media sonrisa dibujada en su rostro.
- Nunca he dicho que venga aquí para verte.
- No tienes porqué decirlo.
- Por otra parte, eso no importa. Estaré deprimido mañana otra vez de todas maneras.
- Entonces te traeré más cookies mañana – replicó mirándome a los ojos.
- ¿Realmente quieres tanto verme sonreír?
- Me gusta ver a todo el mundo sonreír.
- Huh. Otro sueño imposible. – suspiré cansado – Esto es por lo que odio a la gente tanto.
- ¿No te gusta la gente? – preguntó Ela consternada.
- Por supuesto que no. Ellos siempre arruinan todo.
- ¿Cómo que?
- Ellos siempre se cuelan en fotos cuando no quiero que lo hagan, o se obsesionan por cómo se ven, como si verdaderamente eso marcara la diferencia o importara. ¡No puedo soportarlo! Hablan y hablan sin tener ni idea de lo que dicen. Son tan molestos…
- ¿Yo… soy molesta? – preguntó con ojos tristes.
- Uh… - titubee un momento. La gente optimista como Ela siempre me había cabreado. Pero había algo extraño en ella, algo diferente, no sé si era su sencilla y directa honestidad la que me comenzaba a parecer estimulante, y cómo no, interesante. – No lo sé – Dije por fin.
Después de un pequeño silencio, Ela se giró hacia los gatitos, acariciándoles suavemente la cabeza.
- Entiendo. – dijo por fin.
- No es que seas molesta ni nada de eso, es sólo que… - comencé a decir nervioso. Me esforcé por encontrar la manera de expresar mis sentimientos. – No me gusta la gente que dice que puede cambiar el mundo.
- ¿Por qué no?
- ¡Por qué es estúpido! La vida de una persona no significa nada, es tan solo una gota de agua en un cubo, después de todo.
- Tú realmente no crees eso – me escrutó con su intensa mirada.
- ¡Sí lo creo! – repliqué enfadado, intentando convencerla. – Es mejor que creer que ciertamente puedo cambiar cualquier cosa.
- Entonces, ¿por qué estas aquí?
- ¿Qu-qué?
- Tú quieres creer eso, pero en realidad sólo tienes miedo. Tienes miedo de no poder marcar la diferencia, por eso no lo intentas.
- Eso no es lo que… - comencé a decir, pero no podía replicarle porque no me salían las palabras para negar lo que había dicho.
- Koda…
- ¿Si…?
- Aunque mi vida sea tan solo una solitaria gotita de agua, cada gota es capaz de hacer ondas, incluso en un gran océano – afirmó con esa media sonrisa suya.
Entonces, se fue antes de que pudiera responder. Tampoco tenía ninguna respuesta que darle. Normalmente, me enfadaría si alguien intenta venderme una de esas frases de inspiración… Pero esta vez es diferente. Ella no está intentando venderme nada. Es realmente lo que ella cree. Ela es tan alegre y segura, pero no hay nada de ella que me desespere o me frustre. Ella cree que puede cambiar el mundo con cookies y una sonrisa. Honestamente, no sé si ella puede o no. Pero sé que ella se las ha arreglado para cambiarme a mi.
El sol se está poniendo. Y mientras se esconde, mi cámara lo fotografía. Me pregunto si me traerá las galletas mañana. Tal vez debería traerle algo para ella también. Tal vez le pregunte si puedo tomarle una foto.
Esto es sólo la primera gota…
Pero, de algún modo…
- ¡Hola, Koda!
- …
- Has venido aquí de nuevo sólo para hacer fotos, ¿no? – dijo burlona.
- Sí. Las que revelé ayer no eran muy buenas…
- ¿Tú revelas tus propias fotos? – Me preguntó admirada. Parecía sinceramente sorprendida y por alguna razón me sentí triunfante.
- Las fotos digitales son demasiado fáciles. No tiene nada de divertido. Te hace descuidado y poco riguroso, porque puedes permitirte tener fallos y repetir la foto mil veces.
- Comprendo… Ah, toma. Esto es para ti. – Me tendió una pequeña bolsa de plástico atada con una cinta.
- ¿Qué es esto?
- Cookies. Querías algunas, ¿no?
