Buenas noches viajero del tiempo

Buenas noches viajero del tiempo.
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...


viernes, 11 de diciembre de 2015

Cuídalo

...

No me gustó nada lo que vi en el reflejo del agua. Ya os podéis imaginar... aún tenía sangre seca en el pelo, desaliñado y sucio. Tenía algunos cortes superficiales casi negros por la suciedad en mi pálida piel. Podía ver los huesos de mi clavícula con alarmante claridad. Y esos ojos tristes... ¿Qué había pasado conmigo? De repente me di cuenta que mi pensamiento se basaba en: "Lo bueno de que pasen los días es que queda menos para morir". No sé realmente porqué pero decidí cambiar eso.

Me dirigí en dirección contraria a la corriente y me adentré más en el bosque con el sonido del río como compañero. Sabía que así nadie podría verme. El río se hizo más ancho, formando una especie de lago de agua cristalina. Me desnudé, vacilante y me sumergí en el río sin pensármelo. ¿Cuánto llevaba mi piel sin sentir el roce del agua? Desde el naufragio... tenía miedo al mar, sólo me gustaba mirarlo de lejos, desde donde comenzaba la arena de la playa. Experimenté un inmenso placer, un aura de calma me invadió el alma, mi corazón se aceleró con el frío, mi piel se erizó y al fin volví a sentir que estaba viva.

Me limpié bien, me lavé la ropa y la puse a secar colgándola de la rama de un árbol pequeño, que disfrutaba de unos rayos de luz del sol, el cual se alzaba en lo alto del cielo y se colaba entre las hojas de los altos árboles. Después de secarme al sol yo también, me vestí y me acicalé tanto como pude para volver a sentirme yo misma. Me peiné el pelo con los dedos, cogí unas cuantas flores aromáticas y me restregué los pétalos por el cuerpo, a modo de perfume. Me curé las heridas como pude y me coloqué más ajustada la ropa limpia, que antes me quedaba holgada. Después, me quede mirando a alguna parte, pensando...


Había pasado mucho tiempo desde que me fui, tal vez estarían preocupados. Comencé a andar río abajo rauda y un poco más contenta con mi nuevo aspecto. Por un momento me imaginé cómo se quedarían al verme. También pensaba en ayudar más, en no quedarme todo el día ahí tirada sin hacer nada, en darme un baño de vez en cuando en mi lugar secreto sólo conocido por mi y los pájaros, y atreverme a volver a que el mar me tocara...

Cuando llegué y vi lo que sucedía grité: "¡¡NO!!"
De lejos había oído los alaridos de uno de ellos, no paraba de repetir diversas palabrotas y que al final no había servido de nada cultivar. Hacía unas semanas, estuvieron preparando al lado del "refugio" una tierra de cultivo para plantar algo y probar suerte. Al parecer había florecido un pequeño tallo, al quitarle un poco de tierra de encima habían comprobado que estaba negro, deshidratado. Algo había fallado a pesar de haberlo cuidado con esmero tantos días. 
Todos alzaron la vista hacia mi. Ignoré por completo sus caras de asombro al verme, sólo podía pensar en el brote que uno de ellos estaba apunto de arrancar con una patada. Afortunadamente se detuvo al oírme. Hacía mucho tiempo que yo no hablaba... Me acerqué un poco más a ellos con paso firme dispuesta a volver a ser yo otra vez. 
- Hay que tener paciencia si algo esperas cosechar. La semilla es frágil y necesita su tiempo. Vamos a celebrar que al menos ha crecido un poco, tal vez sólo necesite un poco más de agua porque éste es un clima muy cálido -. Me agaché, volví a cubrir de tierra el tallo negruzco, y lo regué con cuidado con las manos, con el agua del río que había recogido con ayuda del cubo. Alcé la mirada y nuestros ojos se encontraron - Debes intentar vivir la realidad, y alejar tu miedo. Así crecerá - Dije muy seria. Parecía que me lo estaba diciendo a mí misma en realidad. Respiré profundamente y me levanté de nuevo. Le volví a mirar a él porque me daba temor mirar a los demás, sus miradas de desconcierto me desarmaban, y pronuncié finalmente: "Cuídalo".


Yo me sentía como aquél tallo. Estaba germinando, saliendo de la tierra. Me faltaba muy poco. "Cuídame"


CONTINUARÁ...


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