Siempre he querido curar mis heridas. Mismos traumas y lágrimas nuevas mezcladas con el alcohol. Siempre me he sentido perdida, incomprendida... pero es que me han roto el tanto el corazón que, en vez de construirle una armadura, lo sostengo desnudo entre las manos y se lo ofrezco a cualquiera que lo quiera. Porque ya me da igual, nada se rompe como la primera vez. Y dicen que aceptas el amor que piensas merecer. Siempre que salto, lo hago sin paracaídas y siento cómo se resienten los puntos de sutura, pero tampoco tengo otra opción. Por muy pequeño que sea, late muy rápido aunque sigue teniendo dudas. Quiere ser mejor que ayer y la vida no le deja.
Me han roto tanto el corazón que ya sólo quiere que alguien le quiera y tengo una llave para ti, porfa no me lo destruyas.
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