- ¿Qué te hizo pensar eso…?
- Volviste, ¿no es así? – dijo sacando la lengua divertida.
Con un suspiro, abrí el paquete. Entonces me saludó un suave y dulce aroma a canela y chocolate. Probé un bocado de una de las galletas. Estaba bastante buena. Por un momento me pregunté si a alguien le disgustaría lo que cocinaba esta chica… Pero creo que esa es la naturaleza de la gente.
- Lo siento… - susurró y bajó la mirada.
- ¿Por?
- No estás sonriendo. No deben estar muy buenas…
- No es eso, estoy simplemente un poco enfadado con la gente que no aprecia tu talento culinario.
- No deberías, ¡si piensas que sabe bien entonces sonríe!
- ¿Por qué estás intentando todo el rato que sonría? – resoplé.
- No pareces una persona feliz – me respondió. Su honestidad se clavó como una flecha en mi corazón.
- Eso no es de tu incumbencia – le corté.
- Lo es si vienes aquí todos los días para verme – contestó con una media sonrisa dibujada en su rostro.
- Nunca he dicho que venga aquí para verte.
- No tienes porqué decirlo.
- Por otra parte, eso no importa. Estaré deprimido mañana otra vez de todas maneras.
- Entonces te traeré más cookies mañana – replicó mirándome a los ojos.
- ¿Realmente quieres tanto verme sonreír?
- Me gusta ver a todo el mundo sonreír.
- Huh. Otro sueño imposible. – suspiré cansado – Esto es por lo que odio a la gente tanto.
- ¿No te gusta la gente? – preguntó Ela consternada.
- Por supuesto que no. Ellos siempre arruinan todo.
- ¿Cómo que?
- Ellos siempre se cuelan en fotos cuando no quiero que lo hagan, o se obsesionan por cómo se ven, como si verdaderamente eso marcara la diferencia o importara. ¡No puedo soportarlo! Hablan y hablan sin tener ni idea de lo que dicen. Son tan molestos…
- ¿Yo… soy molesta? – preguntó con ojos tristes.
- Uh… - titubee un momento. La gente optimista como Ela siempre me había cabreado. Pero había algo extraño en ella, algo diferente, no sé si era su sencilla y directa honestidad la que me comenzaba a parecer estimulante, y cómo no, interesante. – No lo sé – Dije por fin.
Después de un pequeño silencio, Ela se giró hacia los gatitos, acariciándoles suavemente la cabeza.
- Entiendo. – dijo por fin.
- No es que seas molesta ni nada de eso, es sólo que… - comencé a decir nervioso. Me esforcé por encontrar la manera de expresar mis sentimientos. – No me gusta la gente que dice que puede cambiar el mundo.
- ¿Por qué no?
- ¡Por qué es estúpido! La vida de una persona no significa nada, es tan solo una gota de agua en un cubo, después de todo.
- Tú realmente no crees eso – me escrutó con su intensa mirada.
- ¡Sí lo creo! – repliqué enfadado, intentando convencerla. – Es mejor que creer que ciertamente puedo cambiar cualquier cosa.
- Entonces, ¿por qué estas aquí?
- ¿Qu-qué?
- Tú quieres creer eso, pero en realidad sólo tienes miedo. Tienes miedo de no poder marcar la diferencia, por eso no lo intentas.
- Eso no es lo que… - comencé a decir, pero no podía replicarle porque no me salían las palabras para negar lo que había dicho.
- Koda…
- ¿Si…?
- Aunque mi vida sea tan solo una solitaria gotita de agua, cada gota es capaz de hacer ondas, incluso en un gran océano – afirmó con esa media sonrisa suya.
Entonces, se fue antes de que pudiera responder. Tampoco tenía ninguna respuesta que darle. Normalmente, me enfadaría si alguien intenta venderme una de esas frases de inspiración… Pero esta vez es diferente. Ella no está intentando venderme nada. Es realmente lo que ella cree. Ela es tan alegre y segura, pero no hay nada de ella que me desespere o me frustre. Ella cree que puede cambiar el mundo con cookies y una sonrisa. Honestamente, no sé si ella puede o no. Pero sé que ella se las ha arreglado para cambiarme a mi.
