Buenas noches viajero del tiempo

Buenas noches viajero del tiempo.
Bienvenido a mi mundo, es oscuro, pero se está bien...


jueves, 23 de julio de 2015

La escritura

Todas las noches podían sentir el goteo de la cera líquida, cómo caía  y se condensaba a los lados de la vela, dejando ver unas lágrimas blanquecinas y brillantes que poco a poco se iban convirtiendo en una pequeña obra de arte. Observaba constantemente la luna llena por la ventana y escuchaba los sonidos del bosque a lo lejos y recuerdo que me preguntaba qué secretos escondería el manto de oscuridad que lo cubre y, de vez en cuando, me dejaba cautivar por algunos destellos púrpura que parpadeaban entre la neblina de la noche. En aquella época mis pensamientos volaban por mi mente como almas vagantes que normalmente los dejaba escapar de mi cabeza y los plasmaba sobre un lienzo, llenándolo de colores y formas. Poco después se fueron perdiendo y esas almas se introdujeron en algún rincón de mi mente dónde aún residen, envueltas en oscuridad perpetua sin querer salir a la luz… 

Hace ya años que no me duele la muñeca derecha de pintar, me limito a ver los cuadros que ya he pintado, les busco un lugar en el pasillo o los enmarco, pero nunca me dirijo hacia el estudio donde reposan mis pinceles, ahora llenos de polvo y telas de araña imperceptibles. Recuerdo mañanas, tardes y noches pintando en una gran estancia llena de agradable soledad, con la mirada perdida en algún punto del cuadro, con la frente a punto de explotar, intentando descifrar lo que mi extraña mente me decía que debía pintar. ¿Minutos? ¿Horas? ¿Días? ¿Cuánto tiempo utilizaba en reflejar todo lo que necesitaba transmitir? Me desahogaba describiendo con pintura los relieves y los reflejos del bosque, además de un lago infinito que se abría paso por la espesura de las ramas de los árboles. Dibujaba destellos púrpura sobre él y me imaginaba a los peces brillando intermitentemente bajo las aguas... La soledad se clavaba más en mí como un clavo y, aunque fuera doloroso a veces, me acostumbré al dolor.  Cada vez más, mis cuadros se llenaban de oscuridad, de misterios y enigmas indescifrables incluso para mí. ¿Sería la inmensa soledad a la que me mantenía agarrada o simplemente con la edad mis pensamientos habían cambiado de color?



Al cabo de unos meses de catastróficas desdichas comprendí porque había abandonado la pintura y porqué los pocos cuadros que pintaba obtenían un color gris azulado con fuertes contrastes negros.

La respuesta era:  La escritura. Me había cautivado por completo, llevándome muy lejos. Me refugiaba en los libros. Yo no los elegía a ellos, sino ellos a mí. Me enamoré de los libros y me pasaba horas explorando sus recónditos secretos, las palabras fluían construyendo en mí un mundo nuevo lleno de magia, me excitaba conocer nuevas historias. Entonces empecé a plasmar los sentimientos en papel, mis propias historias. Mis manos fueron de nuevo mi salvación. O mi nueva locura. Por eso dejé a un lado mis pinceles durante un largo tiempo y me dediqué a escribir mi propia pintura.


AleBlack.

miércoles, 22 de julio de 2015

Los pensamientos antes de las doce

Todos los días, antes de las 12, me pongo a pensar millones de cosas. Según me invada el sueño pienso más o menos incertidumbres que rondan por mi mente. 
Hoy por ejemplo, he pensado en escribir algunas, porque aún no tengo demasiado sueño como para caer rendida al desconocido mundo de los sueños y dejarme caer sobre la almohada sin ni siquiera organizar los pensamientos. A veces prefiero ordenarlos antes de dormir para no tener pesadillas terroríficas o, a veces, incomprensibles. 