El sol se está poniendo. Y mientras se esconde, mi cámara lo fotografía. Me pregunto si me traerá las galletas mañana. Tal vez debería traerle algo para ella también. Tal vez le pregunte si puedo tomarle una foto.
Esto es sólo la primera gota…
sábado, 10 de octubre de 2015
Si sólo
Un millón de pensamientos en mi cabeza. ¿Debería deja a mi corazón que siga escuchando...? Todo este tiempo he estado caminando en linea recta. No he perdido nada pero me falta algo.
No puedo decidir qué está mal y qué está bien. ¿Qué camino he de coger?
Si tan solo supiera lo que mi corazón me está diciendo. No sé lo que estoy sintiendo, ¿será tan solo un sueño?
Si solo pudiera leer las señales que hay delante de mi, podría encontrar la manera de saber realmente quien soy. Si solo...
Con cada paso, cada palabra, con cada hora, voy cayendo lentamente en algo nuevo, algo valiente, en alguien que yo nunca había sido.
¿Estoy loca? Tal vez... ¿Tú estarás conmigo cuando la magia haya pasado?
No puedo decidir qué está mal y qué está bien. ¿Qué camino he de coger?
Si tan solo supiera lo que mi corazón me está diciendo. No sé lo que estoy sintiendo, ¿será tan solo un sueño?
Si solo pudiera leer las señales que hay delante de mi, podría encontrar la manera de saber realmente quien soy. Si solo...
Con cada paso, cada palabra, con cada hora, voy cayendo lentamente en algo nuevo, algo valiente, en alguien que yo nunca había sido.
¿Estoy loca? Tal vez... ¿Tú estarás conmigo cuando la magia haya pasado?
Soñé contigo
Y era tan real. Me decías que querías verme. Al principio no sabía lo que buscabas. Te ibas, volvías y así durante horas. Solo recuerdo que había un antiguo castillo, había harina por todas partes. Fuera había una piscina, no sabría decirte si era invierno o verano. Me acompañabas a todas partes. Yo no sabía lo que quería; seguirte el juego o esperar a que te cansaras de mi. De pronto recordé todo de golpe, esa sensación que me hacías sentir, esa mirada que me cautivaba, esos besos, esa risa... tu risa de cuando te ríes de verdad. Esa risa que me provoca una sonrisa porque sé que te la he producido yo.
Necesito un chute de salbutamol y bromuro de ipratropio para poder respirar(te).
Necesito un chute de salbutamol y bromuro de ipratropio para poder respirar(te).
jueves, 8 de octubre de 2015
Entonces
Yo tenía 21, estaba sola sin nada que hacer y en los días fríos no podía dormir, porque esos días helados, me recordaban aquellos viejos tiempos en los que no quiero pensar. Por la mañana volvía a estar de nuevo en contra del mundo.
"Así es, por aquella época estabas a punto de cumplir los 22, y deseabas que tu vida fuera eternamente con sol. Vivir cerca del mar. Por eso me pregunté cuándo te irías y cuándo sería el último adiós para abandonar todo esto y ser libre."
"Nosotros teníamos ya 26, vivíamos juntos y nos apasionábamos por nuestro mundo, el cielo y las estrellas, cosas que a ti te encantaban al igual que a nosotros. Por eso me pregunté hasta cuando creceríamos y te fueras a otros lugares, me pregunté cuando nos mirarías por fin. Un día vi tu reflejo en casa, en el espejo de la habitación y me sentí libre por un momento cuando te vi sonreír y me volví a preguntar por qué no te lo había dicho en todos estos años."
miércoles, 7 de octubre de 2015
Lo que me hace soñar
Me temo que ha pasado mucho tiempo para tratar de encontrar las razones por las que dejé mi mundo encerrado en una pequeña parte del cielo. Pero ahora he crecido más allá de las paredes que me rodeaban y puedo ver sitios donde nunca he estado. Y sigue siendo invierno en mi país de las maravillas.
Estoy esperando a que el mundo se caiga
Estoy esperando a que llegue mi momento de cambiar
Estoy esperando a que los colores vengan
Estoy esperando a que mi mundo se deshaga
Cierro mis ojos e intento ver el mundo intacto por debajo, lo más lejos posible, y ya solo podría hacer la vida que llevo. Hacer algo más que hacer-creer cuando todos mis cielos estén pintados de azul y es que todas las nubes no siempre cambian a la forma de lo que yo soy para ti...