Pienso que muchas veces me siento muy sola. La soledad me abruma, me relaja y es, en algunos casos, raramente placentera. Otras, en cambio, me siento rodeada por miles de personas  y me siento eternamente acompañada aunque, realmente no sea cierto, y esté completamente sola rodeada de fantasmas.

Pienso que muchas veces agradezco a la suerte, a mi codicia, a mis ambiciones... por ponerme las cosas tan fáciles, con una rapidez insuperable. En otras ocasiones reprimo mis ganas de llorar pensando por qué me ha jugado tan mala pasada el destino, y me pregunto: ¿Porqué a mí? 

Pienso que la vida no es más que una montaña rusa. Puedes estar muchas veces en la cima, pero de vez en cuando bajas dándote buenos sustos en los lupins y deseando que llegue justo el momento antes de caer, que a mi parecer, es el más emocionante, el punto más alto. Cuando por fin piensas una décima de segundo que eres de feliz. Pero la atracción sigue su autómata funcionamiento y te lanza furiosamente hacia bajo por el efecto de gravedad. La vida es exactamente igual.

También pienso que el dinero ni trae la felicidad, ni la quita. Creo que todas las personas pueden ser feliz con o sin el dinero, sólo si tienen a alguien con quien compartirlo.

Pienso que muchas personas se quejan del comportamiento de otras porque se ven reflejados en la personalidad del que reprochan, es decir, recriminan a alguien por el simple hecho de ver que ellos mismos también son así y se avergüenzan de ello. No quieren reconocer sus propios errores, sólo ven y critican los de los demás. Esas personas se esconden tras sus máscaras y juegan un papel importante en la sociedad. En realidad, un papel despreciable pero imprescindible para los negocios. Lo malo de esas personas es que se les pilla enseguida, entonces algunos, los listos, cogen y mantienen las distancias con tal persona, los demás, en cambio, se adhieren a ellos como sanguijuelas e intentan subir en la escala social siguiéndoles sin descanso. Jugando otro papel, un poco más inocente, pero muy consciente. 

A veces pienso en lo cruel que son algunas personas, en las barbaridades que corren por el mundo,  en todas esos rostros pegados a un cuerpo, en todas esas almas encerradas. Muchas veces el hombre se ha intentado despegar de su propia imagen, pero casi nunca nadie lo consigue y se refugian de diferentes formas muy conocidas. Una de ellas, que es lo que más me interesa, es la manera que tienen algunas personas en pensar que son otras personas, descansando en la mente de alguien, reteniendo y creyéndose otros pensamientos que no son los suyos sólo para olvidarse un momento de su miserable vida. Sintiéndose diferente, como uno mismo quiera sentirse.

A mí me gusta imaginarme cosas imposibles, a las que nunca llegaré, sólo para alejarme de la realidad y dejar que la imaginación fluya. Levanto la mano hacia el cielo cuando nadie mira y busco las olas con la mano, descifro el lenguaje del viento. Después cierro el puño y noto mentalmente como la energía del aire a pasado de mi mano al brazo y de éste a mi corazón. Cierro los ojos, suspiro y agradezco al cielo que me contempla por estar sola. Y que mi única compañía sean las silenciosas estrellas.


Cómo me gusta pensar antes de las 12 mientras miro por la ventana...

Los pensamientos

A veces no entiendo porqué hago las cosas que hago. Sé que unas veces me guía mi instinto, otras mi personalidad, pero algunas veces no sé ni el cómo ni el porqué he actuado de determinada manera.
Si echamos otra vista atrás, podemos comprobar que todos los recuerdos, y los recuerdos esenciales que he ido acumulando a lo largo de los años han ido formando mi personalidad, y esa personalidad ha ido cambiando casi de manera imperceptible.
Cuando algo ocurre, mis emociones pasan a la acción. Los recuerdos se guardan en mi personalidad, y los pensamientos van y vienen a la velocidad de la luz en trenes que sólo paran cuando estoy dormida para dejar paso al subconsciente y… ¡a soñar! Soñando se ordenan pensamientos, para que al día siguiente puedan seguir viajando a sus anchas de manera adecuada. Esto es lo que me hace ser yo.

Muchas veces parece que todo se tambalea. Intento indagar aún más en el porqué de las cosas, pero poco a poco ya lo voy viendo claro.

Cada sonrisa que te dedico, cada mirada tímida, cada lágrima derramada, cada pensamiento inocente y cada signo de ansiedad tiene un porqué. Saber controlar esas emociones es la clave. Lo estoy consiguiendo.



SLT.

martes, 21 de julio de 2015

Mecanismos emocionales

¿Cómo he llegado a ser así? ¿Cómo comenzó todo? Veámos...

Cuando nací, lo primero que hice tal y como hacen todos los niños fue llorar, por instinto. A continuación, después de reanimarme (ya que nací con hipoxemia severa), me colocaron sobre el pecho de mi madre. Allí, bajo su protección, su calor y escuchando los latidos de su corazón, mi cansado cuerpecillo cayó rendido al sueño. Cuando despertí lo primero que reconocí fueron las voces de mis padres y por fin, pude percibir sus rotros con algo de claridad... En ese momento nació en mí la alegría. Cuando me dejaron en la cuna y me separé de los brazos de mi madre, nació en mi la tristeza que me hacía llorar desconsoladamente. Afortunadamente siempre llegaba la alegría a tiempo y no podía dejar de sonreír a todos mis familiares y amigos...
Cuando comencé a crecer, empezaron a haber cosas que no me gustaban... como las verduras!! Entonces nació en mi el asco, que me salvaba de intoxicarme con el maldito brócoli. Más tarde comprendí, que el fuego quemaba, que los enchufes eran peligrosos y que saltar desde mi cuna no era una buena idea... Entonces nació el miedo. Tampoco tardó en aparecer la ira, que me hacía enfadar cuando no me compraban ese peluche tan maravilloso, cuando me regañaban o cuando me obligaban a comerme todo lo que había en el plato.
Mis cinco emociones principales: Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Asco formaban un consejo de administración en mi cabeza que iban tomando las decisiones con las que me enfrentaba cada día de mi vida. Al mismo tiempo, se iban formando los recuerdos. Algunos se quedaban en la memoria a corto plazo y se me olvidaban en unas semanas. Otros se dirigían hacia la memoria a largo plazo. En cambio, los recuerdos esenciales se quedaban para siempre en mi memoria: formando mi personalidad. A medida que se iba formando mi personalidad, los recuerdos (buenos y malos), se acumulaban en mi memoria. Otros se iban a parar al subconsciente (como el camino del cole hacia mi casa, que muchas veces hacía casi sin darme cuenta) y otros iban desapareciendo (como el tema 4 de sociales tan aburrido). Es curioso como los recuerdos iban formando cómo soy, mi forma de ser, priorizando las cosas más importantes: familia, amistad, hobbies y mis tonterias. La imaginación ocupaba otro lugar importante en mi mente.
Todo era perfecto. Casi todos los días de mi vida brillaban, porque estaban cargados de alegría. Pocas veces sentía miedo, asco, ira, ni siquiera tristeza. Casi todos mis recuerdos eran alegres.