Cuando cojo la luz de las estrellas fugaces mi visión de todo cambia, está cambiando...
Estoy esperando a que el mundo se caiga
Estoy esperando a que llegue mi momento de cambiar
Estoy esperando a que los colores vengan
Estoy esperando a que mi mundo se deshaga
Cierro mis ojos e intento ver el mundo intacto por debajo, lo más lejos posible, y ya solo podría hacer la vida que llevo. Hacer algo más que hacer-creer cuando todos mis cielos estén pintados de azul y es que todas las nubes no siempre cambian a la forma de lo que yo soy para ti...
Cuando cojo la luz de las estrellas fugaces mi visión de todo cambia, está cambiando...
Esta es la letra de mi canción favorita. La canción que me hace soñar. La que siempre tendrá significado para mi. La que hace que me olvide de mi mundo de la realidad...
I'm Waiting For The World To Fall - Jars Of Clay
https://www.youtube.com/watch?v=pR9Dg3J4Ba0&index=1&list=WL
Mis fantasmas
Una tormenta de pensamientos me vino a la mente sin preguntar si querían
pasar. Antes controlaba todo lo que debía pensar, lo que debía hacer, lo que
debía… pero ahora los
pensamientos volaban en mi mente como las mariposas que volaban en cautividad
en mi estómago teniendo más espacio que nunca. Y pensé, por una vez en mucho
tiempo: pensé con el cerebro y no con el estómago. Y pensé en todo. En lo que
había hecho con mi vida. En lo que ahora era. En lo que había dejado atrás. En
lo que no había escuchado. En lo que no me había preocupado. En lo que en todo
este tiempo había arruinado, herido o dañado. Pensé en el amor ¿Qué había sido
de él? ¿Y dónde deje todo aquello a lo que había querido? ¿Sería eso otra de
las cosas que me habían convencido de que me sobraban para conseguir
mi objetivo? Y yo había dejado todo atrás por dos falsas princesas desconocidas
y mentirosas. Lo dejé todo por una meta
absurda e inalcanzable. Menos mal que me di cuenta justo en el último momento
porque ya era mi turno y estaba de frente a frente con la princesa, me estaba mirando a
mí, a los ojos. Con esa mirada translúcida y a la vez bondadosa, tendiéndome
las manos para que le diera mis 13, esas 13 cosas que sobraban en mi vida.
Pero no se lo di y le solté a una gran princesa de la realeza:
- Me voy a casa.
- ¿Es que alguna vez habías regresado a casa? – Me preguntó, tranquila.
- No, pero hoy sí.
Sabía que me arrepentiría. Lamentarme: eso es lo que hice los siguientes 4
meses después de dejar el infierno. No iban a permitir que una de
sus mejores súbditas abandonara el reino y menos de tales maneras. Por eso me
estuvieron atormentando muchísimo tiempo. Pero yo tenía otro poder más grande.
Todo lo que había dejado olvidado era mi propio reino y me protegía para que no
volviera nunca más al de aquellas princesas, ahora me había vuelto más
poderosa. Y ahora estoy feliz. Y justo en este momento me pregunto lo de siempre: ¿Por qué
parece que nos creamos a nosotros mismos?
No te negaré que alguna vez he vuelto a pensar en ellas, pero son
fantasmas y ellos están en todas partes, donde menos te lo esperas. Porque, es
más fácil encontrarlos o que te encuentren de lo que parece…
martes, 6 de octubre de 2015
lunes, 5 de octubre de 2015
Cada noche
Tú puedes pensar que la quieres porque te gusta su forma de mirar, de besar, su personalidad, su pelo, su olor, su forma de vestir... o simplemente porque sí. Puede que tengas razón, pero a pesar de que puedas haber movido cielo y tierra o atravesado el océano para hacer que todo funcione, espera un segundo. Coge su mano, apaga las luces, la televisión, cierra el ordenador, y pon en silencio el móvil. Desconecta del mundo. ¿Es esta la persona con la que puedes estar en la oscuridad? ¿Es esta la persona con la que te puedes sentar en silencio? ¿Es esta persona con la que puedes pasar horas sin hacer nada más, sólo contando la distancia entre la luz y la tormenta? Porque la vida es más que una foto bonita y momentos perfectos. Es ocuridad, es silencio y espacios de tiempo sin respiración en los que mantienes el aliento. "Siempre" no lo deberías sentir como "siempre", deberías sentirlo como "sin tiempo" al fin y al cabo. Lo deberías sentir como un pestañeo de un ojo. No lo dejes escapar.