Aún recuerdo el día que todo se vino abajo... Todos mis recuerdos esenciales se desvanecieron. La alegría se perdió por alguna parte y no volvía. La tristeza también había desaparedo. ¿Qué había pasado conmigo?
Todo empezó a derrumbarse. Ya no quería jugar, ni hacer el tonto, ni cantar. No tenía ganas de hablar ni ver a nadie entonces la amistad se desplomó. Y como dejé de cantar, dejé a un lado la guitarra, ya no pintaba, tampoco escribía... Incluso comencé a odiar a mi familia. Sólo sentía ira, mucho miedo, y estaba muy disgustada con el mundo.
Llegó un punto que exploté, no pude con el mundo. Entonces comencé a llorar desconsolada, y la tristeza reapareció. Estuvo allí manteniendome viva, haciendo que escribiera canciones, relatos, y plasmara en mis cuadros todas esas emociones tan deprimentes. Me acompañó, me acunó mucho tiempo. Por eso mi mundo oscuro apareció por aquí...
Gracias a Tristeza, mis padres comprendieron mi sufrimiento y vinieron a consolarme, junto a ellos mis amigos. Eso hizo que sintiera una pizca de felicidad, entonces la alegría apareció de nuevo. La volví a sentir levemente en mi cabeza y poco a poco se iba apoderando de todo mi cuerpo. Otra vez. Esa sensación me llenó por dentro y entonces comprendí haciendo una mueca de satisfacción: sin la tristeza no habría podido encontrar a la alegría :)


Colores

Tal vez no sepa hacer muchas cosas. Pero hay cosas que sí sé.

Me planteo la situación de vivir de una forma diferente. Por una parte esa idea me aterra, y por otra me gusta. Es un pensamiento suicida y placentero que me invita a intentarlo. Pasar días enteros, mientras se me pasan los minutos, mirando al techo de mi nueva habitación. Pensando en que, tal vez, algún día sea capaz de salir de allí. Sin darme cuenta que me estaré construyendo una vida que no seré capaz de recordar. Divagar sobre las posibilidades de reír sola o acompañada. Da igual. Solo vive una vida que seas capaz de recordar.
Esos sueños increíbles que sé que a día de hoy no se cumplirán, solo me queda la nostalgia del recuerdo. Pero aún, actualmente, los veo. Y pienso, pues no sé si me gustaría ahora... Todo ha cambiado, somos tan distintos... Pero, nos seguimos mirando de la misma manera. O eso creo. ¿Y si pasara? No... nunca se cumpliría. Pero su forma de decir: "¿ya te vas?" o... "te sale igual que a la cantante", me hace pensar si solo queda deseo en forma de cariño, o cariño en forma de deseo, o una chispita de lo que llaman "amor"... O quizá tristeza del recuerdo. Pero sigo pensando que, cuando por fin consiga estar con mis fantasmas a solas, uno de ellos (o ambos) venga a salvarme si realmente se preocupa porque nadie lo ha hecho durante este tiempo.
Ojalá en ese momento, me vea con fuerzas para salir yo sola del bucle infinito. De encontrarmelos por los pasillos de un hospital y poder ayudar, porque realmente es lo que quiero hacer. Y después, sonreir, quedar para tomar un café, y volver a mi trabajo.
Lo que más me gustaría de verdad es encontrar La Verdad, y no La Respuesta. Porque verdaderamente quiero curar y cuidar. Después, escribir. Y más tarde, después de recorrer mundo, pintar todo lo que haya visto. Y si no me acuerdo de algo, me gustaría poder verlo en tus ojos.

Un momento... ¿y cómo encontrar La Verdad? Tendré que investigar.

Podemos pintar colores al alma, podemos volar sin tener alas

lunes, 20 de julio de 2015

A veces

A veces pienso que. A veces pienso. A veces. A.

sábado, 18 de julio de 2015

Una canción

El sueño más bonito es cuando estamos despiertos. Podemos sentirnos a nosotros mismos, vivos, en nuestras mentes, en nuestros corazones. Me encantan los sueños cuando los vivo con los ojos muy abiertos.

https://www.youtube.com/watch?v=s1a-z9UOyU0

Esta canción me hace pensar cuántas lágrimas he derramado, a cuánta gente he querido que me han traicionado y la impotencia que se siente cuando sabes que todo va mal. Las miradas de hielo y las despedidas. Que a veces he estado deshecha, pero me he mirado al espejo y me he obligado a decir: “Vale, todo va a ir bien”. Las veces que he tenido miedo al triunfo y otras muchas al fracaso. Uno para todos y todos para uno. Los colores de la vida van cambiando recordándonos que seguimos vivos. El mundo sigue girando y la gloria nos está esperando.

Esta foto la tomé yo misma hace unos años. Es un lugar es precioso. Pero siempre voy sola, me gustaría ir acompañada algún día.

Aleblack - "No niegues por temor a desconocer lo que hay más allá de esa calle polvorienta"

viernes, 17 de julio de 2015

Reflejos de un recuerdo

Se me pasaba el tiempo. Se me escapaba por los resquicios de mi mente, haciendo que divagara sobre los límites de mi lúgubre pensamiento mientras sostenía la mirada en un punto fijo del techo de mi habitación. Se me pasaba el tiempo y sin saber qué hacer, mantenía la mente en blanco sin ser consciente de ello. Tal vez en ese estado de trance, pude olvidarme un poco de la realidad y trasladarme a donde mi memoria quisiese llevarme. Sin justificarse, me llevó unos tres años atrás, mezclando imágenes y haciéndome recordar cosas que ni si quiera habría imaginado, donde yo, por aquel entonces, no tenía las cosas tan claras. Miles de vídeos difusos pasaron por mi cabeza sin avisar. Yo los vi uno a uno sin rechistar, tampoco quería salir de ese extraño sueño, pero una parte de mí sabía que estaba despierta.

Si tuviera alas y pudiera volar...

jueves, 16 de julio de 2015

Miles de deseos

Mis sueños increíbles e incontables ya van por la milésima parte de mi mente, evocando una serie de reflejos en un cristal empañado, lleno de motitas de polvo imperceptibles por el tiempo. En su interior puedo ver recuerdos infravalorados, sobreestimados, exagerados… Tal vez se esconde alguno especial, que nadie más entiende. Si con mis ojos ellos lo vieran…

Tú me dices 'buenos días', cuando aquí es media noche

miércoles, 15 de julio de 2015

Anoche

¿Qué pasó anoche? Pezados de recuerdos se amontonan en mi cabeza y no me dejan pensar. No sé cuáles son imaginados y cuáles son los reales. Anoche fue una noche muy larga, pero pasó fugazmente. No me molesté en mirar a las estrellas, ellas ya se encargaban de mirarme fugitivamente a mí mientras me tambaleaba por las calles. Iba mirando al suelo todo el rato, sin parar de hablar cosas sin sentido, pero que tal vez lo tenían muy dentro de mí. Las farolas se asemejaban a los focos de un escenario y yo me sentía capaz de cantar y dar el espectáculo delante de miles de personas. Pero todo parecía venirse abajo de vez en cuando. Las figuras y las sombras de la noche se difuminaban ante mis ojos después de cada pestañeo y lentamente volvían a aparecer más definidas. Creo recordar que el suelo se movía, todo daba vueltas y que las paredes de las casas se me iban a echar encima. Sus voces se oían lejanas, un murmullo insistente que repetía mi nombre. Yo no quería escuchar nada. Me sentía desfallecer.

Pero ahí estaba yo. En mi país de las maravillas. Sonaban unos fuegos artifiales lejos de allí, debían de ser preciosos. Pero no me quise levantar de la cama para verlos. Por que no quería ver mis lágrimas reflejadas en el cristal. No quería que supieras que estaba llorando, (por si acaso venías a darme las buenas noches y a arroparme), prefería hacerme la dormida, echa un ovillo, tapada hasta las orejas, esperando paciente en el mundo de los sueños a que llegase mañana. Tenía frío. Se me escapaba el tiempo y no se me quitaba el nudo en el estómago, ni ese insistente mareo. Yo seguía pensando en tí. Porque, sinceramente, te quiero sólo para mí, pero suena algo egoísta por eso no te lo digo nunca.
Lo único que hago es escribir cosas sin sentido, pensar en tí por las noches y soñar con besos extraños. Esos que soy experta en darlos.
No sé, el alcohol me hace dudar ultimamente de lo que hago. Si tal vez, vinierais un momento y juntos hiciéramos memoria, tal vez me ayudaría a saber qué hicimos anoche.
No me gustaría recordarlo. ME GUSTARÍA VIVIRLO OTRA VEZ.