Pienso que, si puediera quedarme dormida todas las noches a tu lado, nunca me sentiría realmente triste otra vez.
domingo, 4 de octubre de 2015
sábado, 3 de octubre de 2015
Simple
Hoy estoy riéndome de las nubes. Escucho a las flores. Bebo cada gota de lluvia que cae del cielo. Y veo de manera diferente los sitios donde ya he estado. Parece que las cosas ahora son distintas. Pero, no me lo puedo creer, es tan simple... Lo siento como algo tan natural.
¿Te has sentido de la misma manera que siento yo? ¿Has podido cambiar un cielo gris a azul? ¿Y convertir calles sucias y oscuras en nuevas? Los pájaros cantan y, curiosamente, ahora sé exactamente lo que dicen. Vaya, no puedo creer que sea tan simple.
Si esto es amor, el amor es fácil. Es la cosa más fácil de hacer. Si esto es amor, entonces el amor me completa, porque siento que te he estado echando de menos. Una simple ecuación, sin complicación. Te deja confuso y descolocado. Pero, es la cosa más fácil de hacer.
Me siento como si te pudiera dar todo y nada a la vez.
No hay salida
El miedo vive en mi y no puedo escapar. Y jodidamente duele. A veces sonrío pero no es suficiente. Solo sé que te escogería a ti.
viernes, 2 de octubre de 2015
No puedo evitarlo
Me gusta y no hay más.
Tengo un problema con la hemoglobina. El volumen corpuscular medio de mis hematíes es notablemente más bajo. La anemia que tengo también es un factor que no contribuye a mejora. Por ello tengo una alteración térmica constante. Estoy dispuesta a empeorar aún más ese desequilibrio, y así tener frío para siempre.
jueves, 1 de octubre de 2015
Fría y vacía
Todavía...
Tú te mudaste a Nueva York y conociste a una chica preciosa. Os emborrachásteis juntos sin preocuparos por nada, sin que os importara el mundo. Pero tú tenías miedo, todas ellas al final encuentran a alguien más. Y tú habías encontrado a la única. Una chica a la que le decías todo lo que te morías por decir. Llegásteis tan jodidamente lejos juntos, cómo olvidarlo... De repente sonó una canción de amor, y en aquel momento todo tenía sentido.
Cuando la canción terminara, estaríais tan sólo tumbados en la cama. Tú seguro que habrías caído rendido ante el sueño. Ella, en cambio, estaría despierta leyendo a tu lado.
Hice una lista con todo lo que dije que nunca tuvo significado. Consideré todas las cosas que nunca dije pero que nunca divagué sobre ellas. Me vestí de tus besos en la frenté y me fui. Tú me llamaste cuando te despertaste pero yo estaba profundamente dormida, muy lejos de allí.
Tú te mudaste a Nueva York y conociste a una chica preciosa. Os emborrachásteis juntos sin preocuparos por nada, sin que os importara el mundo. Pero tú tenías miedo, todas ellas al final encuentran a alguien más. Y tú habías encontrado a la única. Una chica a la que le decías todo lo que te morías por decir. Llegásteis tan jodidamente lejos juntos, cómo olvidarlo... De repente sonó una canción de amor, y en aquel momento todo tenía sentido.
Cuando la canción terminara, estaríais tan sólo tumbados en la cama. Tú seguro que habrías caído rendido ante el sueño. Ella, en cambio, estaría despierta leyendo a tu lado.
Hice una lista con todo lo que dije que nunca tuvo significado. Consideré todas las cosas que nunca dije pero que nunca divagué sobre ellas. Me vestí de tus besos en la frenté y me fui. Tú me llamaste cuando te despertaste pero yo estaba profundamente dormida, muy lejos de allí.
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