Girasol

Pasaré mucho frío este invierno, de ese que se te cuela hasta los huesos, que lo sientes hasta en las uñas. Del frío ese traicionero que llega hasta el corazón. Y no estoy hablando del tiempo de enero, ni de la lluvia y menos de la nieve. Estoy hablando de ese vacío que te queda dentro después de marearte por dar tantas vueltas, de notar que no has conseguido nada y que lo has perdido todo. La tristeza absoluta de saber que nunca vuelvas a rozar con la punta de los dedos aquello que llaman… felicidad. ¿Dónde se habrá metido? ¿Hace cuando no la veo? ¿Por qué no me ha llamado? Dime lo que he hecho mal, dime si me he equivocado. Las respuestas las tiene mi amigo el de las respuestas. El hombre de la colina del bosque, del que siempre escribo. El que por mucho que vaya a visitar, siempre me recibe en silencio y me despide de la misma manera. Solo miramos a las estrellas con la compañía del tintineo del cascabel de su gato. Miro hacia atrás. Pero hay tantos recuerdos. El pasado se acumula y siento que no quiero crecer más. Las cosas no se van quedando tras de mí, las voy arrastrando y no puedo más. No puedo con tú dolor, ni con el suyo, ni con el mío. Solo me queda el color oscuro y turbio de lo vivido. Otro día más.

SLT Siento La Tormenta 
Cuando una noche de madrugada, decides que vas a cambiar y te invade esa nostalgia del pasado, comprendes que no vas a poder frenar, que ya vas cuesta abajo. 
Se oye un trueno a lo lejos. Se aproxima una tormenta. Pero en mi interior. Que ruge sin descanso deseando salir.

Por favor, que nadie me salve. Ni ahora ni nunca, porque amo esta sensación.


martes, 14 de julio de 2015

Ahora que lo pienso

He estado 3 años sin tocar este blog. Con lo oscuro que era y lo sigue siendo. Eso no significa que me haya librado de mis fantasmas ya, lo cual no justifica que ya haya amainado la tormenta...
La tormenta siempre está ahí, de cualquier forma. Y eso siempre es un alivio para mi.
En estos 3 años han pasado muchas cosas, tal vez por eso haya dejado a un lado la escritura. Pero me he dado cuenta que necesito escribir porque sino no soy yo misma. Me he estado engañando mucho tiempo. Me he sentido más triste que nunca este tiempo. Y quiero volver a ser yo, volver a ser esa chica solitaria que no tenía miedo a la oscuridad y amaba la lluvia. En este último tiempo me he congelado del frío, y eso que antes eso no era un problema.
Me gustaría volver a vacunarme del amor.
Quiero volver a sentir esa media sonrisa, ese miedo a la vida, ese amor a morir, esa mirada perdida, esos libros que a veces me hacían sonreír. Es complicado volver a empezar y volver a sentirme sola de golpe. Pero esa sensación de vacío, saboreando lágrimas saladas, dormir mirando a las estrellas tarareando una canción... Eso es imprescindible en mi vida. A veces pienso que me encanta hacerme daño, siempre me doy una de cal y una de arena. Pero me gusta porque me hace sentir que estoy viva. Me encanta tener problemas y meterme en líos. Adoro mentir, siempre me ha gustado. Me gusta fingir sentimientos y después plasmar aquí la realidad.
Me fascina poder hacerles creer que soy un libro abierto cuando no lo soy, y eso de que nadie me conozca realmente me parece algo terriblemente satisfactorio. Creo que he conocido a alguien que se siente como yo. Pero verdaderamente no sé nada de nadie. Eso me pone aún más triste, y me gusta.
Me gustaría volver a vacunarme del amor.
No sentir ese sentimiento desgraciadamente innato. Estoy reteniendolo como puedo porque a veces es complicado. No quiero amar ni ser amada porque siento que ahora mismo es algo que no necesito.

El amor es una montaña rusa, al final te mareas. Y vomitas hasta el último desayuno. Y lo siento pero a mí, me encanta desayunar.

SLT - i feel the storm

domingo, 12 de julio de 2015

Inquietudes

Hoy me he puesto a llorar como una tonta porque una persona está perdida.
Esa sensación de no encontrar lo que buscas, de no saber dónde estás, la desesperación por salir de un bucle infinito que parece que no va a terminar nunca.
Me ha recordado a ese sueño que se repetía constantemente, ese que he contado ya tantas veces. Oscuridad, una tenue luz a mi alrededor, silencio, a veces puedo percibir los tenues latidos de mi corazón, el ritmo de mis pasos, soledad, perdida entre tinieblas. Sólo me sigue mi sombra. Mi maldita sombra. Que me recuerda que está allí cuando miro atrás y me persigue a cualquier sitio que vaya. Me ahoga y no puedo respirar, no quiere que avance. La miro, ella me mira. Siento miedo, sus ojos penetran en los míos como cuchillos de hielo y duele. Duele ver en su mirada lo perdida que está. Justo como yo.
Recuerdo que, en varias ocasiones ella me dio una pala. Pensé que era para destruir este mundo en vez de esperar a que se destruyera a sí mismo. Luego comprendí que era para cavar mi propia tumba y me pregunté: ¿este es el final de todo lo que conocemos? ¿este es el fin de todo lo que soy? Entonces grité: ¿hay alguien ahí? Hola, hola... Sólo respondió mi eco. Las promesas se rompieron, pero lo que más dolió al romperse fue mi corazón. ¿Hay alguien ahí? ... El invierno más frío del mundo.
No hay nadie. Entonces me aferro a mi sombra como puedo, pero cómo la odio y a la vez cuanto la amo porque es lo único que tengo. Creo que ella puede llamarse de infinitas maneras, pero en ella solo veo a mi única amiga. Saqué una pistola del bolsillo, y ella me dió los 5 centavos para comprar la bala. Sólo quería que me ayudaran y ser la mejor en eso de dormir. El tiempo pasa lento. ¿Alguna vez voy a volver a casa? Estoy esperando para volver a casa. Tan sólo alguien, alguien que me escuche, que me esté escuchando... ¿Es que realmente alguna vez alguien me estaba escuchando? ¿Ellos se preocupan al fin y al cabo? ¿Tú te preocupas por mí? ¿Entonces es el final de todo?

Alguien por fin cogió mi mano y se desvaneció la oscuridad. Pude ver más allá. Pero mi sombra siempre me persigue y siempre estará. Por eso siempre intento no separarme de mis sueños increibles, me hacen soñar y por eso me gusta dormir aunque también suelo soñar despierta. Cuando pierdo la esperanza voy a ver a mi amigo, el que vive cruzando el gran bosque, detrás de esas montañas. Ese amigo mío que tiene un gato negro que me contempla con ojos de curiosidad cada vez que voy a visitarlo. El otro día descubrí como se llama mi amigo, ese al que siempre acudo cuando me envuelven inquietudes e incertidumbres. Ese amigo que se queda mirando las estrellas al caer la noche y se queda en silencio cuando le formulo mis preguntas. El que me escucha atentamente y a veces me mira con cara divertida cuando le formulo alguna de mis más alocadas cuestiones... El que me salvó de la oscuridad. Mi amigo se llama Tiempo. Tiempo siempre me decía: ¿de verdad quieres saber la respuesta? Entonces me hacía dudar. La Respuesta era cosa mía, y por fin he entendido porque: porque parece que todo el mundo se quiere reinventar, pero yo solo quiero encontrarme.